Made in PAPokémon: El Mundo con Otros Ojos

Pokémon el Mundo Con Otros Ojos – Capítulo 47: ¡Eliminatorias!

Disclaimer lavamanos tipo Disney

Esta historia fue escrita desde el 2002 al 2004, por una piba y un pibe que, al comienzo de la historia, tenían 15 años, al igual que el protagonista.
Es probable que cada tanto encuentren chistes o comentarios homofóbicos, machistas, racistas y/o de mierda en general. Básicamente, éramos literalmente nenes y bastante boludes, como la gran mayoría de las personas lo es a esa edad. Esos comentarios NO reflejan la postura actual del staff de PA y francamente, son bastante vergonzosos. Pero decidimos dejar la historia exactamente tal cual fue escrita y no lavarnos las manos de nuestros errores.

 

Capítulo 47: ¡Eliminatorias!

-¿Listo?

-Eso creo…

Rika palmeó suavemente a Touji en la espalda, intentando darle ánimo.

-¿Tenés idea de quien es este Oliver Brunts? ¿Es fuerte? –preguntó el chico con creciente ansiedad, mientras se aseguraba por enésima vez que sus Pokebolas estuvieran en el orden correcto.

-Sabemos lo mismo que vos –dijo Harry, aburrido de oír la misma pregunta un millón de veces.

Reiko irrumpió de improviso en la habitación, y todos se volvieron hacia ella con interés, en especial Touji.

-Lo único que pude averiguar es que le gusta usar Pokémon normales, eso es todo –dijo la pelirroja antes de sentarse en la cama, donde estaban también Harry y Hikari.

-Bueno, los Pokémon normales son fáciles de manejar, si habré aplastado esos inútiles Rattatas en las primeras etapas de mi viaje…

Rika le echó una mirada de desaprobación.

-Si, lo sé, lo sé, no tengo que confiarme –Touji se dio una última mirada en el espejo, y trató de que su cabello quedara presentable, cosa prácticamente imposible.

-El ser bonito (que no lo sos, por cierto) no te va a hacer ganar, ¡así que deja de contemplarte al pedo y salí a pelear! –le dijo Harry, con su inusual pero efectiva manera de animarlo.

Touji le echó una mirada desagradable y salió de la habitación, escoltado por sus compañeros. Fuera del hotel se encontraron con el profesor Elm.
No tardaron en llegar al estadio, y se sorprendieron al ver que no había nadie esperando afuera, lo que hizo suponer a Touji una de dos cosas: que no había ido gente a ver el combate (esta no le desagradaba) o bien, que estaba llegando tarde.

–¿Touji Watsuki? –preguntó una chica algo regordeta y de rostro colorado, con una planilla en la mano.

–Sí, soy yo.

–Ya era hora, tenés tu primer combate ahora mismo, solo pasá por ese pasillo y vas a salir al campo, ¡apurate!

–¿Y mis amigos?

–Solo te puede acompañar una persona, el resto tendrán que verte desde las gradas, ¿quién va a entrar con vos?

–Yo –dijo el profesor Elm dando un paso al frente –te noto muy estresada Liliana, deberías tomarte un descanso.

La mujer sonrió y suspiró:

–Trabajo es trabajo, profesor, adelante, los están esperando.

–¡Suerte Touji, estaremos apoyándote! –le gritó Rika mientras este se adentraba en el corredor iluminado por una tenue luz violácea.

–“Tranquilo, todo está bien… acordate del torneo de Pokémon hierba, solo es un poco de gente, nada más, si te mostrás seguro, esto va a ser pan comido” –pensaba el entrenador al caminar, viendo la luz de la salida del túnel agrandarse cada vez más, hasta que finalmente…

–¡¡Ha llegado el segundo contendiente!! –resonó con estridencia la voz del comentarista. Touji se cubrió los ojos con la mano para protegerse del deslumbrante sol del mediodía.
Todos sus sentidos fueron invadidos a la vez; el olor del césped, la grava que rodeaba el campo crujiendo bajo sus pies, y los gritos de los espectadores.
Sintió por un instante que perdía el equilibrio.

