New Hero
Capitulo Uno
En el centro del país, en el campo, legos de cualquier rastro de la civilización, una gran casa ardía, las flamas bailaban por todo el interior de la casa, y salían volando por las ventanas, mostrando su belleza, iluminando con su luz la noche más oscura del mes, el día de la luna nueva.
Corre, desesperado, su pierna arde, su hombro estaba ensangrentado, perdía sangre más rápido de lo que corría, solo corre por la adrenalina, su familia. . . tenia que aceptarlo, no tienen esperanza, tal vez, su madre como guerrera que era, podría lograr algún disfraz para escapar de la matanza, pero las probabilidades eran escasas.
Tenia poco tiempo para esconderse, los guerreros de Alkháre lo encontrarían rápido, el rastro de sangre que dejaba a cada paso era muy notable y los guerreros eran buenos rastreadores, piensa, como podría escapar, pensó en los antiguos encantamientos de su madre, pero no el nunca había aprendido bien los hechizos, era su hermana le prestaba mas atención a su madre cuando los explicaba, tal vez podría invocar sus queridas 9 mm que quedaron en su habitación, pero eso, era lo máximo que podría hacer.
Un callejón, no era demasiado obvio, una casa abandonada, demasiado obvio, el subsuelo, no, ya lo deben estar rastreando por ahí, estaba jodido, no tenia lugar para escapar, no había ningún pueblo cerca, al menos no entre los 30 primeros kilómetros, necesitaba asistencia medica, por que no lo pensó antes, la guarida en la parte inferior de su casa, nadie sabia de ella, no había acceso desde la casa, tenia que entrar desde el bosque en la parte de atrás.
Como iba lograr llegar hasta ahí, no tenia idea, pero tenia que llegar.
Su padre la llamaba la fortaleza, pero su madre le contaba otra cosa, le narraba una historia que a la que el mucho no le prestaba atención, ahora se da cuenta la poca atención que le prestaba a su madre, en realidad, era un antiguo castillo enterrado por una montaña de tierra, hace miles daños, era el castillo que guardaba el secreto de un antiguo dios de la luz, de una religión ya olvidada que esparcía su luz por el mundo conocido, destruida por una organización sangrienta, que adoraba a un dios de la oscuridad, violador, asesino, creador de los mil y un mounstros, que entraron al castillo para destruir a los sacerdotes, aprendices, guerreros y protectores de ese pequeño castillo.
Empezó a girar, el bosque se extendía hacia un kilómetro al oeste, y de ahí podía correr hacia la parte trasera de su casa, pero tenia que tener mucha suerte para no encontrarse con algunas escuadras de los guerreros.
Corrió a travez del bosque, se tropezó unas cuantas veces, pero no podía darse el lujo de perder el tiempo, así que continuo corriendo, pero tropezó, y esta vez paro, escucho unos ruidos, miro para los costados, no había nadie, miro para atrás, nadie estaba ahí, miro para el frente y ahí estaban, media docena, tal vez una docena entera, no podía enfrentárseles, pensó, en los viejos hechizos de su madre- gnilaeh orbmoh- murmuro, sintió un pequeño dolor en su hombro, lo miro, y vio como cicatrizaba- raruc gel- el ardor paro, se sintió un poco aliviado- lo tendría que haber echo antes- pensó, ahora, tenia que invocar a sus pequeños amigos- eveun noicacovni- un pequeño brillo surgió en sus manos, empezaron a tomar formas, y dos pistolas aparecieron en sus manos, las probo, se paro, y empezó a disparar, los disparos lo cegaron, no podía ver a sus enemigos así que siguió disparando, se detuvo unos segundos, para respirar, tenia esa mala costumbre de no respirar cuando disparaba.
Miro desconcertado, hizo un paso, hizo el segundo, avanzo unos pasos mas cuando se dio cuenta, no había rastro de ningún cuerpo, no había sangre, tal vez. . . su mente le había jugado algún truco, sintió un ruido detrás de su cuello, una respiración, y luego, sintió como una docena de suspiros se concentraban en su cuello, sintió su hombro arder de nuevo, el ardor se expandía por todo su brazo, su mente, alguien estaba metiendose con su mente, escuchaba una voz, que repetía lo mismo, una y otra vez, no podía mas, no podía luchar mas, a si que, desistió.
