Disclaimer lavamanos tipo Disney
Esta historia fue escrita desde el 2002 al 2004, por una piba y un pibe que, al comienzo de la historia, tenían 15 años, al igual que el protagonista.
Es probable que cada tanto encuentren chistes o comentarios homofóbicos, machistas, racistas y/o de mierda en general. Básicamente, éramos literalmente nenes y bastante boludes, como la gran mayoría de las personas lo es a esa edad. Esos comentarios NO reflejan la postura actual del staff de PA y francamente, son bastante vergonzosos. Pero decidimos dejar la historia exactamente tal cual fue escrita y no lavarnos las manos de nuestros errores.
Capítulo 49: ¡¡Octavos de final!! Una batalla explosiva
-¡Kosuke, cuidado con tu terremoto, casi le das a Denkeshi! Y vos Volco, ¿podés dejar de tratar de llamar la atención todo el tiempo? ¡Se supone que estamos entrenando! Geroh-Kun, descansa, aún no estás recuperado por completo.
El profesor Elm se acercó, con expresión risueña.
-¿Problemas?
-No, solo que no sabía que en estas arenas de entrenamiento también iba a haber gente mirando… Volco se distrae con toda esa gente gritándole “¡Queremos ver un lanzallamas!”
-No te preocupes por eso, a la gente le entretiene ver los entrenamientos los días como hoy que no hay batallas, en especial si son entrenamientos de los finalistas.
Touji se encontraba en un enorme campo rectangular, de superficie de hierba, rodeado de un resistente alambrado protegido por barreras de varios Mr. Mine, que se turnaban para impedir que algún ataque mal dirigido pudiera dañar a alguien o algo.
Era una zona especial de entrenamiento, y así como esa, había otras cuatro iguales dispuestas en fila, todas ocupadas por los afortunados entrenadores que habían pasado a octavos de final, dado que querían poner en forma a sus Pokémon todo lo posible antes de los combates, para así tener una ventaja sobre sus oponentes.
La gente que pasaba por ahí irremediablemente se detenía a ver los entrenamientos, aunque sea sentados en el suelo, o colgados de los alambrados.
Los Pokémon de Touji habían estado entrenando toda la mañana y buena parte de la tarde, por lo que estaban extenuados.
-Creo que es suficiente –dijo el profesor -si sobre exigís a tus Pokémon, no van a tener suficiente energía para el combate de mañana.
Touji asintió con la cabeza, y guardó a todos en sus Pokebolas.
Desde un poco más lejos, el profesor Oak observaba mientras hablaba con un hombre alto, con un sobretodo de cuero largísimo, cuyas solapas estaban levantadas y cubrían buena parte de su rostro, así como un sombrero que ensombrecía su mirada. Parecía querer evitar a toda costa ser reconocido.
-Aún no me explico por qué a él… -dijo el primero.
-Ya lo vas a saber -respondió el desconocido, su voz era inusualmente joven para su apariencia.
-Es cierto, ha hecho un excelente trabajo, sus Pokémon son todos de primera categoría, con niveles altísimos en habilidad y destreza, pero él es muy poco para ellos, mucho menos para “él”, todavía me cuesta creer que los controla… ¿Te parece que podrá manejarlo cuando despliegue todo su potencial?
-Sé muy bien la impresión que da, parece torpe, descuidado, y atolondrado, pero… el hermano del tigre siempre será rayado -dijo con una enigmática sonrisa -por eso te aseguro que ese chico… teniendo la sangre de los mejores entrenadores del mundo en sus venas, y si se potencia eso junto con “mi regalo” el resultado va a ser arrollador… y va a demostrarlo durante este torneo, derrotando incluso a tus discípulos.
-Eso está por verse.
***
La noche caía, las familias con niños comenzaban a dirigirse a sus hoteles, mientras que los jóvenes salían a divertirse,
Touji estaba sentado en el borde de la fuente del Meganium, Typhlosion y Feraligatr, solo.
Aún no podía creer que él, ese muchacho que no sabía lo que era un gimnasio Pokémon, que siempre perdía sus combates por ordenar ataques equivocados o inexistentes, que ni siquiera tenía idea de que los Pokémon evolucionaban, ese muchacho irreflexivo y malhumorado, estaba ahí, en la Convención Plateada, y no solo eso, estaba oficialmente entre los dieciséis mejores del torneo. Todo le parecía irreal.
-“He cambiado” –pensó, finalmente comprendiendo la verdad sobre sí mismo, se dio cuenta de que todo este tiempo, estaba convenciéndose de que no servía para ser un entrenador Pokémon, de que simplemente no era bueno, porque no le gustaban, y porque indirectamente ellos tenían la culpa de la desaparición de su hermano, y hasta quizás la muerte de su madre. Ahora se estaba dando cuenta, por primera vez, de que era un buen entrenador, y que tenía posibilidades de avanzar hasta la final.
Tras un rato más de divagaciones, decidió que era mejor reunirse con los demás para cenar y acostarse temprano. La batalla sería por la mañana, así que debía madrugar.
Al regresar al hotel vio a Harry discutiendo acaloradamente con Hikari, lo que lo hizo suponer que las cosas volvían a estar en su sitio.
Ni Rika ni Shin estaban, pero Reiko llegó apresuradamente, agarrándolo del brazo y arrastrándolo nuevamente afuera.
-¿Qué? ¿Qué pasa? –preguntó confundido.
-¡Shhh! ¡Escucha! –cortó Reiko.
Touji hizo silencio, y enseguida comprendió lo que ocurría:
-¡Pelea, pelea! –gritaron dos chicos mientras corrían hacia algún lugar.
-¡Rika Sakurai y Shin-Tao están peleando en los campos de práctica! –gritó otro, saliendo también a la carrera.
El entrenador abrió los ojos de par en par, y se fue tras él tan rápido como pudo, seguido por Reiko, Harry y Hikari.
Los gritos se escuchaban cada vez más cercanos:
-¡Pelea, pelea, pelea, pelea!
Touji y sus compañeros llegaron finalmente al campo, donde vieron a Rika y a Shin, y en la arena estaban Eevee y Sneasel, frente a frente.