–Touji Watsuki viene del pueblo New Bark, y a pesar de ser su primera gran competencia, el hecho de ser discípulo nada menos que del profesor Elm nos dice que este muchacho de verdad sabe lo que hace –dijo una voz diferente, sin duda del segundo comentarista, que acababa de llegar.

-Muy buenos días, Quique, ¡aún no empieza la batalla y ya se siente el calor en el ambiente!

-Buenos días, Alejandro, ¡esperemos que sea tan emocionante como las de años anteriores!

Touji se volvió hacia la banca, desorientado, donde estaba el profesor, y vio que este le hizo señas con la mano de que avanzara y le dedicó una sonrisa llena de confianza.

El entrenador se colocó en su lugar, ordenándose mentalmente no mirar al público por ningún motivo. En lugar de eso, divisó a su oponente del otro lado del campo; un muchacho delgado, de cabello castaño y ojos negros refugiados tras unos enormes lentes que sin duda le habrían causado muchas burlas en el colegio. Touji sintió cierto alivio al notar que parecía tan nervioso como él.

El réferi se acercó al medio del campo:

-Touji Watsuki del pueblo New Bark contra Oliver Brunts de Violet City, tres contra tres, tiempo límite: treinta minutos, ¡comiencen! –anunció haciendo sonar su silbato.

–Si bien ya hemos visto varios combates eliminatorios durante la mañana, este promete ser muy interesante, veamos de qué están hechos estos dos entrenadores de Johto, ¡a luchar!

Oliver sacó una Pokebola color verde, mientras que Touji, con su única mano libre, (seguía enyesado) tomó la primera de su cinturón.

–“Les daré un comienzo espectacular” –pensó mientras la inflaba y meditaba sobre la mejor manera de arrojarla. Finalmente optó por pasarla detrás de su espalda y arrojarla muy alto, pero Touji no contó con un pequeño detalle: su mano izquierda no estaba acostumbrada a manejar con destreza dichas esferas, y al momento de lanzarla, se le resbaló y cayó al suelo, sin ninguna gracia, y para desgracia de su dueño, ni siquiera se abrió.

El público se quedó observando la escena con perplejidad, para a continuación estallar en sonoras carcajadas. Touji deseó con toda su alma desaparecer de la faz de la tierra.

–Al parecer Touji está un poquito nervioso –dijo el primer comentarista intentando ahogar una risita –esto es completamente normal, así que ánimo, ¡la batalla debe empezar!

–¡Vamos Touji! –le gritó el profesor desde atrás.

Todavía muy colorado, se agachó a recoger su Pokebola y esta vez la arrojó con sencillez.

–¡Vaya! ¡Touji ha elegido usar un Magmar, veamos a que se tendrá que enfrentar este fogoso monstruo!

Volco se tronó los dedos.

-Y el Pokémon de Oliver es… ¡Jigglypuff!

-No podemos decir que es extraño ver Pokémon sin evolucionar en este torneo, muchos entrenadores los prefieren porque aprenden sus ataques potenciales más rápido y son más fáciles de manejar.

–¡Así que a no subestimarlos por su apariencia, damas y caballeros!

Para ese momento, Touji intentaba con todas sus fuerzas contener la risa.

La rosada y redonda criatura dio un par de saltitos y miró a su rival con sus enormes y dulces ojos azules, que de pronto adquirieron una expresión de rudeza.

Volco hizo rodar las pupilas de sus ojos, con todo el sarcasmo del que un Pokémon era capaz.

–¡Jiggly, hazlo dormir con tu canto! –ordenó Oliver, quien a pesar de la reacción de su oponente no parecía molesto.

El aire alrededor del Magmar ya había alcanzado una temperatura endemoniada, como si hubiese adivinado la orden que vendría:

-¡Lanzallamas!

El chorro de fuego ni siquiera fue lanzado a toda potencia, como era acostumbrado en Volco; no lo creyó necesario. Antes de que el globo pudiera entonar siquiera una nota, vio el ataque sobre él.

–¡Qué lanzallamas! ¡Es bastante improbable que Jigglypuff haya resistido eso!

–Así es, solo queda esperar a ver si tenemos globo a la plancha.

Magmar dejó de disparar y aflojó su postura, justo antes de sentir un duro impacto en la cara.

