Atlas ya había agarrado una porción de tarta de queso y la había despedazado por el suelo para comer solo la parte que le gustara. Con él también había vuelto la chica ésta que seguía demasiado deprimida. Dale nena, a veces estas cosas pasan; se pueden tomar precauciones, pero una vez que ya está, tenés que seguir con tu vida. En otra ocasión se lo hubiera dicho pero no quería que sus amigos del circo me miraran mal, como la colorada ésa.
La anciana al fin nos dijo las cosas claras... Cazadores... qué irónico. Hasta casi podría escuchar la risa de mi tío-abuelo si se lo contara. Bueno, risa y preocupación, y algún que otro consejo para Collie.
Yo podría hacer cosas a veces, pero no se compraban con él, era el que realmente estaría en peligro si buscaban a gente copada. Y sería una locura para cualquiera llevarle la contra a la anciana después del modo en que nos dijo que Ecruteak ya no era un destino seguro. Para cualquiera menos el chico de rojo, que parecía empecinado con irse, pero según él, no tenía de qué preocuparse.
El curandero se levantó después de jugar con su perrita y nos invitó con mucha seguridad a seguirlo a la cabaña de la ruta. Por alguna razón me generó mucha confianza, a pesar de todo lo que había visto de él hasta recién. Había curado a Collie al menos, no estaría mal mantenernos cerca de él hasta que se resuelva este tema. Supongo que sonaba mejor que quedarse acá, no había mucho más que hacer.
Suspiré y miré a Collie sonriendo. Destino o no, veamos dónde nos lleva ésto. -Cambio de planes?-
Mientras más y más hablaban se me hizo difiícil el prestar mucha atención. Aquel mordisco que le había dado a la comida que nos ofrecieron solamente sirvió para hacer que se me despertara el estómago. Empezó a rugir cómo si el forro no hubiera comido nunca en su vida, aunque a decir verdad nunca había sido mucho cocinero. Para mí un pedazo de pan duro y unos huevos revueltos eran suficiente. Bueno... varios panes y al menos ocho huevos, pero aun así...
Volví a la realidad para escuchar el final del discurso de la vieja, junto a la pelirroja que nos miró cómo si nosotros tuvieramos la culpa de lo que había pasado. Tranquilamente la podría haber ignorado o devolverle la mirada de orto, pero me limité a guiñarle y mostrarle una sonrisa llena de encanto sarcástico. No me encontraba de humor para que me traten así.
//Carisma+Seducción// [dice]0[/dice]
El pibe que me había curado dio su opinión sobre el asunto y no pude evitar estar de acuerdo con él; sabía que había una razon para que me cayera tan bien, fuera de que evitó que me muriera. Le dí una palmada amistosa en la espalda una vez que terminó de darnos su propuesta.
Al lado mío Darya suspiró y se giró a mirarme. Ay... tenía ese brillo en los ojos, la puta madre.
-¿Cambio de planes?
¿Que iba a decirle? ¿Que no iba a ir con ella y arriesgaba a que su familia me encuentre y me den de comer a los Sharpedo? Traté de suprimir una sonrisa, dándole una palmada en el hombro a ella también.
-Y bueno... esa ruta esta más cerca de Ecruteak que... donde sea que estemos. -Me encogí de hombros, tratando de parecer casual. -Me parece bien acompañar a los que quieran ir durante un tiempito. Soy bueno contando chistes así que podría ayudar a que el viaje parezca más corto de lo que es.
La anciana volvió a hablarnos luego de que la chica del perrito lindo se fuera, seguía hablando sobre el tema de los exodos y más o menos de cómo funcionaba este circo cuasi-sectario, por lo visto no éramos los únicos con habilidades extrañas, mi hermana muchas veces me había dicho que cada tanto veía entrenadores con habilidades pero sus investigaciones sobre ello siempre habían sido tema suyo, nunca me interés en preguntar demasiado, lo mio era otra cosa en ese momento. Me preocupe demasiado cuando hablo sobre el grupo que les daba caza, estamos en problemas, ellos van a venir por nosotros, total ya sabían sobre el bombón rubio y el doctor con problemas de ira, y más peligroso, mi exótica belleza.
Una chica de cabello naranja y el carisma de una pared de color Beige se acerco a hablar con la anciana, por lo visto la policía la necesitaba después del alboroto que había pasado aca. Pude notar como uno de ellos lucia por demás de bien el uniforme, con hombres asi te dan ganas de quebrar las leyes, no querrán llevarme como testigo? Después de todo estuve en primera fila viendo lo que ocurría. Recién volví a la realidad cuando escuche el nombre a Ecruteak. No no, de verdad no creo que estemos más seguros alla, es más, prefiero llamar a la señora secuestradora antes que tener que recurrir a mis viejos por protección, los amo pero no pueden cuidar ni a su propia sombra. Hay días en los que creo que mis poderes y los de mi hermana fueron culpa de sus negligencias como padres, posiblemente trataron de criarnos cerca de algún templo extraño o abrieron una tumba quedando malditos y ahora yo estoy condenad a una vida de soltería absoluta por ellos. Además si tengo suerte posiblemente no este en casa, quizás se fueron a algún lugar a pasear.