-¡¡Vamos Rikaaaa, sos la mejor!!
-¡¡Shin, casate conmigooooo!!
Tanto los dos entrenadores como sus Pokémon tenían los ojos cerrados, en una expresión de extrema molestia.
-Es inútil… -dijeron finalmente, y tras un suspiro guardaron a sus Pokémon.
Todos expresaron su disconformidad con gritos y abucheos.
-¡CIERREN LA BOCA! –gritaron Rika y Shin al unísono, sumamente irritados.
Tanto Touji como Reiko, Harry, y hasta Hikari estallaron en carcajadas.
Los espectadores se retiraron con inusitada velocidad, mientras los entrenadores salían del campo de entrenamiento.
-Creo que va a ser difícil que tengan un duelo de práctica con sus clubes de fans siguiéndolos a todos lados –dijo Reiko con una risita.
Shin-Tao se cruzó de brazos, molesto, mientras que Rika soltó un suspiro.
-Touji, mañana va a ser tu primer combate de seis contra seis, así que, ¿ya tenés algo pensado? –preguntó Rika mientras el grupo caminaba por las tranquilas calles de regreso hacia el hotel.
-Digamos que tengo algunos trucos preparados –dijo mientras sonreía para sí mismo.
-Mentira –cortó Harry resueltamente –solo vas a hacer lo que haces siempre: pelear así como estás y tratar de inventar algo en el momento.
-¿Sabes, pendejo? Normalmente tendrías razón, pero esta vez no, he estado haciendo averiguaciones sobre mi oponente, y sé muy bien cuál es su estrategia y cuál debo usar yo para ganarle, así que… -Touji estaba distraído y chocó de frente con alguien.
-Ah, disculpa… -dijo mientras se rascaba la cabeza –no te vi.
-¿Así que sabes bien cuál es mi estrategia? Qué interesante… -respondió el otro con un tono de voz que estaba lejos de ser cortés.
El muchacho frente a ellos no parecía nada especial, pelo oscuro y corto, algo bajo de estatura, y de ojos pequeños y de mirada burlona. Llevaba algo colgado de su espalda, pero no era una mochila, era una…
-¿Pecera? –Touji miraba con perplejidad –¿se puede saber para qué carajo llevas una pecera a cuestas?
Efectivamente, un contenedor de vidrio pequeño y rectangular pendía de la espalda del extraño joven. Nadie se explicaba para qué era esto, hasta que vieron algo rojo asomarse; era un Magikarp.
-En esta pecera llevo a mi mascota, Magikarp –explicó de mala gana.
Touji no pudo aguantar más y estalló en carcajadas:
-¡Wajajaja!¡¡Lleva un Magikarp en su espalda, qué ridículo!
-Cerrá la boca, imbécil.
Touji dejó de reír inmediatamente y lo agarró por el cuello de la ropa. Era mucho más alto que él, y en ese momento su expresión crispada anunciaba tormenta.
-¡¿Qué me dijiste, infeliz?!
Rika los separó de inmediato.
-¡Ya basta los dos! Touji, comportate como alguien de tu edad, ¿querés?
Touji masculló algo que no llegó a entenderse, y soltó al desconocido.
-¿Se podría saber quien sos? –dijo Reiko, claramente molesta con su actitud.
-¡Ja! ¿No lo saben? Sus fuentes de información deben ser muy malas entonces. Mi nombre es Richard Assfish, pero se me conoce simplemente como “El Pescado”, y el mejor entrenador en esta competencia.
Harry trató de contener la risa con todas sus fuerzas, y hasta Hikari parecía estar a punto de perder su seriedad habitual.
-Vos debés ser Touji Watsuki, mi oponente de mañana… sos tan simplón y patético como me habían dicho…
-¡Escuchame bien, culo de pescado o como te llames! –gritó, irritado –¡Ya vamos a ver quién es el simplón mañana, te voy a hacer comer tus sucias palabras!
-Y si no me equivoco vos sos Rika Sakurai, la mejor entrenadora de Kanto… -dijo, ignorando por completo a Touji -es la primera vez que puedo verte de cerca, sos tan hermosa como me había parecido desde las gradas.
Para esa altura la cabeza de Touji parecía una chimenea. A Shin-Tao tampoco parecían agradarle mucho los comentarios de este muchacho.
-Bien, suficiente tiempo perdido, mañana tengo que apalear a un novato, así que si me disculpan… -Richard dio media vuelta y se alejó tranquilamente, mientras que entre Harry y Reiko sostenían a Touji para que no saltara sobre él.
***
El entrenador se miró al espejo, tratando de poner la cara más decidida posible. No había dejado de pensar en todas las frases humillantes que le diría a su oponente una vez que lo haya derrotado. Pocas veces había tenido tantos deseos de ganarle a alguien; ese sujeto de verdad lo irritaba, y ahora que era el momento del combate, no iba a perder la oportunidad de hacerlo quedar mal frente a las más de cien mil personas que estarían viendo el encuentro.
-Bueno, Touji, se acabaron los estadios medianos –le dijo el profesor Elm mientras el grupo (menos Shin, como de costumbre) caminaba hacia el lugar de la batalla.
-¿Qué quiere decir?
-¿No lo sabías? El estadio en el que combatiste hasta ahora es el de eliminatorias, ahora vas a luchar en el verdadero estadio Plateado, el estadio más grande y moderno del mundo, y como estás en octavos de final, ¡vas a salir en televisión! ¿Qué te parece?
Touji recordó cuando fue a ver el estadio con los demás. La imagen de inmensidad del lugar se reavivó en su mente, y sintió un acceso de terror.
Al verlo, Harry esbozó una sonrisa maligna:
-Si te vas a mear encima avisame, así saco la cámara, me imagino que todos en el pueblo New Bark van a querer una copia…
-¡Harry! –lo reprendió Reiko.
-Ok, ok, solamente una para mi diversión personal.
-¡Pendejo del orto, te voy a dar otra cosa para divertirte! –amenazó mientras amagaba con sacar una Pokebola.
-Mejor guarda eso para tu estimado Pescado –dijo Hikari –no es por tratar de desanimarte, pero a diferencia tuya, él no llegó a estas instancias solo por suerte…
-¡Yo no llegué solo por suerte!