–¡Miren ese ataque de desenrollar! Dudo que a Magmar le haya dolido solo en su orgullo…

El Pokémon de Oliver aterrizó detrás de su rival, volviéndose hacia él con aire de triunfo, a pesar de que el lado derecho de su cuerpo tenía serias quemaduras.

Volcó lo miró de reojo, frotándose la cara adolorida con una mano. Inhaló profundamente…

–¡Woaaah! Sin duda eso ha sido todo para el pequeño guerrero, no ha tenido ninguna chance de soportar un ataque tan poderoso.

–¡Si hasta ha carbonizado buena parte del campo!

El graderío aplaudió el desenlace de esa desigual batalla.
Oliver guardó a su redondo monstruito (o la parte que no había sido incinerada), y ahora parecía algo preocupado, al parecer no se esperaba que su oponente tuviera un nivel y fuerza tan avanzados.

–Oliver está enviando a su segundo Pokémon, ¡tendrá que ser un monstruo muy rudo para hacerle frente al Magmar de Touji y equilibrar las cosas!

–Es cuadrúpedo, ¿un Flareon?

–¡No! Es un Delcatty.

–A pesar de no ser un Pokémon especializado en fuerza bruta, esta criatura ha sabido complicarle la existencia a bestias mucho más fuertes que él.

–Veamos si la estrategia de Oliver funciona contra un monstruo tan candente.

El elegante felino caminó con gracia de un lado al otro de su área, sin dejar de mirar a Volco.

–¡Vamos Volco, rostiza a esa cosa ahora! –ordenó Touji envalentonado por su avasallante victoria anterior.

–¡Delcatty, usa atracción!

Magmar se preparó para disparar, pero se detuvo cuando el gato fijó sus ojos en él y comenzó a ronronear dulcemente.

–¿Qué pasa, Volco? ¡Atácala!

–¡Eso es preciosa, está en tus redes! ¡Ahora dale con tu doble filo!

–¡Apártate de su camino!

Pero Volco estaba embelesado por su oponente, y era incapaz de moverse, por lo que recibió la embestida y retrocedió.

–¿Te golpeó y aun así te gusta? Masoquista… –masculló Touji –¡vamos, reaccioná!

–Tal parece que Delcatty ha equilibrado la balanza a favor de su amo, ¡Magmar no parece tener deseos de combatir con ella!

El Pokémon de fuego sacudió la cabeza, y atinó a escupir un lanzallamas justo cuando su amada iba a darle otra muestra de su afecto.

Si bien esta saltó a un lado, no pudo evitar recibir una parte del ataque, que le infligió una quemadura en su delgada pata delantera.

–Esto le complica las cosas a la gatita, la quemadura le causará daño durante todo el combate y disminuirá radicalmente su poder de ataque.

–¡Eso es Volco!

–¡Rayos! ¡Delcatty, usa campana cura!

El Pokémon cerró los ojos mientras su cascabel se iluminó de azul, y esa luz envolvió todo su cuerpo. Al apagarse, la quemadura había desaparecido.

–¡Campana cura, elimina los problemas de estatus, muy ingenioso!

El público aplaudió la jugada de Oliver.

–¡Ahora usa substituto!

–¡Puño fuego!

La imagen del gato se rodeó de humo, y en su lugar apareció una especie de muñeco de peluche. Volco miró extrañado y se acercó; tomó al muñeco con una mano mientras encendía la otra, aún sintiendo el efecto de la atracción, y se dedicó a propinarle sucesivos puños fuego. Al tercero, la curiosa protección se rompió, y una Delcatty algo más maltrecha que antes apareció, esta vez a merced de su rival.

Volcó trató de superar su atracción por ella y la agarró de la cola, para después estrellarla contra un cartel publicitario al pie de las gradas, y antes de que pudiera recuperarse, la calcinó con una imponente llamarada.

–¡Muy bien hecho, Volco!

–¡Vaya! ¡Ni la engañosa habilidad de Delcatty pudo ayudarla a superar el ardiente espíritu combativo del Magmar de Touji!

–¡Así es, se puede notar que este Pokémon recibió un excelente entrenamiento por parte de su entrenador!

