Made in PAPokémon: El Mundo con Otros Ojos

Pokémon el Mundo Con Otros Ojos – Capítulo 8: Doble evolución, la luz al final del túnel

Disclaimer lavamanos tipo Disney

Esta historia fue escrita desde el 2002 al 2004, por una piba y un pibe que, al comienzo de la historia, tenían 15 años, al igual que el protagonista.
Es probable que cada tanto encuentren chistes o comentarios homofóbicos, machistas, racistas y/o de mierda en general. Básicamente, éramos literalmente nenes y bastante boludes, como la gran mayoría de las personas lo es a esa edad. Esos comentarios NO reflejan la postura actual del staff de PA y francamente, son bastante vergonzosos. Pero decidimos dejar la historia exactamente tal cual fue escrita y no lavarnos las manos de nuestros errores.

 

Capítulo 8: Doble evolución, la luz al final del túnel

Tras la victoria de Touji contra Falkner y su reencuentro con Rika, los jóvenes entrenadores se dirigían al pueblo Azalea.
Charlaban animadamente mientras sus zapatillas pisaban la hierba fresca, Touji le había contado con detalles todo lo sucedido a Rika; el desastre en Cherrygrove, el escape del Equipo Rocket, la inesperada ayuda de Falkner y la visión del Charizard en la lejanía.

-Touji… -dijo Rika, sin su clásica alegría.
-¿Si?
-Yo… lamento haberte metido en todo esto, nunca pensé que fuera a traer estas consecuencias… todo es por culpa mía. Se hizo el silencio durante unos instantes.
-Sabes, cuando yo me puse a pensar en lo que había pasado en Cherrygrove, lo primero que hice fue echarme la culpa, pero no podés lamentarlo siempre, si no hubiéramos interferido, quién sabe que pudo haber pasado, además… esa cara no te queda bien, te ves más linda cuando sonreís. -hasta él mismo se sorprendió con la facilidad que pudo pronunciar esas palabras, pero se avergonzó de inmediato.

-Gracias… -respondió ella recuperando su sonrisa.
Touji le enseñó su nuevo Totodile y el huevo que le dio el Señor Pokémon.
-Interesante… -decía Rika pensativa, mientras observaba el huevo desde diferentes ángulos.
-¿Y? ¿Tenés alguna idea de lo que va a salir de ahí?
-Eso no podemos saberlo hasta que salga… pero estoy segura de que va a ser un Pokémon muy especial.
-Sí, supongo, habrá que esperar…

La caminata continuó. Pasó un día, una noche, otro día y otra noche, en las que Touji se enfrentó a muchos entrenadores y Pokémon salvajes, tuvo victorias, derrotas y (sobre todo) humillantes derrotas… Pero claro, no todo fue perdida, sus Pokémon adquirieron bastante experiencia en combate, y también Touji logró capturar algunos Pokémon, como un Hoppip al que bautizó Pipo, un Wooper que fue llamado Slimy y dos Pidgey, un macho y una hembra muy bonitos que se llamaban Monte y Video respectivamente, los cuales fueron enviados automáticamente con el profesor Elm.

Luego del largo viaje, finalmente pudieron divisar dos cosas; la primera: el centro Pokémon, y la segunda: lo que sería su gran odisea al día siguiente; la Cueva Unión.
-Bueno, vamos a descansar y mañana a primera hora salimos para Azalea.
-De acuerdo.
Después de curar a sus criaturas de las muchas batallas que habían tenido, se sentaron, Touji liberó a todos sus monstruos y se decidió a llamar al profesor para contarle todas las novedades.

-Hola profesor, espero no haberlo interrumpido en algo importante.
-No, está bien, me alegra que llames, contame, ¿cómo van las cosas? ¿Dónde estás? ¿Tuviste más aventuras?
-No… por suerte no, pero atrapé muchos Pokémon.
-Si, recibí los dos Pidgey que me enviaste, parece que finalmente mis enseñanzas están sirviendo de algo… y decime, ¿qué otros Pokémon capturaste?