-Ya basta. Miren, ya llegamos –dijo Rika, y en efecto, el imponente estadio Plateado se alzaba ante ellos.
El profesor Elm entraría con él, como de costumbre.
-Tranquilo, Touji, es igual que en las eliminatorias, solo que hay un poco más de gente y las reglas cambian un poco… -dijo el profesor tratando de infundir confianza en su discípulo.
-Un poco más de gente, o sea el doble –dijo Harry con maldad.
-¡Harry! –gruñeron Reiko y Rika al unísono.
-Bueno, bueno, qué poco sentido del humor…
-¡Te vamos a estar viendo desde las gradas, acaba con ese engreído! –lo animó Reiko alzando un puño, mientras que Rika subió un pulgar.
Touji se sintió mucho más inseguro sin la presencia de sus amigos, pero de cualquier manera caminó por el angosto pasillo que lo conducía al campo, y al salir a la luz del sol…
-¡Para el regocijo de los presentes Touji Watsuki del pueblo New Bark entra al campo! –la voz del locutor sonaba con mucha más fuerza que en el estadio de eliminatorias, tanto que a Touji le pareció que el suelo vibraba bajo sus pies, aunque no estaba seguro de si era eso o sus propias piernas las que temblaban. Miró hacia la multitud, algo desconcertado, nunca en su vida se imaginó que iba a ser visto por semejante masa de gente.
Ya en su lugar, Touji vio, muchísimos metros más adelante, a su despreciable oponente, le molestaba el no poder distinguir si estaba nervioso o no.
-¡Este es nuestro primer combate de octavos de final, y los contendientes son de lo mejor!
-¡Así es, Touji Watsuki, un novato en grandes competencias, ha demostrado un estilo de combate contundente y original, que lo llevó paso a paso hacia adelante!
-¡Y por el otro tenemos a Richard “Pescado” Assfish, una verdadera celebridad que ha participado en este torneo en los últimos tres años, nunca quedando más abajo de los dieciséis mejores!
-Como muchos sabrán, las reglas cambian en esta modalidad. Cada uno usará seis Pokémon, sin límite de tiempo, las substituciones están permitidas, pero hay un límite de dos por entrenador.
-¡¡Comiencen!! –gritó el réferi antes de sonar el silbato.
-¡La batalla ha empezado! ¡Touji envía a Raichu! ¡Mientras que Richard elige a su Electrode!
-¡Vaya, una batalla de mismos tipos, este será un duelo de alto voltaje!
Denkeshi cruzó miradas hostiles con la bola eléctrica, mientras que ambos liberaban chispas que achicharraban el césped.
-¡Onda trueno! –ordenaron ambos entrenadores al unísono.
-¡Qué velocidad! ¡Los dos Pokémon disparan sus ataques al mismo tiempo! ¡Pero… no! ¡Ninguno de ellos dio en el blanco!
-Según estadísticas, Electrode es un Pokémon más veloz que Raichu, sin embargo el de Touji lo ha alcanzado, ¡debe de tener un nivel muy elevado!
Abajo, en la arena de combate, Denkeshi corría zigzagueando como alma que lleva el diablo para evitar ser paralizado por las insistentes ondas trueno de su redondo enemigo, al tiempo que buscaba su espacio para atacar.
-¡Esto no funciona, usa desenrollar ahora! –ordenó el Pescado al ver que los intentos de parálisis no llevarían a nada.
En menos de un segundo Electrode llegó con el Raichu, girando desenfrenadamente. El roedor saltó y disparó un rayo sobre su oponente, pero este lo soportó y también saltó, sin dejar de girar, golpeando con fuerza a su blanco.
Denkeshi cayó de pie, pero no tuvo tiempo de recuperarse, ya que enseguida le llegó una descarga de alta magnitud, la cual no dañó mucho.
-¡Desenrollar!
-¡Vamos Denkeshi, contratacá con puño dinámico!
Electrode dio la vuelta hacia Raichu, mientras el puño derecho de este se cargaba de energía.
-¡Woah! ¡Qué golpazo! El puño dinámico de Raichu dio en el blanco, ¡Electrode ha salido volando!
-¡Parece que puede continuar, pero está muy débil y confundido!
Denkeshi se acercó para rematarlo, cuando el Pescado esbozó una sonrisa de maldad; Electrode brillaba, mientras Touji sacaba una Pokebola tan rápido como podía.
El retumbar de la explosión hizo vibrar el estadio entero.
-¡¡Ha explotado!! Este es el fin de Electrode, y seguramente también de Rai… ¿Eh? ¡Un momento! ¿Qué es eso?
-¡¡Es Skarmory!! Touji ha salvado a su Pokémon eléctrico justo a tiempo y envió a Skarmory, un resistente Pokémon de acero en su lugar, ¡Qué jugada!
-Guau… parece que este boludo si sabía lo que hacía después de todo… -comentó Harry asombrado.
Electrode echaba humo, completamente debilitado, mientras que Skarmory sacudía la cabeza para recuperarse del golpe, que a decir verdad no llegó a herirla.
Touji sintió una infinita satisfacción al ver a su oponente patear el suelo y gritar lo que parecía ser “¡¡maldición!!”
-Veamos cuál será la elección de Richard para combatir a la Skarmory de Touji…
El Pescado no tardó en elegir su segunda Pokebola, la arrojó al campo con presteza, y al abrirse…
-¡¿Un Muk?! –exclamó Touji asombrado.
-Una muy extraña decisión por parte del Pescado, ¡un Pokémon veneno contra uno de acero! ¿Tendrá algún as bajo la manga?
-Por supuesto que lo tengo, imbécil… -masculló Richard, mientras señalaba al Skarmory de Touji, en una clara orden de ataque.
-¡Vamos Moro, usa ala de acero!
-Skarmory no tarda en lanzarse al ataque, ¿qué hará Muk?
Las brillantes alas de Moro se estrellaron contra la viscosa masa de su oponente.
-¡Es un golpe directo! ¡El Pokémon de Richard está sufriendo, pero no ha hecho nada por evitarlo!