–Pero no nos olvidemos de Delcatty, que hizo un gran trabajo a pesar de tener desventaja, ¡un aplauso para ella!

Los espectadores aplaudieron de buena gana mientras Oliver retiraba a su Pokémon.

–“Solo uno más y ganamos, esto es demasiado fácil…”

–Las cosas se han puesto complicadas para Oliver, solo le queda un Pokémon, mientras que a su rival aún le quedan tres… ¿podrá revertir su comprometida situación?

–Claro que lo haré –dijo este mientras alzaba sobre su cabeza una Pokebola de color negro. Parecía haber recuperado su confianza.

Touji sentía que ya había ganado la batalla, no había resultado tan difícil después de todo…

Oliver arrojó la Pokebola a la arena. Al abrirse esta reveló una figura grande, muy grande, y redonda… muy redonda.

–¿Qué carajo es esa bola de grasa? –soltó Touji mirando al monstruo recostado en la hierba. No parecía muy fuerte, y además tenía cara de idiota, pan comido sin duda.

Las gradas vitorearon y gritaron a coro el nombre del Pokémon, muy entusiasmadas:

-¡Snorlax! ¡Snorlax! ¡Snorlax! ¡Snorlax!

–¡Wow! ¡Esto sin duda le da un giro a esta batalla!

–¡Sin lugar a dudas Oliver guardó lo mejor para el final, esto será fabuloso!

–¿Por qué tanto escándalo por esa mierda con colesterol? ¡Ni siquiera se puso de pie!

–Snorlax, arriba muchacho, es hora de pelear –dijo su entrenador.

El enorme Pokémon se levantó, se rascó la barriga y soltó un bostezo.
La gente lo adoraba.

–Bah, no es más que una masa de manteca gigante, ¡Volco, dale una lección!

–¡Maag! –gruñó este irritado al ver que su rival era más popular que él. Se le acercó con paso firme, hasta estar a escasos palmos de su enorme cuerpo, y sin ningún aviso, disparó un poderosísimo lanzallamas sobre su cara, dejándosela invisible por varios segundos. Al terminar, esbozó una sonrisa satisfecha, pero esta desapareció al ver que Snorlax seguía parado impasible frente a él, rascándose la cara con perplejidad, que apenas parecía un poco chamuscada.

–Touji va a tener problemas… muchos problemas –dijo Rika desde la tribuna.

–¡¿Qué?! ¡No le hizo nada! ¡Volco, tratá de nuevo!

El Magmar así lo hizo, enfurecido por la actitud pacifica de su oponente, comenzó a golpearle el estómago con puños fuego.
Snorlax bostezó nuevamente.

–Al parecer Magmar no podrá superar semejante barrera de… grasa, ¡tendrá que intentar otra cosa si quiere ganar!

–¡Y que lo digas! ¡Los poderosos ataques de fuego apenas le hacen cosquillas!

–Mierda… ¿por qué no funciona? –dijo Touji preocupado.

Volco seguía golpeando, hasta que finalmente Snorlax se cansó de esperar. Antes de recibir el próximo puño fuego, lo agarró del cuello, y con la otra mano le dio tal puñetazo, que el Magmar salió volando a varios metros del lugar.

–¡Santo cielo! ¡Qué animal ¡Tal como se esperaba, tiene una fuerza increíble!

Volco se incorporó, encolerizado, se secó la sangre de la boca con una mano y se dirigió nuevamente hacia su gordo enemigo.

–¡Hay que hacer otra cosa, usa rayo confuso!

El siniestro ataque fue desviado por un manotazo de la bestia.

–¡Termínalo con golpe de cuerpo!

–¡Laaax!! –gritó la criatura al tiempo que dejaba caer todo su peso sobre su desdichada víctima.

–¡Mierda!

–¡Ni hablar! No sé cómo esté Magmar después de eso, pero lo que si sé es que no estará de una pieza…

Snorlax se incorporó, dejando ver a su aplastado oponente, quien se encontraba hundido en un pequeño cráter, obviamente fuera de combate.

–Sí, damas y caballeros, este es el fin de este formidable luchador, ¡un aplauso para el Magmar de Touji!

La gente aplaudió y silbó efusivamente la gran actuación de Volco.