-Bueno, tengo una cosa que tiene yuyos en la cabeza, creo que se llama Hoppip, y otro que es resbaladizo y no lo puedo agarrar, no me acuerdo del nombre de ese…
-Wooper, Wooper, Touji, no tenés que ser tan distraído… -dijo la voz de Rika.
-Ah, eso, se llama Wooper -dijo Touji rascándose la cabeza con nerviosismo.
-Muy bien, pero no seas desconsiderado, ¿Quién es la chica que te acompaña?
-Ah, es una amig…
Touji fue interrumpido por la jovial voz de Rika:

-Mucho gusto, soy Rika Sakurai, el profesor Oak me habló mucho de usted.
-¡Ahh! Si, él también me habló mucho de vos… Rika Sakurai, el profesor me dijo que vos eras una de sus alumnas más prometedoras.
-¿Ah si? Me siento alagada, aunque en realidad fue Gary el que me lo enseñó casi todo sobre el entrenamiento Pokémon… y dígame, ¿qué está investigando ahora?
-¡Ah! Es una excelente pregunta mi querida amiga…

Touji sintió una sacudida de terror:
-¡Nooo, vos no lo conoces! No empiecen a charlar, ¡que esta llamada la estoy pagando yo!
Rika y el profesor parecieron ignorarlo y se sumieron en una aburridísima charla sobre las propiedades del sonar de los Zubat, que para ellos debía de ser apasionante.
Pasaron horas, y horas, Rika y Elm todavía seguían hablando, hasta que Touji, con los bolsillos secos y harto de escucharlos hablar de cosas que no entendía ni le interesaban, interrumpió la conversación:

-Profesor, le tengo que enviar a estos bichos raros, tengo suficientes por ahora, además Rika me dijo que estaban en un nivel muy desparejo y que me iba a tomar mucho tiempo entrenarlos hasta el nivel de Kosuke y los demás.
-¡Ahh! y hablando de Kosuke, ¿como est-
-Bien, muy bien, duro como una piedra, tome los Pokémon -dijo Touji mientras ponía las Pokebolas en la máquina transportadora, ansioso por dar por finalizada la conversación.
-Nosotros nos tenemos que ir.
-¿Eh? Espera, ¿ir adonde?
-Es que mañana vamos a cruzar la cueva Unión -le dijo Rika.
-Ahh, ya están por ahí, vas muy bien, pero tengan cuidado y no descuides tu entrenamiento, la cueva Unión puede ser peligrosa.
-¿Peligrosa? -preguntó Touji, que empezaba a entrar en pánico.
-No te preocupes, no tendrás problemas salvo que encuentres algún Onix o algo así…
-¿Onix? ¿Y eso que es? ¿Una enfermedad?
-Un Onix es…
-No importa profesor, lo voy a descubrir yo mismo o me voy a quedar sin un centavo, hasta luego -se apresuró a decir Touji, cortando la comunicación.

El chico se quedó pensativo, Rika lo notó y se apresuró a cambiar de tema:
-¡Vamos a comer!
-Si claro, que comemos, ¿Onix?
-No te preocupes por eso, estarás bien mientras lleves a Dandy.
-¿Por qué a Dandy? ¿Onix es comida para Pokémon? Ese Dandy es un muerto de hambre…
-Comamos -decidió Rika.
-Bueno…
Mientras comían Touji le contaba todos los pormenores de su lucha contra Falkner.
-Mmm… ya veo, Falkner realmente sabe entrenar a sus Pokémon, pero Touji, ¿Realmente sabes por qué la bofetada barro le hacía tanto daño a Kosuke?
-No, ni idea, ¿por qué?
-¿Entonces no sabes nada de las debilidades y fortalezas? ¿El profesor Elm no te enseño nada?
-Este… -Touji se rascaba la cabeza mientras forzaba una sonrisa -bueno, yo…
En ese momento el recuerdo de cuando asistía a clases con Elm recorrió la cabeza de Touji…

~~~~

-Bien, entonces, lo más importante que tenés que saber, es que con entrenar un solo Pokémon fuerte no vas a llegar lejos -explicaba Elm -tenés que entrenar a todos los miembros de tu equipo, ¿entendiste?
No recibió respuesta.
-Touji… ¡Touji! ¡¡¡TOUJI!!! ¡¡despertate!!
-¿Ehh? ¿Qué cosa? Si, fuego efectivo contra agua, sí, sí…
-¡¡NOOOOO!!