Skarmory realzó el vuelo, alejándose de su oponente, ya que esperaba un contraataque de alguna clase, pero este no llegó.
-No está atacando… -murmuró Touji confundido –bueno, no importa, ¡Moro, dale un pico taladro!
Moro dio un giro en el aire y aferró la asquerosa superficie del Muk con sus garras, para después hundirle su pico giratorio con fuerza.
Muk apretaba los ojos, soportando el dolor sin moverse.
-Nadie entiende cuál es el plan del Pescado al dejar que su Pokémon sea golpeado así…
Una sonrisa de triunfo se dibujó en la cara del rival de Touji:
-¡Ahora es el momento Muk, usa venganza!
El Pokémon venenoso finalmente expulsó toda la energía que había estado reuniendo sin que nadie más que su amo lo notase, el aura roja estalló con increíble poder sobre Skarmory, derribándola.
-¡No puede ser! –gritó Touji.
-¡¡Increíble!! ¡Muk estuvo reuniendo todo el daño de los ataques de su oponente, y ahora lo regresa contra ella!
Moro estaba en el suelo, muy maltrecha, pero dispuesta a levantarse.
-Muk, acabala con llamarada.
Dicho y hecho, el repugnante monstruo reptó hasta Skarmory, y sin dejar que esta se levante, le disparó una gran estrella de fuego, que extinguió lo que le quedaba de energía.
-¡Un ataque a sangre fría marca el fin de Skarmory en este combate!
Touji retiró a su Pokémon, furioso por haber caído en el engaño de su enemigo.
-A ver qué te parece esto… ¡ve Dandy!
-¡Feraaa! –rugió el monstruo acuático al salir de su Pokebola.
-Feraligatr es el Pokémon elegido por Touji, ¿podrá derrotar al versátil Muk?
-“Esto no me gusta nada… Muk está muy débil…» -pensó Richard antes de ordenar una bomba de lodo.
Dandy disparó al mismo tiempo su hidro bomba, la cual fácilmente sobrepasó al ataque venenoso, y hubiera golpeado a su objetivo, de no ser porque éste alcanzó a arrastrarse fuera de su alcance.
-¡Termina a esa mierda viscosa con terremoto!
-¡¡Explota, YA!!
Dandy levantó uno de sus enormes pies para sacudirle el suelo, pero inesperadamente…
-¡¡Qué explosión!! ¡Ha sido increíble la velocidad con que reaccionó Muk a la orden, nunca había visto nada igual!
Touji miraba boquiabierto la escena, tratando de ver a través del humo a su Pokémon. Cuando todo se hubo despejado, Muk estaba inerte en el suelo. Su figura carecía de una forma definida, pero a pocos centímetros de él estaba Dandy, de pie, en una pose defensiva, protegiéndose la cara con los brazos cruzados. Sin embargo, estaba cubierto de severas heridas, aún desde esa distancia Touji pudo ver los hilos de sangre que caían de su Pokémon al suelo.
-¡Dandy, aguanta!
-Es inútil, ningún Pokémon sin resistencia de tipo soporta una explosión de mi Muk a tan corta distancia –dijo el Pescado sonriente.
Y como si fuera un profeta, ni bien terminó de decir esto, Dandy se desplomó de espaldas.
-N-no es posible… Dandy es mucho más rápido que esa mierda de Muk… ¿cómo pudo atacar antes?
La respuesta le llegó a Touji de uno de los locutores:
-¡Ahá! Al parecer, el Muk estaba equipado con la garra rápida, un objeto que puede lograr aumentos de velocidad espontáneos en los Pokémon, independientemente de su velocidad original.
-¡Mierda!
Touji comenzó a repasar todas sus Pokebolas, sin saber qué Pokémon enviar, Richard parecía tener el mismo dilema.
-Ambos entrenadores se están tardando en enviar a sus Pokémon, no es una decisión fácil…
-¡Y vuelan las Pokebolas! Los Pokémon son… ¡Pupitar y Cloyster!
-¡Carajo! –se quejó Touji apretando con fuerza la Pokebola que acababa de volver a su mano.
-Mala suerte para el entrenador del pueblo New Bark, su desventaja es notoria…
-¡Ja! Pan comido, ¡Cloyster, rayo de burbujas!
-¡Kosuke, regresa! –Touji guardó a su monstruo y envió a Denkeshi en su lugar, quien recibió de no muy buen grado las burbujas que le estallaron en todo el cuerpo.
-Sabia decisión de Touji, prefirió guardar a su monstruo más confiable para más adelante en lugar de sacrificarlo en vano.
-Perdoname por hacerte pasar por esto, Denkeshi, sé que estás cansado, pero también sé que podés con esa concha de mierda, ¡dale todo lo que tengas!
-¡Lai! –dijo el Pokémon, decidido a no defraudar a su amo.
-Esa rata apenas y se mantiene en pie, ¡Cloyster, rayo hielo!
-¡Rayo!
Del oscuro interior del caparazón del monstruo de agua surgió un reluciente rayo blanco, que impactó con la centelleante descarga eléctrica de Denkeshi. El choque de ambos ataques retumbó estrepitosamente, sin que ninguno de los dos avance, formándose una bola en el punto donde ambas fuerzas se encontraban.
-¡Otro choque de poderes! El anterior lo ganó Feraligatr, ¿quién ganará ahora?
-¡No lo sé, pero esto se está poniendo muy candente!
Chispas blancas y amarillas salían despedidas de la bola de luz, que se agrandaba de forma preocupante.
-¡Vamos Denkeshi, sos mucho más fuerte que él!
-¡Cloyster, si no aplastas a esa rata no te voy a perdonar!
-¡Solo un esfuerzo más, por favor!
-¡¡Laiiiiii!! –gritó el Pokémon eléctrico mientras expulsaba hasta su última reserva de energía, el increíble poder del ataque hizo que el suelo se fisure bajo sus patas. La descarga creció descomunalmente, empujando la bola hacia Cloyster, quien a pesar de esforzarse, no pudo contener tanta energía.
-¡Le ha explotado todo el poder en la cara! ¡Ese Cloyster no puede estar entero!