Tras retirarlo, Touji se sentía muy confuso, nunca antes había enfrentado un Pokémon con tal resistencia al fuego sin tener ventaja de tipo.

–“Si el fuego no funcionó, tal vez la electricidad lo haga…”

-Pensalo bien Touji… usa la cabeza… -murmuró Harry, como si quisiera comunicarse de alguna manera con él.

-Va a tener que arriesgarse, nunca se enfrentó a un Snorlax antes… -dijo Reiko.

-¡Vamos Denkeshi!

-¡Laiii chu!

-Raichu, extraña elección por parte de Touji para hacerle frente a Snorlax, veamos si nos tiene una sorpresa preparada.

Oliver se acomodó el cabello, con una sonrisa satisfecha.

-¡Denkeshi, onda trueno!

-¡¡Terremoto!!

-¡Ohhh! ¡Raichu logró paralizar a Snorlax, pero a cambio de eso recibió un impacto fortísimo!

-Definitivamente, este no es buen negocio para Touji… solo miren el estado en el que quedó la arena de combate, ¡ni siquiera se puede ver a Raichu!

-¡Carajo! ¡Denkeshi, aguanta!

El ratón salió de entre una grieta del suelo, con el cuerpo muy magullado, respirando dificultosamente, mientras que Snorlax estaba envuelto en un chisporroteo que restringía notablemente sus movimientos.

-Snorlax tiene esta batalla prácticamente ganada… -dijo Hikari.

-Mierda, Denkeshi nunca va a aguantar otro ataque como ese… -Touji comenzó a evaluar la situación –tengo una oportunidad muy pequeña… pero tengo que aprovecharla.  ¡Den, usa doble equipo!

-¡Terminalo con otro terremoto!

Pero cuando el gordo monstruo levantó un enorme pie para dar un pisotón que quebraría la tierra (y a Raichu), la parálisis le impidió moverse, al tiempo que Denkeshi se dividía en una veintena de ilusiones de sí mismo.

-¡Demonios, no dejes que siga haciendo eso, acábalo!

-¡Eso, seguí con doble equipo!

-¡Lai! –el Pokémon se multiplicó una vez más, las copias se movían con una rapidez pasmosa.

Snorlax gruñó y atacó, pero solo deshizo unos cuantos Raichus falsos.

-¡Vamos, otra vez! –lo animó Touji, a lo que Denkeshi se concentró y fortaleció su técnica evasiva aún más.

-¡Esto es inaudito, ese Raichu se niega a dejarse golpear, aún con la enorme ventaja de su rival! ¡El nivel de este doble equipo es asombroso! –el comentarista se levantó de su asiento para ver más de cerca.

-Snorlax ya no se ve tan confiado ahora, por el contrario, desde acá se ve bastante confundido por el truco de su oponente –dijo el otro.

El Profesor Elm asintió con la cabeza en silencio.

-“Eso es, Touji, cuando todo esté en tu contra, debes tomar lo poco que tengas y usarlo”.

Denkeshi literalmente estaba en todas partes a la vez, y aprovechaba cada instante libre para usar nuevamente su doble equipo. Con su evasión maximizada, no tenía mucho que temer.

Snorlax atacaba y atacaba, pero no podía conectar.

-¡Bien, ahora rayo!

Todas las copias dispararon al unísono, a pesar de que parecería que el poder también estaba multiplicado, lo cierto era que solo era un engaño, y la fuerza del ataque seguía siendo la usual.

La electricidad hizo estremecer al Pokémon de Oliver, pero el daño verdadero era realmente poco, apenas un poco más del causado por Volco.

Lentamente, Snorlax se acercaba a las diferentes copias y las deshacía a golpes, pero la técnica no le estaba dando resultado, ya que no cesaba de recibir descargas eléctricas.

-Los rayos de Raichu no afectan a Snorlax demasiado, sin embargo, tarde o temprano lo debilitarán… ¡nadie se esperaba esta vuelta de tuerca!

La gente en la tribuna parecía muy entusiasmada con la batalla, disfrutando mucho del espectáculo visual que Denkeshi les proporcionaba.
Un codazo del monstruo hundió la tierra, al no poder darle a su enemigo.