~~~~

Las sacudidas de Rika lo sacaron de sus pensamientos:
-Touji, no me contestase, holaaaa, ¿estás?
-¿Eh? Si, fuego efectivo contra agua, ¡si, eso!
-Er… me parece que necesitas que te lo explique…

Y así pasaron las horas, mientras Rika le enseñaba a Touji las debilidades y fortalezas de sus Pokémon, estrategias de batalla y la mejor forma de atrapar Pokémon salvajes. Las clases le parecían mucho más interesantes que con el profesor Elm.
Cuando ellos y sus monstruos terminaron de comer, Rika se levantó con un bostezo:
-Bueno, creo que es hora de que vayamos a dormir, mañana tenemos un camino largo y difícil. Vamos Charly. Buenas noches Touji.
-Si, buenas noches.
-Ouiii -dijo el Eevee mientras seguía a su dueña al trote.

-Bueno, chicos, vamos, hay que dormir -dijo Touji a sus monstruos.
Subieron las escaleras y se fueron a sus respectivos cuartos. Touji se alegraba de poder dormir en una cama después de tantos días de dormir al aire libre, y si bien no se había convertido en un maestro con sus Pokémon, si se había convertido en un maestro para hacerles camas improvisadas. Hoho, Dandy, y Kosuke se acurrucaron entre las mantas.

Al día siguiente, a pesar de querer levantarse temprano, se despertaron como a las diez de la mañana, desayunaron algo rápido y salieron corriendo para dirigirse a la cueva Unión.

Antes de entrar revisaron si tenían todo lo necesario en sus mochilas; pociones, antídotos, cuerdas y otras cosas que puedan ser útiles.
Luego de una última revisión de su inventario, se adentraron en la caverna. El aire en el interior estaba frío y húmedo, y el suelo estaba lleno de charcos de agua helada. Touji sintió escalofríos.
Caminaron alrededor de una hora, sin ver ni un solo humano o Pokémon en el trayecto, el único sonido audible era el eco de sus propios pasos.
-Acá adentro no hay ni un alma… ¿No debería haber otros entrenadores? -dijo Touji tratando de romper el silencio.

-Tené cuidado, no grites, podés ocasionar un derrumbe o atraer algún Pokémon.
Siguieron caminando en silencio, todo parecía normal, no había rastros de vida en la cueva, pero entonces pudieron percibir unas débiles vibraciones en el suelo, que cada vez se hacían más y más fuertes.
Siguieron caminando, pensando que era algo normal e intentando no prestarle atención. Pero con el correr de los minutos las vibraciones se convirtieron en violentos temblores.
-¿Qué carajo pasa?
-No sé, pero creo que son los Onix… ¡No te muevas!
-No, no me muevo -dijo Touji hablando muy rápido -¿así que los Onix son temblores?

Justo frente a ellos se abrió una grieta en la tierra, de la cual salió un enorme Pokémon de roca con forma de serpiente, era tan grande que su cabeza casi chocaba con el techo de la cueva, lanzó un rugido que hizo temblar aún más la tierra.

La enorme bestia dirigió sus malignos ojos hacia Rika y luego hacia Touji, quien casi se cae desmayado al ver semejante monstruo a escasos metros de él, ladeando su cuello con un espeluznante crujido.
-Eso… es un Onix -confirmó Rika funestamente.
-A-ah q-que bueno saberlo… -dijo Touji luchando para que sus piernas no temblaran.
Rika habló, sin despegar la vista del Onix:
-Rápido, saca a Dandy.
-¿Pero por… -empezó a preguntar Touji, cuando recordó las palabras de Rika: «Acordate que los Pokémon de agua y los de hierba son muy efectivos contra los Pokémon de roca y tierra».

Rika aprovechó ese instante para guardar Charly en su Pokebola, mientras el Onix seguía todos sus movimientos con la vista.
-¡Dandy, vamos!
El Totodile miró al Onix y luego a su entrenador, parecía querer decir: «pelea vos, yo me voy a la mierda».
-Vamos Dandy, te necesito. Además te volviste muy fuerte con todas las peleas que tuvimos, yo confío en vos, sé que podés hacerlo, ¡tenés que pelear!
El pequeño lagarto enmudeció, sin dar crédito a lo que oía. Sin dudar un segundo más dio un paso al frente, plantándole cara a la bestia.
-¡¡Dile!! -gritó el pequeño cocodrilo con decisión.
-¡¡Chorro de agua!!