La pitonisa termino dejando a uno de sus natus mirándonos luego de ofrecernos ir a la ruta 36 con un amigo suyo, el resto del grupo parecía más que decidido a ir incluso varios de ellos sonaban demasiado convincentes sobre el tema, por mi parte me sentía más atraída a quedarme con el circo, después de todo creo que ellos podría ser mejor protección que los que sería mi grupo, después de todo acá tenían más pokemons, pero también eran un grupo más proclive a ser atacado. Tantas dudas y tan poco tiempo, quizás ese hombre si nos diga lo que esta pasando aca y nos pueda ayudar.
-Che, disculpame flaca – Sentí que alguien me llamaba, me di vuelta a verlo, este chico siempre estuvo aca? Ni lo había notado. -Pero no soy bueno protegiendo a la gente, asi que no cuentes conmigo para eso-. Solo me digne a levantar mis manos en señal de entendimiento, de verdad hace cuanto que esta con nosotros?
-Disculpe doctor con problemas de ira.- Dije luego de que el tipo dijera de que separarnos no era una buena idea. –Pero si esta en contra de separarnos, por que quiere dejar el circo? Quizás aca nos puedan ayudar, no tengo problemas en ir a esa casa pero no por ello es más seguro que este lugar.-
Pantaleon partió mi vicio a la mitad y lo reemplazó con una hermosa flor. La tomé en mis manos y la coloque en mi vinny.
-Gracias, es muy hermosa, si te molestaba el humo me hubieses dicho- le dije con una sonrisa- Pantaleon, lo que prometo lo cumplo, no te preocupes.- Quizas puedas ayudarme vos con algo, no se alguna forma de encontrarlo.
La señora empezó a hablar de gente con poderes y que podían cruzar una frontera o algo asi y que estaban en peligro, le entendi por supuesto, pero no dejaba de parecerme extraño, había visto a varias de las personas de aquí que podían hacer ciertas cosas, pero pensé que era yo que veía cosas como usualmente me pasa. ¿Hablara de mi también?, es verdad que hay veces que puedo ver cómo las cosas se mueven en cámara lenta cuando estoy sobre una tabla, pero pense que les pasaba a todos eso, va que se yo, siempre quize ser especial en algo… que va se que nunca podría ser de esas personas.
“Gracias niño, creo que necesitaba una fumadita, cuando quieras le aplicamos a lo que tengo en la bata”
-No hay problema, el próximo lo invitas vos- le dije sonriendo.
Todos nos debatimos a donde ir y la verdad encarar para Violet, no era lo mejor para mi, alejarme de kanto era mi prioridad número uno, eso era lo que habíamos acordado. Pensaba ir hasta Olivine y colarme en algún barco o algo y viajar hasta Hoen…
-Un gusto conocerlos a todos la verdad, pero creo que voy a tener que declinar la oferta, no creo que sea una de esas personas de las que habla la abuela y tengo un barco que me espera en Olivine, aunque ellos no lo sepan- lo mire a pantaleón- Voy a intentar averiguar algo de Segis por el camino, no tengo mucha plata, pero creo que para una carta me alcanza, cualquier cosa que encuentre te lo voy a hacer saber.
Mire un segundo la tarta que quedaba.
-¿Puede ser que me guarden un poco en un tupper para llevar?
Parque Municipal de Goldenrod (Clausurado) // Ruta 36
-Entonces te acompaño -los entrenadores se dieron vuelta y rompieron con el círculo que habían formado para charlar, mientras el natu los observaba de manera curiosa y detenida. Quien les había hablado era Rhiannon, que se dirigió a Ace con una expresión de alguien sumamente decidido. Se refregó un ojo, tosió como si algo le molestara en la garganta. Le costaba un poco mantenerse en ese papel, pero lo estaba intentando- No tengo motivos para estar aquí ahora... y deberíamos ir primero a descansar, luego podemos separarnos del grupo -dijo finalmente. Su rockruff se sentó a su lado. Si bien Ace no estaba muy confiado al principio, terminó aceptando luego de que alguien susurrara que aquel viejo tenía algo “especial” en su hogar. -¿Estás segura con tu decisión? -la anciana regresó y habiendo escuchado las palabras de la chica, decidió intervenir ya a unos metros de distancia. -Sí -afirmó Rhiannon acompañando sus palabras con una pequeña inclinación de su cabeza- El circo... -observó a su alrededor- no podrá avanzar por un tiempo y... -No quieres demorar tu búsqueda. La joven apartó la mirada apenada, pero luego volvió a poner su mirada en lo alto, reafirmando su decisión.