-¡Vamos Snorlax! ¡Concéntrate! -rogó Oliver, avergonzado al ver que un Raichu lo estaba derrotando.

La robusta criatura achicó aún más sus ya diminutos ojos, se enderezó, observando fijamente a cada copia que se movía detrás, a los lados, o frente a él. Dio un puñetazo a uno en su flanco derecho, pero falló.

-¡Ahora, trueno!

El pilar de luz dio de lleno en su enorme blanco, quien lo sufrió, pero relativamente poco. La luminosidad impedía ver la escena tanto al público como a los entrenadores.

Súbitamente, algo salió disparado del epicentro de la acción, ante la sorprendida mirada de los espectadores. Era Denkeshi.

-¡Nooo! –gritó Touji, al ver que su Pokémon quedaba estampado contra un cartel que rezaba: “Compre productos Devon: lo mejor desde Hoenn para usted”.

Snorlax estaba en su lugar, apenas algo agitado.

-¡Atención! No sabemos lo que ocurrió, en este momento estamos revisando las grabaciones de las cámaras y en breve las reproduciremos para ustedes.

Tal y como lo anunciaron, en seis enormes pantallas planas dispuestas alrededor del estadio, apareció la imagen de la batalla; se veía en cámara lenta y en una tonalidad violeta apagada.
El trueno cayendo sobre Snorlax, y las copias moviéndose a su alrededor, detrás de él estaba el verdadero Denkeshi; se lo podía diferenciar del resto por la mayor intensidad del color en su figura. Al parecer cargaba electricidad para seguir castigando a Snorlax, pero cuando iba a disparar, se vio al Pokémon quien, soportando el trueno (que aún estaba cayendo) se giró sobre un pie, y le sacudió al Raichu una mega patada para recordar, cuyo impacto hizo que saliera despedido hasta estrellarse contra el cartel publicitario.

-¡Ahá, ahí lo tenemos damas y caballeros! ¡Al parecer la luz del trueno ayudó a Snorlax a diferenciar entre las copias y encontrar al original, que gran Pokémon!

-Oliver ha hecho un gran trabajo con él, y eso puede apreciarse en esta batalla.

-Ahora le decimos adiós al Raichu de Touji, quien se ha esforzado muchísimo y superó barreras que otros Pokémon de su clase no pudieron, ¡un enorme aplauso para este aguerrido combatiente!

Touji retiró a su Pokémon, complacido al oír las ovaciones del público.

-La situación se ha revertido para el entrenador del pueblo New Bark, ahora solo tiene una oportunidad de quedarse con los disputados tres puntos de la victoria.

Touji hizo una seña con la mano al réferi y este asintió. El entrenador fue a la banca donde se encontraba el profesor Elm.

-Gran trabajo Touji, lo haces muy bien, muy bien –dijo este.

-¿Bien? ¡Claro que no lo estoy haciendo bien! ¡Tenía la victoria en mis manos y la estoy dejando escapar!

-Claro que no, aún podés ganar, y estoy seguro de que vas a hacerlo.

-Pero no puedo dañar a esa puta masa grasienta… parece que comiera ataques, ¡recibió de todo y sigue intacto!

-Sí, imaginé que un Snorlax te daría problemas. Es un Pokémon conflictivo, y no todos saben como atacarlo… pero no es invencible, eso te lo garantizo, como también te garantizo que no está intacto, está paralizado y con menos de la mitad de su energía, además de agotado por usar tantos ataques intentando darle a Denkeshi.

-Por favor, dígame que Pokémon usar, ¡usted debe saberlo!

El profesor negó con la cabeza:

-Estoy seguro de que te vas a dar cuenta solo, ¡ahora adelante!

Touji decidió que no era bueno insistir, y se puso en su lugar de entrenador.

-¡La batalla continua, señoras y señores!

-¡El Pokémon que elija Touji será el que decida este encuentro!

-¡No sabemos cuál sea, pero si es tan adepto al combate como los dos anteriores, estamos seguros de que dará un gran espectáculo!

Touji deslizaba sus dedos de una Pokebola a la otra, pensativo:

-“Ni el fuego ni la electricidad funcionaron… hmm… tal vez ningún ataque especial funcione… ¡eso es! Voy a enviar a un atacante físico”.