Totodile tomó aire para disparar, cuando el gigantesco Onix se le tiró encima, propinándole un durísimo cabezazo. El Pokémon salió volando hacia atrás por el impacto, pero Rika lo atrapó antes de que golpeara el suelo.
Dandy se recuperó del ataque y se dispuso a seguir la batalla; saltó de los brazos de Rika y lanzó el chorro de agua más grande que pudo lograr. Afortunadamente golpeó al Onix en la cara, empapándolo. Casi inmediatamente el monstruo de roca cayó rendido al suelo, provocando un pequeño derrumbe.
-¡Lo lograste Dandy! -dijo Touji lanzando un suspiro de alivio. Le resultaba increíble ver como una bestia tan grande haya caído ante su pequeño monstruo con tanta facilidad.
-¡Muy bien, se nota que progresaste en el entrenamiento! -dijo Rika sonriente -decime, ¿tenés Pokebolas?
-Eh… sí.
-Bueno, ya que lo tenés acá capturalo, te puede ser útil.
-Ok, como vos digas…
Tomó una Pokebola de su mochila y se la lanzó al Pokémon, pero por el enorme tamaño y nivel de este, logró liberarse.
-Ya veo, este es más fuerte de lo que imaginaba… -dijo Rika.
-¿Qué pasó? ¿Por qué no funciona?
-Lo que pasa es que necesitas una Pokebola con más capacidad, tomá, usa esta -dijo Rika mientras le alcanzaba una de color azul.

-¿Y esto que es? a mí me parecen iguales.
-Esto es una Superbola, es para atrapar Pokémon más fuertes y grandes. Usala, yo puedo conseguir más.
-¡Bueno, gracias! -Touji arrojó la superbola contra el debilitado Onix, que esta vez fue capturado sin dificultad.

Pensaron que los problemas se habían terminado, y se dispusieron a seguir su camino. Pero entonces, un nuevo temblor sacudió la cueva, mucho más fuerte que el anterior.
Sin más preámbulos seis Onix salieron de la tierra a la vez, rodeando a Rika y a Touji, el rostro de este último perdió todo vestigio de color. Las miradas de las bestias se paseaban desde la superbola en la mano de Touji hasta los rostros de los entrenadores. Querían venganza.

-Ay… estamos jodidos, MUY jodidos -dijo Touji mirando a su alrededor, aterrado. Iban a morir, iban a ser devorados por esas bestias. Estaban condenados.
-Calma…
-¡¿Cómo que calma?! ¡¡Dandy no le va a poder ganar a seis de esos, apenas y pudo con uno!!
-Tranquilo, no va a pelear solo, si nos concentramos no nos van a poder ganar.
Por primera vez en muchos días Rika sacó una Pokebola, y tras inflarla la arrojó con fuerza:
-¡Ve, Bronto!

De la esfera una criatura de buen tamaño emergió, parecía pacífica, y una gran hoja coronaba su cabeza, era un Bayleef.
-¡Bay! -gritó este.
Al ver lo que le esperaba enseguida se paró delante de su dueña, listo para pelear.
-Nunca dejas de sorprenderme, ¿qué es esa cosa?
-Es mi Bayleef, Bronto. Es muy experimentado, viajó conmigo por todo Kanto, debe estar a punto de evolucionar.

-¿Evolucionar? -Touji volvía a escuchar una palabra que se le hacía familiar, pero sin saber exactamente qué significaba -Bah, ¡Ahora vamos a pelear!
-¡Bronto, Hojas Navaja! -ordenó Rika.
-¡Dandy, Chorro de Agua!
Los ataques eran disparados en todas las direcciones, los Onix se metían bajo tierra haciendo temblar la cueva entera, en un intento inútil de defenderse. Las hojas navaja y los chorros de agua eran tremendamente efectivos, y derribaban a los Onix uno tras otro, pero cada vez había más. Las bestias rocosas no dejaban de salir del fondo de la cueva, aquello era como un nido de serpientes gigantes.

Mientras más vencían más aparecían, a pesar de la gran ventaja que tenían los Pokémon de los chicos, comenzaban a mostrarse agotados, especialmente Dandy, quien tenía un nivel considerablemente menor al de su compañero.
-¡Carajo! ¡Esto es interminable! ¡Rápido Dandy, chorro de agua! -jadeó Touji cuando un Onix estaba a punto de echárseles encima.