Los jóvenes se miraron los unos a los otros. Pócrates tomó la palabra y le comunicó a la pitonisa que aceptaban su oferta con la seriedad propia de un lider que la abuela no hubiese esperado ver en él. No era muy seguro qué haría cada uno luego, pero estaban ante la posibilidad de dormir en un lugar cálido sin costo y no pudieron decirle que no a eso. -Bien -asintió la mujer- Algunos de los acróbatas del aire regresaron y me comunicaron que la ruta está libre de peligros, así que no deberían tener problemas en llegar pronto. Mandé uno de mis natus con un aviso... Deben pasar el cruce que conecta la ruta 36 con la 37 y luego la entrada a las Ruinas Alpha. Poco luego de eso encontrarán un camino al norte. Ahí está mi amigo -la chica de los Spheals llegó con un pequeño bolso en la mano. Se había soltado su cabello ondulado y le colgaba por un costado. Le dejó el bolso a Pócrates. Él lo abrió con ayuda de Leon y Ace, que parecían bastante interesados en ver qué había dentro. Había dos linternas, una caja de fósforos y una brújula. Y abajo de todo un tupper con porciones de tarta- Sin eso no van a poder ver nada -rió la mujer, sola. -Lamentamos no poder darles mucho. Al fin de cuentas somos un circo -comentó la chica de tez morena mientras abrazaba a Rhiannon, que correspondió el abrazo- A todo esto... Mi nombre es Evelyn. Es bueno que alguien que te conozca no solamente como la 'maravillosa ninfa del agua'. -Y yo soy Rhiannon, aunque eso ya lo saben... -mencionó la susodicha acomodándose la ropa una vez liberada del gesto afixiante de su amiga- Y él es Picard -el pequeño rockruff ladró a modo de saludo.
El grupo se alistó para irse. Pudieron llevarse un par de mantas y una botella con agua para el camino. -Pueden regresar mañana si quieren preguntarnos algo -comentó la anciana- Estaremos aquí por uno o dos días más. Una vez se despidieron, comenzaron a avanzar el dirección al este, por la ruta 36. Los policías los observaron por un segundo, pero no los detuvieron, ya estaban a punto de irse ellos también. Sin embargo, la mujer sacó un cuaderno e hizo algunas anotaciones, mientras uno de sus compañeros la apuraba. La pitonisa se los quedó observando, con Evelyn a un lado. -No creo que tuvieran que saber tanto sobre el circo... -la ninfa del agua comentó con reproche, apartándose para ordenar las cosas que los entrenadores habían dejado. -... -la pitonisa observó al cielo. Las estrellas seguían ausentes- Pronto... -suspiró- No quería volver a ver el cielo así... Espero que tu plan sirva de algo, Segis -dijo para si misma. Dio un golpe fuerte con el bastón, más fuerte de lo normal, y desapareció.
Debían ser alrededor de las diez u once de la noche. Los entrenadores ya llevaban caminando 30 minutos y el aire comenzaba a sentirse más fresco y limpio, sin presencia de humo. Algunas leves y frías ventiscas para el verano los rodearon un par de veces. El bosque que los rodeaba estaba silencioso, lo que volvía el ambiente un poco tétrico. No podían ver a sus alrededores sin ayuda de la linterna, la luz de la luna era demasiado tenue, pues estaba en su fase menguante, se escondería muy pronto.
Llegaron al susodicho cruce. Pudieron identificar un cartel que señalizaba distintos destinos. Una flecha apuntaba a la Ruta 37, otra la continuación de la 36 y una última señalizaba la ruta 32 y las Ruinas Alpha. A un lado de las señalizaciones, había un tablón de madera algo comido por el tiempo. Identificaron varios carteles pegados con chinches o cinta scotch. Eran variados, servicios de albañilería, clases particulares, cursos, servicios que no podemos mencionar en horario de protección al menor, y un gran cartel se destacaba sobre el resto. Estaba pintado de manera artesanal, con pinceladas anchas y rápidas, de color rojo. El texto “El circo es cárcel. El circo es muerte”, estaba escrito en él. Intentaron no hacerle caso, y siguieron avanzando, el camino poco a poco dejaba de ser un bosque, comenzaba a ser pavimentado con piedras y se encerraba entre dos pequeñas colinas.