-¡Demonios, Cloyster!
Efectivamente, Cloyster había ido a parar a un cartel, quedando la mitad de su cuerpo enterrada en él.
Denkeshi jadeaba agitadamente, sus pequeñas patas apenas y podían sostenerlo, pero estaba de pie.
-¡Muy bien, Denkeshi! –gritaron Rika, Harry, y Reiko desde las gradas.
El Pescado guardó a su monstruo, estupefacto por tal demostración de poder en un Pokémon en semejante estado.
-Muy bien, se acabó el calentamiento… ¡ve, Exeggutor!
La enorme palmera viviente dio un fuerte pisotón al suelo, y clavó sus tres pares de ojos en Denkeshi.
-Mierda, es imposible que Denkeshi aguante esta pelea… pero ya no puedo hacer substituciones…
-¡Usa Somnífero ahora!
El Pokémon hierba sacudió las frondosas hojas de su cabeza, haciendo que un polvo brillante bañara por completo al ratón eléctrico.
Touji ni siquiera esperó que Denkeshi lo resistiera, pero para su sorpresa, aún se mantenía en pie, esforzándose con toda su alma para no caer. Sin embargo, su excesivo agotamiento disminuyó su resistencia, y finalmente perdió el equilibrio.
Touji se acercó y lo tomó en brazos, no sin algo de trabajo, ya que era bastante grande.
-Gracias por esforzarte tanto, descansa amigo, te lo mereces.
-Qué conmovedor… -soltó despectivamente Richard, mientras se cruzaba de brazos.
-Raichu está fuera de combate después de una ardua batalla, veamos si el siguiente Pokémon de Touji puede hacerle frente al Exeggutor del Pescado.
-Tengo al Pokémon perfecto para calentarle las cosas a esa palmera pedorra, ¡atacá, Volco!
-¡¡Magmar!! Este Pokémon de fuego tiene mucho, mucho calor en su interior, y lo ha demostrado en todos sus combates, ¿tendrá el tipo hierba de su oponente alguna oportunidad?
Las gradas aplaudieron la aparición de Volco, les agradaba el espectáculo de fuerza y contundencia que el Pokémon de fuego les ofrecía.
-Claro que no la tiene –dijo Touji apartándose un mechón de cabello de la frente sudorosa –¡Lanzallamas, ahora!
-¡Somnífero, rápido!
Exeggutor repitió su ataque, con la esperanza de dormir a Volco antes de que este lo calcine, pero el polvo azulado simplemente desapareció entre el mar de llamas liberado por el Magmar. El Pokémon del Pescado se agachó justo a tiempo para evitar que le diera de lleno, pero aun así las hojas de su cabeza se incendiaron. La palmera comenzó a correr desesperadamente, parecía un incendio forestal ambulante.
Volco sonreía con crueldad, una expresión muy similar a la de su entrenador.
-Esto no tiene caso… regresa Exeggutor, me servirás para más adelante –dijo Richard mientras retiraba a su monstruo.
-El Pescado retira a tiempo a Exeggutor, dejar que continuara la batalla habría sido un verdadero suicidio.
-Y su reemplazo es… ¡Snorlax!
-¡Mierda! ¡No otro de esos gordos de mierda!
Este Snorlax fue tan celebrado como el del combate de eliminatorias, y era todavía más grande que este, además de que su expresión no era tranquila, sino que realmente agresiva.
-Touji tiene problemas, ¡Magmar está en clara desventaja y ya no puede substituirlo! ¿Cómo saldrá de este predicamento?
-No me da muchos ánimos… pero no importa, ¡esta vez vamos a darle a esa bola de grasa!
Volco hizo arder sus flamas con furia, recordando su derrota con el otro Snorlax.
-¡Ja! Ya lo vi pelear contra un Snorlax más débil que el mío, y perdió vergonzosamente, ¡vamos, ve por él!
El imponente monstruo caminó hacia su oponente, haciendo temblar el suelo a cada paso, hasta que estuvo a centímetros de él.
Ambos se quedaron viéndose unos segundos.
En su redonda cara se dibujó una sonrisa de burla, pero su expresión se congeló de inmediato:
Volco tenía hundido su puño derecho, rodeado de una luz blanca, en el estómago de la bestia. Esta dio unos torpes pasos hacia atrás, tambaleándose y tratando de recuperar el aire.
-¡¡Wow!! ¡Eso sí que fue inesperado! ¡Magmar le ha asestado un terrible puño dinámico sin previo aviso, Snorlax la está pasando muy mal!
-¡Eso es, seguí así!
El Pokémon de fuego se acercó con firmeza a su rival, con el puño nuevamente cargado de energía.
Snorlax tenía la cabeza gacha, y estaba inmóvil, de pie.
Cuando Volco estaba a punto de golpearlo, éste levantó la mirada hacia él, y para terror del monstruo de Touji (y de Touji) una enorme esfera blanca brillaba en su boca abierta.
-¡¡Mierda!! ¡¡Volco, salí de ahí!!
Pero era imposible, el ataque ya había sido expulsado, y alcanzó de lleno a la fogosa criatura, que salió despedida unos diez metros hacia atrás para después rodar por la hierba.
-¡El impacto ha sido brutal! ¡No quiero ver el estado en el que se encuentra Magmar después de semejante castigo!
-¡De pie! –ordenó Touji.
Volco no respondía. Estaba consciente, pero le dolía cada centímetro de su cuerpo, jadeaba agitadamente, de cara al sol de la mañana, pero el sol desapareció de pronto; la enorme sombra de Snorlax se cernía sobre él.
-“Aplastalo” –pensó Richard, mientras su Pokémon parecía pensar exactamente lo mismo.
La bestia levantó un pie sobre la cabeza de su caído oponente.
-¡¡Carajo!! –gritó Touji mientras sacaba tan rápido como podía la Pokebola para retirarlo.
Snorlax estrechó los ojos y bajó su pie. Parecía que iba a aplastar la cabeza del pobre Volco, pero…
-¡¿Qué?! –gritó el Pescado, atónito.
Los intensos ojos del Pokémon de fuego asomaron bajo el pesado pie que intentaba aplastarlo. Era una mirada combativa, aun estando al borde de perder el conocimiento.