Tuvo el mismo sueño que tiene desde hace mes, lucha, lucha contra algo, pero no puede ver contra lo que lucha, como no puede ver con lo que lucha, tiene algo en su mano, lo siente, pero lo único que puede ver es una esfera de luz, le hacia recordar a una estrella que su madre creo con su magia. . . se ve tratando de recordar el hechizo que su madre usaba, tal vez de esa forma podría ver contra lo que luchaba, pero también tenia ese miedo, que pasaría si esa arma, esa luz con la que lucha, desapareciera, su única defensa contra lo desconocido, se esfumara en el aire, tal como su familia, hace unas horas.
Despierta boca abajo, tal como lo hizo todo el mes, pero lo único diferente de ese día, fue que su familia no estaba ahí, estaba en el bosque, tirado en el barro, y piensa. . . cuanto tiempo había estado dormido, se da vuelta, ve la luz del sol pasar a través de las copas de los árboles, suspira, esperando que el sueño solo halla durado una noche.
Se levanta, el ardor en su hombro había parado, su ropa estaba manchada de sangre, las heridas estaban cicatrizadas, los hechizos de su madre. . . como la quería, que ella no este mas con el. . . no tenia tiempo, tenia que llegar a la fortaleza, esperaba no tener que correr, miro todo su alrededor, no había nada que temer, solo a la ardilla que se posaba en la rama encima de su cabeza.
Camino, fue con paciencia, no quería que sus heridas se volvieran a abrir, había hecho unos pasos cuando recordó, sus pistolas, tenían que estar ahí, se le cayeron de sus manos cuando sintió la voz en su cabeza, miro detenidamente el piso, que estaba recubierto de hojas, no las encontró, se agacho, miro detenidamente el suelo, y vio el destello del metal de sus pistolas reflejar la luz del sol, las agarro, saco el cargador, todavía quedaban balas y esperaba no tener que usarlas. Siguió caminando, tratando de recordar la entrada a la fortaleza y la contraseña para entrar, su padre había construido una puerta con las medidas de seguridad mas sofisticadas del mundo, su cuenta bancaria se lo permitía.
Su padre era Daniel Ambico, había sido un importante empresario, presidente de la compañía cinematográfica Tiro Al Blanco, director de grandes películas, pero cuando conoció al amor de su vida, lo dejo todo para vivir su vida con ella.
Poco sabia de su madre, Mariela Marin, solo conocía su vida a partir desde la vida con su padre, no hablaba del pasado, pero era hermosa, su pelo rubio, que el mismo había heredado, sus ojos verdes como esmeraldas, su cara angelical, pero como tan bella que era, su poder mágico era igual de grande, siempre utilizaba hechizos para las tareas domesticas y siempre se empeñaba en enseñárselos a sus hijos.
El fruto del amor de sus padres había sido su hermana Angélica, había heredado el pelo negro de su padre y los ojos esmeraldas de su madre, ella la aprendiza, sabia todos los hechizos que su madre le enseñaba, pero era tan graciosa como inteligente.
Él era el menor, su nombre era Gabriel, había heredado el pelo rubio de su madre y los ojos de su padre, pero era. . . fue un estúpido, las veces que les grito, los insulto, solo para poder salir de esa casa. Tal vez a su hermana le gustaba estar encerrada ahí todo el tiempo, pero a el no, quería tener una vida normal, tener amigos, tener. . .
Estaba llegando a la entrada de la Fortaleza, la vio a la distancia, la pequeña cueva que su madre había descubierto hace unos años, la cueva que da entrada al inmenso castillo subterráneo.
Sigue caminando, como lo hizo por esos bosques la mayor parte de su vida, recuerda cuando jugaba a los héroes, saltando de árbol en árbol, la diversión, ahora era algo tan extraño para él, su familia estaba. . . no quería pensar en eso. . . solo quería llegar y curarse.
La entrada a la cueva era algo sencillo, entrar al castillo era lo difícil, se requerían unas 4 o 5 contraseñas que sus padres habían confiado en sus hijos, verificación de retina y huellas digitales, luego de eso, no tenia idea de lo que seguía, esperaba algo sencillo, solo caminar a través de un pasillo que diera a una escalera y bajar hasta el castillo.