A los pocos minutos, Rhiannon se detuvo. -Tenemos un problema -comentó intentando afilar la vista en la oscuridad. A los costados del grupo sólo se levantaban paredes de barro y piedra propias de las colinas, con algo de vegetación. En frente de ellos, una alta pila de rocas descansaba cómodamente sobre el paso del camino. Debía tener unos cuatro metros de altura. -Se que hace mucho que no tiembla en Johto... -dijo observando con detenimiento las piedras- Llevo unos diez días en en esta región y no hubo ningún terremoto en ese tiempo, al menos.
Mientras me reía tras haber dado mi intento de discurso (el cual al parecer había funcionado) el musculoso me dio una palmada en la espalda mientras sonreía amistosamente. Para él seguro que no había sido nada, pero casi me había sacado el pulmón por la boca y dislocado 5 vertebras.
Cuando intentaba recuperar el aliento, el chico del skate me dijo sonriendo: -No hay problema, el próximo lo invitas vos-
Aunque me había insultado hace unas horas, esta vez me había salvado de irme preso por violencia a la tercera edad, por lo que le debía una.
De la nada la chica del rockruff parecía dispuesta a acompañarnos, iba a dar mi opinión al respecto, ya que me parecía peligroso, pero tampoco soy nadie para andar diciéndole a los demás lo que pueden hacer con sus vidas.
- ¿Estás segura con tu decisión? – La anciana ya estaba de vuelta, me fue imposible no mirarla con un poco de rencor, pero había que omitir por el grupo, por lo que me acerqué serio intentando a cada paso olvidar las ganas que tenía de devolverla con kamisama y le conté la decisión que habíamos tomado.
La vieja me miró extrañada, como si no esperase que pudiera conservar la compostura. Ella nos comunicó que la ruta estaba libre de peligros y que además debíamos pasar por el cruce entre la ruta 35 y 37 y luego pasar por las ruinas alpha. Eso me llamó mucho la atención, y que siempre me han interesado los Pokémon antiguos.
La chica de los spheals se acercó y me entregó un bolso, para revisarlo se me acercó el chico del scraggy y el niño skate. Ger estaba olfateando el bolso desesperada, al parecer algo le había gustado. Encontramos dos linternas, una cajita de fósforos y una brújula. Y lo más importante, una tarta de buen tamaño debajo de todo.
-Lamentamos no poder darles mucho. Al fin de cuentas somos un circo- dijo la chica morena mientras abrazaba a rhia al tiempo en que se presentaba-
Rhia hizo lo mismo al tiempo que nos presentaba a picard su rockruff. Luego no presté mucha atención a las palabras de la anciana, ya que tenía que intentar que ger no se comiera toda la tarta.
Tras una corta despedida comenzamos el camino hacia la ruta,no tenía ni idea que hora era, pero ya llevábamos caminando una media hora, no me gustaba el frio por lo que iba tiritando, todo estaba en silencio. Al llegar al lugar que la vieja nos había dicho notamos una flecha que apuntaba hacia las diferentes rutas posibles con varios afiches pegados, uno sobre todo me llamó mucho la atención. Mmm sí…este sí que me gustó -dije acercándome con cara malévola al afiche de veterinario experto en eutanasia-
“El circo es cárcel. El circo es muerte” decía uno, pero las personas del circo aquel se veían bastante contentas con sus Pokémon por lo cual omití el tema.
Rhia dijo que teníamos un problema, al fijarme bien noté una alta pila de rocas, varios metros de altura. Obvio que para alguien con mi físico aquello era una tarea imposible. Intentar destruirla quizá, pero seguro tomaría mucho tiempo. Además, ir a las ruinas alpha me llamaba bastante la atención.
Miren -dije avanzando hacia la pila de rocas- tenía miedo y de seguro iba tiritando, pero hice lo que pude para que no lo notaran.
Como pueden ver si subimos por acá vamos a terminar todos en el hospital. –lo cual me vendría bien si pudiesen pagarme pensé- para convencerlos sabía que tendría que hacer algo…
Intenté trepar el gran muro rocoso, estaba re cagado de miedo, intentaba imaginar la canción de rocky para seguir adelante, pero al dar el primer paso resbalé de una manera bastante vergonzosa golpeándome en la cabeza. Me levanté como si no hubiese pasado nada y les dije:
JAJAJA! esta subida no es nada!! Está un poco difícil, obvio que se puede, pero por el bien de todos, creo que es mejor que vayamos por las ruinas -dije mientras intentaba recordar que hacer en caso de fractura expuesta craneal
Que noche de mierda que era, la verdad. Encima que odiaba tener que caminar en la oscuridad (demasiado parecido a algunas de las misiones que nos habían hecho hacer con el pelotón), teníamos que hacerlo cuando apenas había brisa o luz para guiarnos. Mientras pasaban los minutos sentía aquél picazón en la parte de atrás del cuello característico de que algo adentro mío sabía que estabamos en una situación jodida.
¿Cuando no, eh?