Después de salvar a su dueño, el cocodrilo siguió escupiendo chorros de agua sin descanso. El suelo estaba lleno de Onix derrotados, pero aun así seguían saliendo más y más. Uno de ellos emergió justo detrás de Rika, abriendo un enorme agujero, La chica saltó a un lado para no caer en él, pero el hoyo era más grande de lo que ella pudo calcular, y solo logró sujetarse de un borde para no caer al abismo.
-¡¡Rikaaa!! ¡¡Dandy cubrime!!
-¡¡To to!!

Touji corrió hacia donde se encontraba Rika, esquivando por los pelos una roca arrojada por un Onix, y al ver que la chica caía, se arrojó al suelo en plena carrera, derrapando en el suelo rocoso, con su brazo extendido a más no poder, milagrosamente aferró la mano de la chica justo a tiempo, pero mientras intentaba trabajosamente subirla, sus dedos se resbalaron, y no pudo hacer nada para evitar que cayera al vacío.
-¡¡Rikaaaaa!! ¡¡no!!

Una sombra rauda se paró delante de Touji:
-¡¡Bay!! -Gritó el Bayleef de Rika mientras arrojaba sus lianas lo más rápido que podía hacia donde estaba cayendo su entrenadora.
Touji no podía ver a Rika, pero notó que Bronto se estremeció de pronto, sufriendo un fuerte tirón, parecía estar haciendo un gran esfuerzo. El Pokémon comenzó a caminar lentamente hacia atrás, haciendo rechinar los dientes mientras tiraba con toda su fuerza.
Touji parecía paralizado del pánico, un rápido pensamiento cruzó por su mente;
-«Otra vez… no pude hacer nada…»

Finalmente logró sacar a su dueña de aquella trampa mortal, pero en el momento en que la dejó a salvo en tierra firme, un Onix le dio un fuerte coletazo en la espalda, Bayleef cayó al suelo, dolorido, y cuando trató de levantarse, varios Onix se abalanzaron sobre él, fustigándolo despiadadamente.
-¡¡Bronto!! -gritó Rika con angustia.
-¡¡Dandy!! ¡¡ataca a esos Onix!!

El cúmulo de Onix era tan grande que no se podía distinguir a Bronto entre todos ellos, aun así, Totodile empezó a disparar rápidos chorros de agua a cada una de las serpientes, que afortunadamente fueron cayendo, o huyendo, dejando divisar el cuerpo herido del Bayleef.
Rika corrió alarmada hacia su Pokémon, que yacía encogido en el suelo, pareció no importarle los Onix que estaban cerca de ella;
-Bronto, ¿Me escuchas?

La criatura vegetal abrió débilmente un ojo, e intentó decir a su dueña que no se preocupara.
-Bay…
-No te muevas, espera un segundo… -Rika tomó una poción de su mochila y se la aplicó en las heridas más serias.
La criatura logró incorporarse con algo de esfuerzo, aún estaba débil, pero al parecer podía seguir peleando.

-Perdona… fue por culpa mía -dijo Rika mientras abrazaba al monstruo.
Touji veía muy sorprendido como Pokémon y entrenadora se preocupaban uno por el otro, a él jamás se le habría ocurrido algo semejante. Jamás.

En ese momento, un Onix aprovechó el descuido y se arrojó sobre Pokémon y entrenadora, Bronto endureció la mirada y lanzó una cantidad enorme de hojas navaja, con tal precisión y fuerza que resquebrajaron su piel de roca, haciendo que la bestia mordiera el polvo.
Mientras tanto, Dandy difícilmente podía mantener el ritmo de la batalla, estaba muy cansado, y el estrés de tener que esquivar rocas voladoras y embestidas estaba consumiendo sus fuerzas. Los límites de ambos Pokémon se acercaban inexorablemente.

Un fuerte chorro de agua de un extenuado Totodile hizo que un Onix se desplomara violentamente contra una de las paredes de la cueva, lo que para su desgracia causó un derrumbe; enormes rocas comenzaron a desprenderse del techo, y en cuestión de segundos dejaron enterrado todo el lugar, incluyendo docenas de Onix, a Touji, a Rika y a sus Pokémon.