Entro a la cueva, como si fuera lo más rutinario de la vida, sintió como el viento frió de la cueva hacia que su piel se endureciera, piel de gallina, escucho unos pequeños ruidos, vio un par de destellos rojos en el interior de la oscuridad y entonces encontró con la primera prueba, un holograma de su padre, se paralizo, su padre. . . le hablo- Querido Gabriel, bienvenido a tu destino, espero que tu entrada a esta Fortaleza sea por expandir tu conocimiento y no por otra razón- Gabriel no pudo contener las tres lagrimas que recorrieron su cara en ese momento- Ahora para dejarte pasar necesito que respondas unas preguntas sobre nuestra familia- Gabriel le respondió como si estuviera hablando con el, no con una imagen provocada por un láser-Estoy listo- pero el holograma no respondió, desapareció unos instantes y luego volvió a aparecer-Primera pregunta: Los guerreros de Alkáre adoraban al dios. . .-Gabriel medito unos minutos, tratando de acordarse la vieja historia, su cabeza funcionaba al 100 %, bueno tal vez menos, la herida de su pierna lo molestaba y sentía pequeños tirones cada 5 minutos, cuando sintió una punzada en la pierna que hizo que se arrodillara se acordó-Diavriatos- El holograma desapareció nuevamente, pero una pequeña flecha apareció, indicándole que siguiera caminando.
Como si fuera la primera vez, hizo lo que su padre le indico hacer y siguió caminado, esperando ser preguntado de nuevo por la leyenda, la repaso una y otra vez en su cabeza tratando de recordar cada echo que acontecía en ella. Él apareció nuevamente, pero esta vez, caminando al lado suyo- Pregunta Dos: Cuando tu hermana tenia tres años tu naciste, y dejamos que ella decidiera el nombre, ¿recuerdas por que te puso Gabriel?- no pensó solo respondió- Por el Arcángel Gabriel- Tan rápido como respondió desapareció y una nueva flecha apareció, volviéndole a indicar que siguiera caminando.
Esto ya se volvía absurdo, que le hicieran responder unas preguntas y lo hicieran caminar, era tan típico de ellos dos, un holograma volvió a aparecer, pero esta vez era su madre, tan bella como siempre- Pregunta Tres: El dios divino de la luz que adoraban los Kilateks era Tekáre, ¿cómo se llamaba la esposa de Tekáre la diosa de las estrellas?- Eso era algo que no estaba en la historia pensó, debió ser algo que ella decía cuando contaba la historia, algo que ella agregaba. . . y empezó a recordar, la primera vez que su madre le contó la historia, como su hermana interrumpía cada dos minutos, por que ella era una gran fanática de Daktre la hermana de Tekáre, diosa de la tierra, recuerda. . . y en un destello de luz de su memoria, la recuerda- Driatria, la hermana de Diavriatos- Su madre sonrió y desapareció, la misma flecha volvió a aparecer y como siempre siguió caminando.
A los pocos pasos que hizo su madre volvió a aparecer- Pregunta Cuatro: Diavriatros, dios de la oscuridad creo a su hermana Driatria, diosa de las estrellas ¿por qué?- Otra pregunta que no necesito pensar- Davriatos odia la soledad, necesitaba a alguien- El holograma volvió a desaparecer, y la misma flecha volvió a aparecer y siguió caminando.
Camino, unos veinte minutos, pequeños tubos fluorescentes iluminaban el camino, así podía ver tranquilamente las pequeñas rocas que sobresalían del piso, pero eso no evito que se tropezara unas cuantas veces.
Pasaron unos minutos mas cuando se encontró con una bifurcación, y en el medio de los dos caminos aparecía un símbolo extraño, lo reconocía, pero no recordaba que significaba- Era el símbolo de Tekáre, pero tenia un significado especial, era mas bien una frase, pero no la recordaba, pero su hermana, siempre se acordaba de eso.
´´ Vamos Gaby, los símbolos Kilatek son fáciles, cada símbolo representa una palabra, o incluso una frase, por ejemplo, la frase que más usaba Tekáre era: ¨ La luz siempre prevalecerá ¨ y los Kilateks hicieron un símbolo en especial para esa frase, ¿la recuerdas? ´´
Por supuesto que la recordaba, ahora la recordaba, abrió su boca y pronuncio las palabras- La luz siempre prevalecerá- en ese momento, el símbolo brillo, era una luz amarillenta, la luz siguió creciendo, lo empezaba a cegar, siguió creciendo, era como si un pedazo del sol se estuviera manifestando en aquella pared, ya no podía ver, cerro sus ojos esperando que la luz disminuyera, sintió el calor de la luz abrazándolo, casi quemándolo, de repente el calor desapareció, la luz desapareció, abrió sus ojos, pero no podía creer lo que estaba viendo. . .