Peor de todo (y nunca revelaría esto a nadie excepto Day), no había tenido la chance de darle unos mimos al Rockruff de Rhiannon. No tenía mucha idea sobre los Pokemon de otras regiones pero los que sí me los sabía de memoria eran los que se parecían al buen Growlithe que tenía allá en casa. Titus... dios, como lo extrañaba. Una bola enorme de pelo y hiperactividad que nunca me dejaba dormir, se morfaba toda mi comida y exigía que lo sacara a dar una vuelta al menos una hora al día.
Mas o menos como Day, excepto que al menos él no hablaba. Traté de contener mi risa al camuflarla de un tosido, pero creo que Day se dió cuenta al lado mío.
-Che, ¿Cuando lleguemos a esa casa le podés preguntar a Rhiannon si me presta el Rockruff? -Le susurré para que solamente ella me escuche.
Nuestra charla no duró mucho; en el medio del camino nos encontramos con una pila enorme de piedras que aparentemente habían caído de la nada. Rhiannon mencionó algo sobre que no habían tenido ningún tipo de terremotos últimamente...
-Sabotaje, entonces. -Me encogí de hombros. -Capaz que saben que venimos por acá, o capaz es algo que hicieron unos ladrones para montarnos una emboscada. Lo más inteligente sería trepar, pero... -Me hice sonar los nudillos inconscientemente. -A ver si la puedo romper...
Lo que dije había sido joda, pero al parecer nadie se dio cuenta de aquello porque no se ríeron. Me quedé plantado por un momento, y después empecé a pensar. Con mis habilidades... ¿Era tan estúpida la idea? Bueno, definitivamente sí, pero nunca iba a saber si no lo intentaba. Cerrando los ojos dejé salir un largo suspiro, haciendo mi mejor esfuerzo para limpiar todo pensamiento de mi cabeza. Cerré las manos en puños y dejé que esa luz blanca familiar me rodee.
//Iron Skin, o para efecto o capaz que haga algo (?// [dice]0[/dice]
Planté los pies firmemente en el suelo, estiré un brazo hacia atrás y tiré mi puño hacia adelante; hacia una de las piedras del medio que parecían más vulnerables.
Al final el peliazul vino con nosotros a la cabaña misteriosa. La chica del perro también nos quiso acompañar, parecía decida a seguir adelante. Muy bien, por un momento ahí pensé que era del tipo que se queda un mes llorando por cada cosa mala que les pasa. La chica de los Spheals se introdujo como Evelyn, bonito nombre, iba con su estilo. La otra chica también se introdujo, Rhiannon? Ria... Nono... Nonie? Su perrito se llamaba Picard y parecía llevarse bien con Atlas, que lindo, no todos los pokemon se bancan su energía.
Pensando bien en eso, decidí guardarlo antes de salir, no quería que se anduviera alejando del sendero de noche. Caminamos un par de horas y ya me estaba empezando a agarrar frío. Me cerré el saco, a ésto le llaman verano en esta región??
Collie hizo un ruido al lado mío y me preguntó secretamente si después podía pedirle a la chica que lo deje abrazar a su perro. Revoleé los ojos sonriendo, qué se hace el duro este bobo.
Pasamos por una encrucijada con algunos carteles bastante interesantes, sobre todo eso del Circo... Hasta que nos detuvimos, pero sin haber llegado aún. Adelante nuestro había un derrumbe. Un derrumbe que según Nonie era sospechoso, y según Collie era una trampa. Todo lo que yo veía era más piedras y tierra. Ése es el problema en este lugar, demasiada tierra. Ir a las ruinas? Ja sí, lo último que quiero es estar rodeada de más tierra y cuevas bajo tierra.
Después de ver al curandero caerse (y reírme de él) me dieron demasiadas ganas de intentar subir también. No era una pared tan alta realmente. Collie le intentó pegar una piña pero no pareció tener mucho efecto, algunas piedritas cayeron con el impacto.
-Voy a trepar!- anuncié -Collie, haceme pie, tal vez pueda ver algo por encima.-
//Destreza + Atletismo que no tengo lol// [dice]0[/dice]
-A caminar entonces.- Dije algo resignada mientras ajustaba mi bolso para que sea una mochila, asi iba a ser más cómodo el viaje hasta donde sea que tengamos que ir, realmente nunca fui buena orientándome en algún lugar, varias veces me había perdido incluso en la ciudad, como cuando llegue tarde al teatro esa vez y casi me matan, en un sentido figurado, no tan literal como aca. Antes de salir pasamos por unos policías, guiñe el ojo a uno mientras lo saludaba, que ganas de ir presa que tengo. Por suerte Mits estaba en su pokeball si no estaría golpeándome, una de las oficiales anoto algo mientras nos íbamos, sorry querida, si te arreglas el cabello capaz levantes porque esas puntas florecidas deberían ser ilegales.