Los espectadores estallaron en ovaciones al ver al Magmar sujetando la pata del monstruo con sus ardientes manos, manteniéndola a centímetros de su cara.
-Volco… -murmuró Touji boquiabierto, su Pokémon nunca dejaba de asombrarlo.
-¡Snorlax, no dejes que ese debilucho te humille, aplastalo! –gritó su amo enfurecido, a lo que el Pokémon presionó aún más con el pie. Pero Volco no tenía ninguna intención de ceder, siguió empujando la pata con todas sus fuerzas, y contra toda expectativa, estaba logrando alejarla de sí mismo. Las fuerzas lo abandonaban, con sus últimos vestigios de poder, aprovechó su pequeño espacio para dispararle un lanzallamas con todo lo que tenía en la planta del pie.
Snorlax rugió de dolor, y cayó de espaldas ruidosamente.
-¡Es… Esto es inaudito! –incluso la voz del locutor sonaba sorprendida –¡eso se llama tener agallas! ¡Estando a punto de perder, el Magmar de Touji ha logrado derribar a Snorlax!
El graderío aplaudía y gritaba emocionado. A fuerza de ataques violentos y coraje, Volco los había conquistado.
Touji retiró a su Pokémon, quien finalmente se había desmayado, pero le agradeció profundamente su trabajo.
Como era de esperar, Snorlax se puso de pie, algo adolorido, pero aún capaz de continuar.
-“¡Mierda, voy perdiendo!” –Pensó Touji furioso -No puedo perder contra este hijo de puta… ¡Kosuke, como lo hiciste antes!
-Touji vuelve a elegir a su Pupitar, una buena elección considerando su resistencia a ataques normales y elevado poder ofensivo…
-¡Kosuke, tormenta de arena!
Pupitar expulsó de su cuerpo una verdadera tempestad rocosa, que bloqueaba completamente la visión de Snorlax, además de dañarlo.
-¡Vaya! Que bueno que estamos en esta cabina, ¿eh Quique?
-¡Y que lo digas! Esa tormenta se ve terrible, espero que los espectadores no hayan traído ropa limpia…
Snorlax se cubría los ojos con una mano, tratando de distinguir a su oponente, pero pronto eso no fue necesario, ya que recibió un duro azote en la espalda y cayó de bruces.
-¡Terminalo Kosuke, terremoto!
-¡Usa tu terremoto también!
Pero cuando Snorlax pudo levantarse, el ataque de su enemigo ya había comenzado, sacudiendo y fisurando la tierra con violencia. Y tan rápido como comenzó, terminó, dejando el campo de batalla en pésimas condiciones.
-Aún no podemos ver nada por la tormenta, ¿qué habrá ocurrido con Pupitar y Snorlax?
-¡Aha! Nuestras cámaras infrarrojas detectan ambas figuras… ¡Snorlax está en el suelo!
Richard avanzó al campo de batalla como pudo, cubriéndose la cara con un brazo, al encontrarlo guardó a su monstruo, y volvió a su puesto.
-¡Que combate tan parejo! ¡Es imposible saber quién va a ganar!
-Los entrenadores se reparten las victorias muy igualadamente, ¿podrá el siguiente Pokémon de Richard dar un giro a favor de su dueño?
-¡Ya lanza la Pokebola! ¡Exeggutor vuelve a salir!!
-Su ventaja vuelve a ser notoria, y Touji no puede hacer más que pelear.
-Kosuke, la tormenta de arena aún continúa, ¡aprovechala! –animó Touji a su Pokémon.
-¡No tiene caso, Exeggutor, giga drenado!
Al acercarse a Pupitar para absorberlo, unas enormes rocas lo golpearon duramente en la cabeza, haciéndolo caer de espaldas.
-¡Atacalo ahora, es tu oportunidad!
Kosuke se adentró en el núcleo de la tormenta de arena, donde su oponente había caído, desapareciendo por completo.
Tanto Touji como el Pescado tenían los ojos fijos en ese punto, esperando ver salir al ganador.
La tormenta de arena cesó de pronto, y una figura extraña salió; Era Exeggutor, que arrojaba el pesado cuerpo inerte de Kosuke al suelo, para después poner un pie sobre él, en señal de triunfo. Se veía bastante dañado, al parecer había conseguido absorber su energía, pero a cambio había recibido unos cuantos golpes.
-¡Exeggutor gana, como cabía predecir!
Touji soltó un suspiro:
-Está bien Kosuke, no había mucho que se pudiera hacer, regresa.
-¡Este combate se está acercando a su final! A Touji solo le queda un Pokémon, ¿quién será el elegido para derrotar al poderoso Pokémon hierba de Richard?
Touji no pudo evitar que una sonrisa se dibuje en su cara al sacar su última Pokebola del día.
-¡Enseñales a todos de que estás hecho! –gritó mientras la arrojaba al campo.
-La Pokebola se abre y es un…
-¡¡Heracross!! ¡Una excelente elección contra el doble tipo hierba / psíquico de Exeggutor!
Hiro aterrizó frente a su oponente, echándole una mirada tranquila pero decidida.
-¡¡Rrracross!! –gritó mientras tensaba los músculos.
-Demonios… ¡Exeggutor, usa psíquico!
-¡Mega cuerno!
Mientras los ojos de la planta se volvían azules, cordones de energía verde rodeaban y envolvían el enorme cuerno de Hiro, hasta que este se iluminó intensamente con una luz del mismo color.
El insecto levantó vuelo y se lanzó como un rayo hacia su blanco, pero el poderoso ataque psíquico de este frenó su marcha, y terminó por arrastrarlo hacia atrás, haciéndolo perder el control del vuelo por completo. A pesar del gran daño aterrizó de pie, pero cuando buscó a su enemigo, se dio cuenta de que estaba detrás de él.
-Explota –sonrió el Pescado.
-¡¡Detección!!
Los rostros de los miles de espectadores se iluminaron con la poderosísima explosión de Exeggutor, cuya onda expansiva por poco y alcanza a Touji.