-La Pokebola se abre y es un… ¡Pupitar! ¡Vaya, que inusual! Según nuestra información, es el Pokémon con nivel más alto de este entrenador.

-¡No es de extrañar que Touji quiera enviar a su as de espadas para asegurarse esta batalla!

-¿Pero podrá hacerlo?

-¡El combate continúa! Los entrenadores ordenan sus ataques; ¡terremoto por parte de ambos!

-¡Wow! ¡El terremoto de Pupitar tiene una potencia extraordinaria!

-Pero el de Snorlax no se hace presente, ¿qué ocurre?

-Al parecer Snorlax está demasiado agotado por usar tantos terremotos contra el Raichu, tendrá que hacer otra cosa…

El sismo partió al medio el campo, dañando severamente a Snorlax.

-¡Eso es, Touji! –gritó Reiko, mientras ella y los demás se paraban a aplaudir la escena.

-Por fin está usando la cabeza…

-¡Kosuke, vamos a ganar esto, avalancha!

-Maldición… ¡Snorlax, golpe de cuerpo, tal vez puedas paralizarlo!

Antes de poder moverse, el Pokémon normal vio una lluvia de enormes rocas cayendo sobre él, desvió una de un manotazo, pero las demás lo golpearon, dejándolo muy aturdido.

-¡Dale con todo!

-¡Taaar!

Las rocas surgían de entre las grietas, una tras otra, todas contra Snorlax, quien esta vez no pudo hacer nada contra ellas. Aquello parecía un derrumbe interminable, las rocas caían y caían. Pupitar no se detuvo hasta que su enemigo no fue invisible entre todas ellas.

-¡Rocas voladoras! ¡Este Pupitar es fuerza bruta en estado puro!

-Cuando la polvareda se despeje sabremos si se ha terminado el combate.

-Aunque realmente creo que ya todos sabemos el resultado de esto…

-Sí, tal y como lo esperábamos, el polvo se ha despejado y no hay de Snorlax más que sus enormes huellas marcadas en el césped, ¡está completamente enterrado!

-¡Aplaudan a este poderoso monstruo y a su entrenador, lo han hecho realmente bien y esperamos ver su actuación en próximos combates!

Todos aplaudieron a Oliver de pie.

-¡Y como todos saben, el ganador de este combate es Touji Watsuki!

Esta vez el publicó estalló en ovaciones para Touji y Kosuke.

Oliver sonrió débilmente y guardó a su monstruo, felicitándolo. Touji hizo lo mismo.
Los dos entrenadores se acercaron al medio de la arena, pasando por la hierba carbonizada, esquivando rocas gigantes en su camino, y tratando de no caer en ninguna grieta. Se dieron las manos.

-Gran batalla, colega, la disfruté mucho, no esperaba que ya desde el primer encuentro fuera tan difícil –dijo Oliver.

-Lo mismo digo, realmente me pusiste las cosas complicadas, tu Snorlax es una máquina.

-Jajaja, gracias, ojalá hubiera podido ver más de lo que podía hacer tu Pupitar, te deseo suerte y espero que nos enfrentemos de nuevo.

-También te deseo suerte “pero de ninguna manera espero que nos enfrentemos de nuevo” –pensó mientras daba media vuelta.

Miró hacia las gradas, buscando a Rika y a los demás con la mirada, pero no los encontró. Los aplausos y gritos aún llenaban sus oídos, y le gustó esa sensación, le gustó mucho.

La sombría figura de Shin-Tao, que había estado observando el combate desde lo más alto de las gradas, dio media vuelta y desapareció entre el gentío.

-¡Felicitaciones, has superado mis expectativas! –exclamó el profesor Elm palmeándole la espalda.

-Gracias… la verdad no pensé que fuera a ganar…

-Pero lo hiciste, ¡ahora vamos afuera a celebrar! Además, hoy tenés una batalla más, así que hay que curar a tus Pokémon.

Una vez fuera del estadio, Touji aún tenía en su cabeza los gritos de los espectadores.