Seguimos caminando por media hora, cada tanto el viento frío me recordaba que tendrían que haberme puesto cancanes esta noche, olvidaba que las noches de johto pueden ser asi de frías. Pero estamos en verano, esto es medio extraño. Me abrace a mi misma mientras me acercaba más al grupo, no quería quedarme demasiado sola, las chicas lindas siempre se llevan la peor parte en las películas de terror. Estuvimos asi por un buen tiempo hasta que por fin llegamos a un lugar que tenía varios carteles pegados, ninguno llamaba la atención, excepto el gran cartel pintado de rojo que decía “El circo es cárcel. El circo es muerte” creo que habíamos hecho bien en irnos de lugar.
Volvimos a caminar hasta que la chica del circo nos detuvo, por lo visto había unas rocas deteniendo el camino. - Llevo unos diez días en en esta región y no hubo ningún terremoto en ese tiempo, al menos.- Estuve a punto de golpearme la frente con la mano, esta chica me esta hablando de verdad? Holaaaaaa pokemonssss, muchos pueden hacer estas cosas con el menor esfuerzo, hasta yo lo sé. Nos quedamos mirándonos entre todos hasta que Sexy cole ofreció romper la pared con sus fuertes y musculosos brazos, desearía tener una cámara para poder sacarle una foto. O pororó para comer mientras veo. Desgraciadamente apenas había movido un par de piedras como mucho.
Mire la enorme pared, nunca me había gustado realizar actividades que pudieran dañar mis piernas. Supongo que tendré que recurrir a la vieja estrategia.-Alguien podría ayudarme a subir? No soy muy buena para este tipo de cosas rudimentarias- Me excuse mientras trataba de parecer una dama en apuros.
/Apariencia + Seduccion a todos porque puedo, incluida la pared/ [dice]0[/dice]
Luego de que la abuela nos asegurara de que la ruta era segura y nos indicara como llegar, la chica de los spheal le entregó un bolso al doctor, al que me abalancé de inmediato. Quería saber que nos daría esta gente para protegernos de los cazadores... Un par de linternas, una cajita de fósforos y una brújula, no eran objetos de protección, pero sin duda eran útiles para sobrevivir. Y comida, mas tarta. Si el doc lograba mantener a su snubbull lejos del tupper tal vez tendríamos desayuno mañana. Me alegré por eso.
Sin mas demora, empezamos nuestra caminata por la tranquila ruta 36. Demasiado tranquila... No se podía ver ni un pokemon salvaje a los costados del camino, y arriba el cielo seguía sin estrellas. Permanecí la mayor parte del camino en silencio, escuchando comentarios de mis compañeros, pensando en mi sueño de la noche anterior y en lo que dijo la anciana. Coincidencia? No creo en las coincidencias.
Creo que solo hablé en una ocasión, y fue para hacer un comentario sobre un cartel pegado en el cruce. -Normalmente estaría de acuerdo con eso. Pero esta noche tuve el placer de presenciar un circo diferente.... Bueno, por un rato-
Pocos metros mas adelante del cruce, la primera dificultad del camino: Una pared de piedras de casi 4 metros bloqueaba el camino. El doc volvió a tomar la iniciativa intentando escalarla y fallando casi instantaneamente. Por otra parte, Cole intentó derribarla, también sin mucho éxito, pero Darya si estuvo bastante cerca de llegar hasta arriba. Por mi parte me acerqué a las piedras, las miré un buen momento, las peteé para ver si estaban firmes y me decidí a escalarlas.
-Alguien podría ayudarme a subir? No soy muy buena para este tipo de cosas rudimentarias-. Por lo general no soy muy caballero que digamos, pero algo en el tono de voz de la chica, junto con su mirada me hizo intentar ayudarla. -Subí conmigo le dije. -Dejame subir un poco y te doy la mano desde arriba.
Dicho esto tragué saliva, intenté dominar mi vértigo, me ajusté la mochila y el cinturón con la pokebola de Trebor, y encomendándome a arceus. empecé a escalar. Trepé sin dificultad casi hasta la mitad, pero cuando me di vuelta para darle la mano a la chica, la piedra que estaba pisando se soltó, y rodé hasta abajo, llenándome de moretones que seguramente me dolerían al día siguiente.
-Está dificil- dije, mirando a la chica, bastante avergonzado. -che, Rhiannon, no? Vos conocés mejor esta zona. Por casualidad habrá otra ruta?- En lo posible que no sea a través de las ruinas, pensé agregar, pero finalmente me quedé callado.
-Algo "especial" eh- pense, quizas ese barco pueda esperar unos dias, ademas, hace meses que no duermo en un cama, mientras me este moviendo no creo que haya problemas. Evelyn nos trajo varias cosas en un bolso para el viaje, esa chica es un amor, y no es nada fea tampoco.