-¡¡Mierda!! Por favor Hiro, resistilo, resistilo…
-¡Ha vuelto a explotarle en la cara a uno de sus Pokémon! Ahora vamos a ver el resultado del ataque…
El humo se disipaba lentamente, dejando ver a ambos monstruos, Exeggutor como era evidente estaba fuera de combate, renegrido. Hiro se encontraba a tan solo un metro de él, rodeado de un aura azul, que se extinguió al ver a su enemigo derrotado.
-¡¡Si!! –gritó Touji, al tiempo que hacía un gesto obsceno a su oponente –¡así se hace, Hiro!
-¡¡Increíble!! ¡La detección ha dado resultado! ¡Es la segunda vez que Touji hace que un Pokémon del Pescado explote en vano!
El público aplaudió con entusiasmo el desempeño de Heracross.
-Ahora es donde esta batalla se decidirá… ¡Richard alza en alto su última Pokebola!
-No me decepciones, amigo… -le dijo antes de arrojarla con mucha fuerza, tan lejos de sí mismo como le fue posible.
Al ver al Pokémon salir a la luz del sol, a Touji se le encogió el corazón:
-No puede ser, estuvimos tan cerca… pero, no hay forma alguna de que Hiro derrote a eso… este es el final.
La gente le dio una calurosa bienvenida al gigantesco monstruo de Richard, con gritos y aplausos.
-Touji está en problemas… -murmuró Reiko.
-No hay duda de que lo está, pero aún puede ganar, sé que puede –dijo Rika con firmeza.
-¡Vaya! ¡Un Steelix! ¡Sin duda un excelente Pokémon para cerrar con broche de oro este feroz encuentro!
-Steelix tiene una de las defensas más elevadas del mundo Pokémon, Heracross la tiene muy difícil…
Touji pidió tiempo y fue a la banca del profesor Elm:
-La verdad estoy muy sorprendido, te has desempeñado como un verdadero profesional a lo largo de esta batalla, ¡seguí así!
-Pero profesor… Hiro no puede ganar… simplemente es imposible…
El profesor le pasó una botella de agua. Touji se la bebió casi toda de un trago y se mojó la cabeza con lo que quedaba.
-¿Por qué es imposible? –preguntó con una sonrisa.
-Porque sí… esa cosa es demasiado resistente, Hiro no podrá hacer nada.
-¿Eso crees? ¿De verdad crees que tu propio Heracross que ha entrenado tan duro con vos y en mi laboratorio, va a ser derrotado en una batalla tan importante?
Touji guardó silencio unos segundos. Su mirada se llenó de decisión, y regresó a su puesto.
El Pescado tenía la mirada cargada de confianza, sencillamente no había forma en que su Pokémon perdiera.
-¡Empiezan! ¡Steelix se entierra como una serpiente gigante, mientras que Heracross levanta vuelo!
-El Pokémon de Touji vuela de un lado al otro, parece nervioso…
-¿No lo estarías si una serpiente de más de veinte metros pudiera salir de la tierra y tragarte entero?
-Jajaja, supongo que sí.
Touji no escuchaba a los locutores, su concentración en el combate era total, tenía la vista fija en el campo, esperando ver algún indicio de Steelix para advertir a su Pokémon.
-¡¡Salió!! ¡Wow! ¡Eso sí que ha estado cerca!
-¡Heracross lo esquivó por muy poco, y Steelix volvió a desaparecer bajo tierra!
El suelo vibraba con fuerza, denotando los movimientos del Pokémon de acero.
-¡Hiro, cuidado atrás! –gritó Touji al ver la tierra abrirse detrás del insecto.
La súbita aparición de la serpiente arrancó exclamaciones de susto en los espectadores que estaban a solo unos metros de la bestia, llegándoles a algunos incluso algunas piedrillas que salieron despedidas.
Hiro se volvió rápidamente, pero sus reflejos no fueron suficientes para evitar el feroz cabezazo que su rival le sacudió. El escarabajo perdió el equilibrio y chocó fuertemente contra el suelo.
-¡Es tuyo Steelix, cometelo!
Tras un poderoso rugido, la serpiente se abalanzó sobre su pequeño blanco, pero este reaccionó a tiempo y despegó de inmediato, provocando que Steelix estrellase su cabeza contra el suelo, levantando una polvareda. Al volver a alzarse sobre su enorme cuerpo, Heracross le asestó un poderoso mega cuerno en la parte de atrás de su cabeza. Pero a pesar de ser un ataque tan destructivo, no pareció tener mayores efectos en el monstruo metálico, quien sacudió la cabeza tras recibir el golpe.
-Mierda… Esto no funciona, Hiro no tiene cómo dañarlo…
-¡Steelix, enséñale tu avalancha!
El ataque tan conocido y apreciado por Touji ahora estaba en su contra, las enormes rocas se dirigían contra Heracross como una lluvia mortal. El insecto maniobraba con suma habilidad entre ellas, esquivando una buena parte y destrozando otras tantas con su cuerno, sin embargo, las piedras no paraban de llegarle, y si bien aún podía esquivarlas, le costaba muchísimo y recibía muchos golpes.
-¡¡Cuidado!!
Una piedra golpeó en la cabeza a Hiro con mucha violencia, y el Pokémon retrocedió, intentando recuperar la compostura, pero no vio la monstruosa boca de Steelix abrirse detrás suyo. Cuando se dio cuenta, la bestia cerró sus mandíbulas sobre él, con un ruido seco.
-¡¡Noooo!! ¡¡Hirooo!!
-¡¡Es increíble… se lo ha comido!! –exclamó estupefacto el locutor.
-Hacía años que no veíamos algo parecido, un trágico desenlace, sin duda…
-No puede ser… -murmuró Touji con un nudo en la garganta –Hiro…
-¡Ja! ¡Fin de la pelea! –dijo en tono satisfecho Richard.
El público estaba completamente silencioso, nunca habían imaginado que iban a ver morir un Pokémon en batalla.
Touji estaba a punto de echarse a llorar, pero un gruñido lo distrajo:
Algo parecía molestarle mucho a Steelix, ya que apretaba los ojos y gruñía con fuerza.
-¡Está ocurriendo algo! ¡Steelix no se ve muy bien!