Pasada una media hora, los entrenadores seguían inconscientes (o muertos) entre los escombros, pero Dandy y Bronto habían conseguido salir de sus tumbas rocosas, y estaban buscando diligentemente a sus dueños, a pesar de sus heridas y extremo agotamiento por la dura batalla que habían librado.

Finalmente sus agudos sentidos los ayudaron en la búsqueda, y gracias a los chorros de agua y las cepas que apartaban rocas, consiguieron desenterrar a sus entrenadores, y comprobaron felizmente que a pesar de estar desmayados, no tenían heridas graves. Con ayuda de Dandy, Bronto logró cargar a Rika en su lomo, y a Touji lo arrastró con sus lianas.

Cuando el muchacho abrió los ojos, la luz del sol lo cegó. Estaba afuera, habían conseguido salir de alguna manera.
Se incorporó trabajosamente, un agudo dolor lo recorría de los pies a la cabeza, todavía no entendía bien en dónde estaba y qué había pasado, a su lado estaba Dandy, parecía aliviado de que su dueño se encuentre bien. Touji miró a Dandy, y luego a Bronto, que estaba algo más lejos.

-Los Pokémon nos salvaron… -Touji comenzaba a reflexionar, cuando recordó que no había entrado solo a la cueva; -¡Rika! ¿Dónde está?
Dandy le señaló con el dedo el lugar.
Touji caminó adolorido hacia donde estaba Rika y la agarró de los hombros:
-Rika, ¿Me escuchas? ¡Hablame por favor! ¡Rika, Rika!
La muchacha abrió los ojos.
-¿Eh?… ¿Touji?… ¿Dónde estamos…?
El chico suspiró aliviado -¿estás bien? ¿Te podés levantar?
-Sí, creo que sí…

Rika hizo un intento por ponerse de pie, pero pisó en falso y volvió a caer, se podía ver una pequeña mancha de sangre en la parte del jean que cubría su tobillo.
-Esperá, estás herida -dijo Touji preocupado, mientras le daba la mano -dejame ayudarte.
Rika se incorporó, asistida por la mano de Touji.
Todavía algo mareados, voltearon hacia donde estaban sus Pokémon, y en ese momento… una potente luz los deslumbro. Dandy y Bronto empezaron a brillar.
-¿Qué pasa? -preguntó Touji, ignorante como siempre.
-De Bronto lo esperaba, pero ¿Dandy? -dijo Rika asombrada.
-¿Qué, qué pasa?
-Están… ¡Están evolucionando! -le contestó ella sonriente.