-Evelyn, si nos volvemos a ver, dejame invitarte a tomar algo, como agradecimiento claro- le dije con un guiño
En el camino a la cama prometida nos cruzamos con un muro de piedra y ria-chan hizo la observacion de que no habia habido temblores, obviamente era...
"-Capaz que saben que venimos por acá, o capaz es algo que hicieron unos ladrones para montarnos una emboscada. Lo más inteligente sería trepar, pero... "
-Bravo Cole! Era lo que iba a decir, Tambien podria ser que quieren que no tomemos este camino, o es lo que yo haria al menoa- dije riendo.
Todos estaban decididos a hacer algo con el muro, esto iba a ser divertido, asi que libere a chloe y pude dos piedras frente al gran muro como si fueran asientos. Nos sentamos uno al lado del otro.
-Hermoso dia tenemos hoy verdad señorita chloe?, los pajaros no cantan, el sol brilla y grupo de gente intenta pasar a travez de esta gran roca que magnifico deporte!- dije hablandole a un microfono invisible.
-Spin! Spin!- asintio el pokemon seriamente.
-Tu lo has dicho!- dije viendo a Pocrates intentar escalar- Nuestro primer concursante es el inigualable doctor Pocrates! Dentro de sus intereses figuran, fumar fasito con su servidor y curar heridas leves! Que posibilidad hay de que pueda superar esta prueba srta Chloe?
-Spin!
-Tiene razon! Hay que esperar para ver!
El doctor habia caido despues de apenas escalar un centimetros.
-Oh que lastima! Estaba tan cerca! Que premio de consuelo tenemos para el señorita?
La spinda saco un pequeño fasito cortado a la mitad.
-Un aplauso gente! Nuestro siguiente concursante es el musculoso Cole que parece optar por otra tactica muy acorde a sus capacidades.
El joven dio un puñetazo a la pared, pero parecia no haber tenido mucho efecto.
-Que gran golpe! Habra tenido efecto? Quedense despues de los comerciales para averiguarlo!
Darya intento escalar, pero parecia ser que tenia dificultades para subir, no parecia una chica muy atletica, pero era lindo que lo intentara.
-Vamos Darya! Toda la jotho unida esta con vos!
"-Alguien podría ayudarme a subir? No soy muy buena para este tipo de cosas rudimentarias-"
-oh una estrategia diferente, la que intenta la concursante Olivia! Y esta funcionando, este servidor va a ayudar a la dama, si me disculpan...- dije levantandome del asiento, pero volviendo a sentarme- parece ser que me han ganado de mano por el concursante Leon! Un verdadero caballero! Verdad?
-Spin, spinda!- dijo chloe tirandose aire mientras se sonrojaba- spin?
-y perderme esto? Nah, lo que si te puedo decir es que por hoy nuestro tiempo se ah terminado! Nos veremos la proxima vez en ClimB that rock! Que tengan buen semana amigos!
El panorama no era para nada bueno. Pócrates no había tenido éxito escalando, y sólo había quedado un poco en ridículo. Cole por su parte le propició un buen golpe a la par, pero sólo algunas piedras se movieron, sin que fuera suficiente. El golpe le había dolido un poco, y quizá seguir intentando molerla a golpes no era la mejor opción. Intentaron otra estrategia. Darya pidió ayuda para subirse, y estuvo muy cerca de alcanzar el borde y mirar al otro lado. Leon no tuvo la misma suerte y llegó a la mitad. Nadie había resultado herido en sus intentos, pero sabían que si seguían, más de un hueso podría verse afectado. Rhiannon observó con interés la escena que habían montado Ace y su spinda, y casi les entregaba el cono de papel que todavía llevaba con ella, pero se detuvo. Picard se aproximó a la pared y agarró una piedra con furia. Comenzó a sacudirla de un lado al otro y la arrojó a un costado. Terminó ladrándole. Algunas piedras cayeron por encima de él, obligándolo a soltar algunos lloriqueos. Saltó a los brazos de su dueña, que observó la pared con atención. Le pareció notar que algunas piedras se desprendían como resultado de los golpes y movimientos que los entrenadores habían realizado sobre ella. -Oigan... -comenzó a comentar, pero el resto del grupo estaba bastante centrado en las palabras de Olivia. Su forma de hablar, sus finos gestos, su cabello cautivante... Debía admitir que era una mujer enigmática y hermosa. La chica sacudió la cabeza, y tuvo que volver a hacerlo luego de creer ver que algunas piedras de la pared se habían puesto rojas- Necesito dormir... ¿Ah? En un instante algo salió disparado de la pared dejando piedras detrás suyo. Creyó que también era una ilusión creada por la falta de descanso, pero se percató de que no al escuchar el grito de Olivia cuando algo el saltó directo al rostro.