-Fue increíble lo que hiciste con Denkeshi, nunca hubiera pensado que a un descerebrado como vos se le hubiera ocurrido algo como eso… -dijo Harry. Estaban en una cafetería muy bonita. Touji se sintió en las nubes cuando unos muchachos de la mesa de al lado (entrenadores, por su aspecto) lo señalaron y murmuraron algo.

-Tuvo suerte, fue muy imprudente mandarlo contra un Snorlax –dijo Hikari.

-No es imprudente si no sabía del peligro que corría –lo defendió Reiko.

-No, tenés razón, entonces es ignorante…

-Suficiente –cortó Rika –estamos acá para celebrar, ¿se acuerdan?

-Bueno Touji, ya tenés tus primeros tres puntos… ahora no te duermas en los laureles y gana el resto de las batallas –dijo el profesor.

-Lo intentaré.

-Y vos Rika, ¿cuántos puntos tenés?

-Ninguno, mi primer combate es dentro de una hora –dijo, sonriente.

-Mucha suerte –le dijo Touji, sabiendo que no la necesitaba.

Después de un rato, cada uno se fue por su lado; Touji a curar a sus Pokémon y averiguar el horario de su siguiente batalla, Harry se fue con Hikari a algún lado… “No sé que les pasa a estos dos, pasan demasiado tiempo juntos” pensó Touji sospechando lo típico. Rika se fue a su combate, y Reiko a verla. Más tarde Touji tuvo su batalla; perdió.

Así pasaron los días, largos, cálidos y agradables. Llenos de hermosos atardeceres, restaurantes costosos, fiestas, tragos, piscinas, y batallas espectaculares. Por primera vez desde lo que pasó en Ecruteak, Touji pudo olvidar todos sus problemas. Su hermano, el equipo Rocket, todo.

Realmente se estaba divirtiendo, y sinceramente estaba feliz de ser un entrenador, porque todo su trabajo había dado frutos, y ahora podía medirse con buenas posibilidades contra entrenadores como él.
Tanta paz le era casi irreal; sentía que estaba en una burbuja pronta a reventarse.

Tuvo muchos combates, a veces hasta tres por día, por lo que sus Pokémon acababan agotadísimos, pero por lo que Touji notó, ellos también lo disfrutaban. Se sentían de maravilla cuando oían los aplausos del público, que los alentaba a hacerlo mejor cada vez.
El solo ambiente los llenaba de excitación, un ejemplo de ello fue en cierta ocasión en que a Touji no se le ocurrió mejor idea (borrachera mediante) que soltar a Volco en un bar. El Pokémon provocó un incendio enorme y tuvieron que acudir los bomberos. Por supuesto que el entrenador se desentendió del asunto, y no hubo heridos, por lo que la cosa no pasó a mayores.

Las batallas en sí eran muy arduas, pero valían la pena el esfuerzo. Touji había ganado mucho, pero también había perdido mucho. Había visto Pokémon de las más diversas clases, y con las más diversas técnicas, lo mismo que sus entrenadores. Los había de Johto, de Kanto, y de Hoenn, e incluso de otras tierras desconocidas por él.

No se podría decir que se había vuelto popular, pero su nombre si era conocido por bastante gente del rubro. Rika era la que prácticamente tenía su club de fans, ya que talento más belleza igual éxito. A Touji no le divertía ver como era perseguida constantemente por otros entrenadores.

Del que nadie tuvo noticias sólidas en todo ese tiempo fue de Shin, pero Touji había escuchado ciertos rumores que parecían indicar su presencia: “Dicen que entrena a sus Pokémon para matar, es escalofriante”, “Si, en especial su Sneasel, parece un demonio en la tierra” “El otro día dejó en coma a un Victreebel” “Pero aun así es muy atractivo, ¿no?” “¿Atractivo? ¡Está loco!”

Normalmente, a Touji lo asustaban las batallas difíciles o en las que tenía pocas posibilidades de salir airoso, pero con él era diferente. Aún sentía en su pecho el dolor y la humillación que le ocasionó en su combate. Quería pelear, realmente quería tener su venganza.

 

La paz parecía imperecedera, y la única preocupación de Touji era ganar todo lo que podía. Pero… ¿hasta cuando podría ser así?

Sabrina

La gente anda diciendo...