La luz cubrió completamente a los Pokémon hasta tal punto que no se distinguía nada más que su silueta, que en un determinado momento, empezó a cambiar.
Dandy aumentó más del doble de su tamaño y su figura se ensanchó.
Por su parte, Bronto también comenzó a cambiar de forma, la hoja en su cabeza desapareció, y su altura aumentó hasta casi los dos metros de altura.
Cuando la luz finalmente dejó de brillar, se pudieron ver dos Pokémon totalmente diferentes.
Dandy tenía un aspecto mucho más feroz que antes, sus largos e irregulares colmillos sobresalían de su boca, y su mirada se había tornado mucho más intimidante, además de que su tamaño había aumentado considerablemente.
Por su parte, Bronto se había convertido en una criatura imponente, su largo cuello se alzaba por sobre las cabezas de los ahora pequeños entrenadores, pero su mirada gentil no había cambiado.
-¿Qu… qué le pasó? ¿Hicimos algo mal? ¿Se van a recuperar?
Rika suspiró, con cierto cansancio.
-Touji, la evolución no es algo malo, es un proceso natural en los Pokémon, se origina cuando estos adquieren mucha experiencia en combate -explicó pacientemente.
-¿Mucha experiencia? ¡Pero si lo tengo desde hace poco más de una semana!
-No te olvides que tuviste muchas batallas, y además, luchó contra los Onix de la cueva. Eso hizo que adquiriera una cantidad masiva de experiencia, y lo más común que hace un Pokémon cuando ocurre esto, es evolucionar.
-¡Ahh! ¡Entonces no es nada malo, todo lo contrario, es bueno!
-Sí, ahora es mucho más fuerte que antes.
-¿Pero se acordará de mí? -dijo mirándolo con desconfianza.
-Por supuesto, por mas que cambie su apariencia y sus poderes, el corazón que late dentro de él es el mismo.
-¡Entiendo!
Touji y Rika se acercaron a sus Pokémon.
-¡Mira como creciste hijo de puta! -dijo Touji mientras le daba unas palmadas en el prominente morro a Dandy.
-Buen trabajo Bronto, sabía que ibas a lograrlo.
Bronto asintió con la cabeza con serenidad.
-Y… Rika, ¿cómo se llaman?
-Vamos a ver -Rika tomó su mochila y sacó un Pokédex antiguo, era un poco diferente al de Touji, afortunadamente no se había roto en el derrumbe.
-Ah, ¿vos también tenés uno?
-Si, a todos los entrenadores oficiales les entregan uno, solo que el tuyo es una versión más nueva que la mía.
-Ya veo, ¿y qué dice?
Rika apuntó el Pokédex hacia Bronto, y su voz electrónica se dejó oir:
«Meganium, Pokémon herbal, evolución final de Chikorita, con su aliento es capaz de revivir cualquier árbol o planta muerta. Este poderoso luchador posee sólidas defensas y es uno de los Pokémon más fuertes de su tipo».
Los dos levantaron la vista para contemplar a Bronto en todo su tamaño; ni la flor alrededor de su cuello ni su expresión pacífica evitaban que parezca imponente.
«Croconaw, Pokémon gran mandíbula. Este poderoso cazador es muy persistente; una vez que atrapa a su enemigo con sus dientes no lo soltará hasta haberlo derrotado».
-Esa habilidad debe ser muy útil en batalla -comentó Touji, inconscientemente formando en su cabeza una imagen mental de las varias formas en que Dandy podría dar uso a sus nuevos talentos.
Los entrenadores se alistaron para continuar.
-¿Rika, podés caminar?
-Eh, creo que si…
Cuando estaba por dar el primer paso, Bronto la sujetó con sus lianas de la cintura y la subió sobre su lomo, con una sonrisa gentil.
-Parece que no quiere que camines… -Rio Touji.
-Eso parece… bueno, ¿qué esperas? Subí, hay espacio para dos -dijo Rika, palmeando el lomo de Bronto detrás de ella.
-No, deja, debe estar cansado y yo puedo caminar, no hay problema, de verdad.
-Claro que lo hay, subí.
-¿Estás segura?
-Por supuesto, vos también debés estar lastimado.
-«Es tan amable y considerada…» -pensó Touji. -Bueno, pero me parece mejor que camine… -finalmente accedió a subir a la espalda de Bronto, con cuidado de no pisarlo.
El cielo era ya un manto negri-azulado, siendo iluminado únicamente por unas pocas estrellas.
Bronto seguía caminando a paso tranquilo, con Rika y Touji en su lomo. Rika se había quedado dormida abrazada al cuello de su Pokémon, pero por otra parte, Touji se mantenía despierto, y bastante pensativo. Los únicos sonidos eran las suaves pisadas del Meganium sobre el pedregullo del camino, y el canto de los grillos.
-Estas cosas, estos… Pokémon… son más humanos de lo que creía, todo es muy raro… en esta semana vi demasiadas cosas, gente que los tiene como amigos, gente que los usa para luchar, para ayudar, y gente que los usa incluso para destruir… yo… yo no sé… ¿Qué son mis Pokémon?… ¿Son para pelear? ¿Son mis amigos? No, es imposible ser amigo de un Pokémon…
Touji continuaba inmerso en sus pensamientos, cuando divisó las luces del pueblo a lo lejos.
-¡Es Azalea! ¡Si! ¡Por fin carajo! ¡¡por fin!!
Lleno de alegría, se dispuso a despertar a Rika para comunicarle la buena nueva:
-¡Rika! ¡Llegam..! -se detuvo -debe estar cansada, mejor la dejo dormir.
Después de una dura experiencia, Touji y Rika lograron superar con mucho esfuerzo el desafío del día, uno más, toda una historia en sus vidas.
Pero claro, como de costumbre, cuando un desafío termina, no falta mucho para que empiece el siguiente…

Sabrina

La gente anda diciendo...