-¡Su boca se está abriendo!
Al escuchar estas palabras, Touji levantó la mirada hacia la criatura, y ciertamente, su boca se abría, lenta, muy lentamente, pero se abría.
-¡¡Imposible!! –gritó el Pescado al ver en su interior.
-¡¡Hiro!! –gritó Touji desbordante de alegría, al ver a su Pokémon en la boca de la bestia, sujetando la parte superior de sus mandíbulas con ambas manos. Los dientes del insecto rechinaban por el esfuerzo que estaba realizando, pero la bocaza de Steelix se abría más y más.
-¡No debería sorprendernos, Heracross es uno de los Pokémon con mayor fuerza física del mundo! ¡Es el Hércules entre los Pokémon insecto!
-¡Vamos Hiro, escapa!
La orden no tardó en ser acatada, el insecto abandonó su particular prisión, dejando a sus espaldas el sonido seco emitido por las fauces de Steelix al cerrase.
Hiro aterrizó bruscamente y se hincó sobre una rodilla, jadeante, tenía montones de heridas en el cuerpo, su cuerno había perdido una de sus puntas, sus alas estaban resquebrajadas. No podía volar, de hecho, apenas y podía permanecer de pie; estaba hecho polvo.
-¡Atención! ¡Este podría ser el fin de la batalla, Heracross está en un estado realmente lamentable, parece que va a caer en cualquier momento!
-“¿Debo retirarlo?” –se preguntó Touji –“Está muy débil, ya no puede hacer nada más… este es el fin de este combate…”
El entrenador sacó su Pokebola, la miró unos instantes, después miró a su Pokémon, y tras unos segundos, la volvió a guardar.
-¡Hiro! ¡Vamos a seguir con esto hasta el final!
-¡Herrracross!
El profesor Elm asintió con la cabeza.
-Está loco, su Pokémon está más muerto que vivo, ¿y aun así quiere continuar? –exclamó el Pescado –si quiere que su Pokémon resulte herido de gravedad, que así sea, ¡esta batalla es mía! ¡Steelix, acabalo de una vez, cola de hierro!
Un rugido que hizo temblar la tierra fue emitido por la bestia de acero, antes de que su cola se iluminara de un blanco resplandeciente, y la abalanzara contra su inmóvil enemigo.
La monstruosa cola iba a golpear a Hiro, el Pokémon no tenía suficiente fuerza para intentar esquivarla, eso era seguro.
De pronto, sin saber bien cómo se le ocurrió, una orden salió con fuerza de la boca de Touji:
-¡¡Hiro, usa aguante!!
-¡¡Wooaahh!! ¡La cola de hierro golpeó su objetivo con mucha, mucha fuerza! Nuevamente el polvo levantado nos bloquea la vista de los hechos, ¡no hay rastros de Heracross!
Los espectadores instintivamente se pusieron de pie, desesperados por ver el resultado del embate.
El polvo comenzó a despejarse, y lentamente la cola de Steelix se fue haciendo visible, desde la parte más gruesa, llegando a la punta, pero…
-N-no es posible… -balbució el Pescado.
-¡No puede ser! –gritó Harry atónito.
-¡Que esté! –continuó Reiko.
-¿Ahí después de todo? –finalizó Rika, con una sonrisa.
Efectivamente, algo azul asomaba debajo de la inmensa cola de su oponente; Heracross la estaba sujetando con ambos brazos extendidos, y una sonrisa estaba dibujada en su maltrecha cara.
Los ojos de Touji se empequeñecieron, mientras señaló con el dedo a Steelix:
-Ahora, ¡¡¡INVERSIÓN!!!
Una gigantesca aura roja envolvió a Hiro, quien pareció arder como fuego. Era de verdad el aura más grande que Touji había visto en su vida. Y así, frente a los ojos incrédulos de más de ciento treinta mil espectadores, Hiro alzó a la descomunal bestia que pesaba más de cien veces más que él, le hizo dar dos vueltas enteras en el aire, y la arrojó con todo su poder contra los carteles publicitarios del otro lado del campo, a unos sesenta metros de distancia.
El sonido provocado por Steelix al estrellarse brutalmente contra la pared que representaban los anuncios debió escucharse en kilómetros y kilómetros a la redonda, más aún porque esta se derrumbó por completo, dejando sepultado al Pokémon del Pescado.
Todo estaba silencioso. Nadie emitía palabra, ni Touji, ni Richard, ni los espectadores, ni siquiera los locutores fueron capaces de pronunciar palabra adecuada para describir lo que acababan de ver.
El público solo miraba boquiabierto la escena, incluso el profesor Elm no emitía sonido.
Pasó alrededor de un minuto de completo silencio, cuando finalmente la masa de gente estalló en gritos, silbidos, aplausos y ovaciones de toda clase. Clamaban emocionados el nombre de Heracross, quien se encontraba solo en su área del campo, inmóvil.
-¡¡Iiiiiiiiiincreible!! –bramó el locutor –¡¡Nunca había visto semejante revés en todos mis años de observar batallas!!
-Estando a punto de ser aplastado como un insecto… literalmente, ¡Heracross soportó el feroz ataque y contraatacó con una inversión fulminante!
-¡Ni siquiera la prodigiosa defensa de Steelix pudo contra semejante poder de ataque!
Touji finalmente cayó en la cuenta de lo que acababa de ocurrir, y corrió hacia Heracross:
-¡¡Ganamos Hiro!! ¡¡Ganamooos!! –gritó mientras lo abrazaba.
El profesor Oak miraba desde su palco privilegiado sin salir de su asombro, y en ese momento pensó que, tal vez, lo que le había dicho su antiguo discípulo la tarde anterior era cierto.
Richard, aún incrédulo, se acercó a lo que quedaba de su Steelix y lo retiró.
-Este muchacho… puede ganar… -dijo el profesor Elm, pensando en voz alta.
La encarnizada batalla de octavos de final había llegado a su fin, Touji superó la prueba, gracias a su extraña habilidad y el valor de sus Pokémon, pero… ¿podrá prevalecer frente a los terribles combates que le esperan?
La gente anda diciendo...