//Peck a Olivia 5 (+10)// [dice]0[/dice]
Mientras la mujer intentaba quitarse aquella criatura violeta y espinosa del rostro, otras dos figuras saltaron rápidamente al ataque, disparadas de la pared. Una se direccionó hacia Chloe, la spinda. Parecía ser que su espectáculo no había resultado más que una molestía para las enormes orejas del pokémon.
//Leer a Chloe// [dice]1[/dice]
La última saltó directamente hacia Leon mientras chillaba con fuerza, apuntando específicamente a su pierna.
//Peck a Leon 5 (+10)// [dice]2[/dice]
Los tres nidoran parecían algo lastimados, tenían marcas de raspaduras y moretones, sin embargo tenían voluntad para seguir peleando. Se veían amenazados y posiblemente veían a los entrenadores como los responsables de que aquellas piedras estuvieran en medio del camino.
El rockruff quiso saltar al ataque pero Rhiannon lo detuvo con ambos brazos. -¡No! Podrías quedar envenenado -la chica se percató de sus compañeros de grupo que habían sido atacados. Pero no llegó a tiempo a evitar a que los tocaran.
Detrás de ellos, la pared se desmoronó ligeramente como resultado de que parte de su sustento había escapado de allí. Si alguno observaba detenidamente la pared, podría notar cómo las más míseras piedritas se desprendían de a poco, siguiendo un ritmo constante. Uno, dos. Uno, dos. Los tres nidoran soltaron un chillido al mismo tiempo.
Me levanté del suelo, y mientras me sacudía la tierra sentí que algo me atacó. //Resistencia// [dice]0[/dice]
-¿Es todo lo que tenés?-, dije mirando al pokémon que me acababa de atacar. -Recibí golpes muchos mas fuertes que eso en mi vida!! Me gusta tu actitud, pero asi no vas a llegar muy lejos. Te falta mucho por aprender-. Arrojé la pokebola de Trebor al aire, mientras terminaba de hablar. -Disculpá que te joda, pero creo que ya dormiste. puede ser un cabezazo a eso?- Y le señalé al nidoran que me acababa de atacar.
Noté como a mis espaldas algunas piedras seguían cayendo, pero en este momento no me importaba en lo más mínimo... Estaba ante la oportunidad de capturar mi primer pokémon! Y nada me iba a detener!!
-En la cara no! En la cara no!- Exclame mientras me cubria la cara con los brazos intentando resisitir el ataque del pokemon que acababa de caer del cielo.
/Resistencia/ [dice]0[/dice]
Arroje al bicho lo más lejos posible de mi mientras liberaba a mi pokemon para arrancar desgraciadamente otro combate, estas preocupaciones de la vida me van a terminar arrugando. Saque mi espejo de la mochila para verme como había quedado. -Bueno querida, algo podemos hacer con un poco de base, hemos arreglado cosas peores.- Me intente tranquilizar, sentí la mirada de odio de mi pokemon ante mi falta de interés en la pelea. Una es mujer antes que entrenadora.
Levante mi vista para ver que no solo yo había sido atacada, si no que los otros entrenadores también por otros nidorans. Mire con más atención a las criaturas, parecían estar bastante dañadas, como si hubieran sido atacados antes por algo. Algo que por lo visto venia de la enorme pared ya que parecían estar chillando por lo que sea que estuviera por venir de allí.
Sacudí la cabeza intentando volver a pensar lo que estaba por hacer, mi pokemon es una planta y esas cosas son venenosas o algo asi, mi hermana me decía que no podía tocarlas por más dulces que se veían, aun que versión clarita me parecía más linda que la versión nene.
-No nos queda otra, verdad? Espero recordar como hacer esto.- Respire hondo mientras me concentraba, nunca me había gustado hacer uso de mis poderes, incluso por muchos años trate de reprimirlos, siendo eso el primero de muchos errores. Para bien o para mal al final termine aprendiendo una valiosa lección, no podes huir de tu naturaleza y menos cuando la naturaleza sos vos.
Abrí mis ojos, un resplandor violeta había reemplazado el azul natural de mis ojos mientras las marcas comenzaban a expandirse por mi piel, ramas oscuras como si fueran tatuajes recorrían mis brazos hasta llegar a mis palmas para finalmente llenarse de flores violetas. Siempre había sido el mismo tipo de flores, cerezos, a veces rosa, otros azules, no siempre el mismo color, pero si la ramas y las flores. Las mismas que tenia en casa, era como llevar una parte de mi hogar conmigo a todos lados. Una nube de perfume comenzó a salir de mis manos envolviendo a mi pokemon.
La pequeña planta se paro erguida mientras se disponía a golpear a uno de los nidorans.
