Made in PAPokémon: El Mundo con Otros Ojos

Pokémon el Mundo Con Otros Ojos – Capítulo 43: Combate decisivo. Reencuentro. Despedida.

Disclaimer lavamanos tipo Disney

Esta historia fue escrita desde el 2002 al 2004, por una piba y un pibe que, al comienzo de la historia, tenían 15 años, al igual que el protagonista.
Es probable que cada tanto encuentren chistes o comentarios homofóbicos, machistas, racistas y/o de mierda en general. Básicamente, éramos literalmente nenes y bastante boludes, como la gran mayoría de las personas lo es a esa edad. Esos comentarios NO reflejan la postura actual del staff de PA y francamente, son bastante vergonzosos. Pero decidimos dejar la historia exactamente tal cual fue escrita y no lavarnos las manos de nuestros errores.

 

Capítulo 43: Combate decisivo. Reencuentro. Despedida.

Una taza cayó al suelo, rompiéndose en pedazos.

-No se preocupe, yo lo limpio –dijo amablemente la oficial Jenny.

Arthur asintió débilmente con la cabeza y miró hacia el faro, con semblante preocupado.
La luna llena echaba su pálida luz sobre la oscura construcción, y todo parecía calmo. Nadie diría que dentro de ese lugar se estaba llevando a cabo una encarnizada batalla.

El Hiper Rayo impactó con toda su fuerza contra una pared de energía levantada en el momento justo por Lunita, los entrenadores y sus Pokémon contemplaban como el mortal rayo de luz blanca luchaba por penetrar el escudo, que era mantenido con cada vez mayor esfuerzo por parte de la Clefable. Sus manos temblaban por la terrible presión ejercida por el ataque, si cedía, explotaría sobre sus caras. Touji estaba agarrado a Kosuke con tanta fuerza que se le entumecieron los dedos.

Todos intentaban pensar en una posible solución. Solo había dos posibilidades; el Exploud se cansaría de disparar el Hiper Rayo, o Lunita ya no podría mantener su reflejo, y considerando la condición física de ambos Pokémon, la segunda era más probable.

El hada tenía los pies clavados en el suelo y los brazos extendidos hacia delante, su cara tanto como la de los chicos era bañada por la deslumbrante luz que el Hiper Rayo proyectaba.

-¡Lunita, no te rindas! –la animó Rika.

El Rocket rió fuerte y cruelmente:

-Pobres ilusos, no quieren entender que no pueden oponérsenos… ¡Exploud! ¡Aumenta la presión!

El monstruo reaccionó a esta órden haciendo aún más grande y poderoso su ataque, y Lunita comenzó a retroceder. Pequeñas y brillantes fisuras se abrieron en el reflejo, extendiéndose hasta cubrirlo por completo.

-¡¡Mierda!! –gritó Touji al ver que el reflejo se despedazaba frente a sus ojos.

Después de eso ya no pudieron ver más que el resplandor. Como era de suponer, el estallido fue muy poderoso, tanto así que una gran parte del techo se derrumbó donde los protagonistas. Tras unos segundos, solo el silencio llenaba el pasillo.

El Rocket avanzó con una sonrisa de oreja a oreja, pensando en lo bien recompensado que sería, y buscando posibles rastros de sus enemigos con su Pokémon secundándolo. Enseguida pudo ver a Touji, que estaba semi enterrado entre los escombros, aturdido, y se lo señaló al Exploud, que agarró al entrenador del cuello con una mano y lo levantó hasta su altura. El monstruo se dispuso a darle el golpe de gracia, pero en ese momento, una sombra cayó sobre él, aferrándose a su enorme cabeza. Exploud soltó a Touji, irritado, y cuando intentó quitarse a su huésped de encima de un manotazo, la criatura saltó y rebotó contra el techo, donde impulsándose con sus piernas volvió a atacar a su rival, esta vez dejándole un arañazo en la cara.

Enfurecido, el Exploud blandió su cola rápidamente, dándole un buen golpe. Geroh-Kun aterrizó de pie, volvió a saltar, esquivó un puñetazo en el aire, (mostrando una vez más sus asombrosos reflejos) y sin pérdida de tiempo descargó una abrumadora cantidad de hojas sable que zanjaron la rugosa piel del Pokémon normal. Este fue incapaz de soportar ese golpe y cayó de espaldas.

-Geroh-Kun… -dijo Touji mientras se levantaba, en un estado que dejaba mucho que desear. El Rocket miraba atónito como su Pokémon completamente evolucionado había sido derrotado por uno que no lo estaba.

-Acaba con ese maldito –logró decir Touji una vez incorporado.

Con un ágil salto, el reptil apareció frente al aterrorizado Rocket y le dio un codazo en la cara, estampándolo contra una pared.

-Gracias Geroh, me salvaste…

-Gro… -dijo la lagartija toscamente mientras desviaba la mirada, de brazos cruzados, como diciendo “inútil, todo lo tengo que hacer yo”.

Harry salió de entre los escombros, agarrándose la cabeza, Touji fue con él y entre los dos lograron encontrar a los demás. Afortunadamente ninguno tenía heridas graves, ya que habían sido protegidos por sus Pokémon, pero sí estaban bastante adoloridos. Pronto hicieron una revisión de su condición y la de sus monstruos.

-Veamos, tenemos a Scizor bastante debilitado, a Gengar en buen estado por ser inmune al Hiper Rayo, Sneasel aún está en condiciones, Altaria al parecer también lo soportó, y por si acaso está Dragonair, que todavía no salió a pelear. Kosuke por ser de roca aguantó y puede seguir un poco más, Grovyle al parecer logró escapar de alguna manera, Charly está bien, Lunita está cansada y algo dañada, y Cindy también –Evaluó Rika.

-¿Cuántas Hiper pociones nos quedan? –preguntó Reiko, agarrándose de Scizor con una mano y sacudiéndose el polvo de la ropa con la otra.

-Siete –respondió Hikari.

-Suficientes –dijo Shin mientras le arrebataba una de las manos, para dársela a su Sneasel.

-Espera Shin, no te apresures, sería mejor que todos descansáramos un poco, un Hiper Rayo no es un juego. Además Reiko está herida y a los Pokémon les vendrá bien un descanso –le dijo Rika.

-¿Descanso? –gritó Harry repentinamente –¡No podemos descansar ahora! ¡¿No se dan cuenta de que estos tipos pueden matar a Bill en cualquier momento?!

-Harry, calmate –dijo Touji mientras se sentaba en el suelo –¿Por qué no pensás las cosas? No sabemos qué o quiénes estén vigilando a Bill, si vamos así como estamos, es seguro que no vamos a poder enfrentarlos, y si nos matan a todos supongo que harán lo mismo con tu hermano, ¿no te parece?

Harry bajó la mirada, avergonzado, se había dejado llevar.

-No te preocupes Harry, no creo que le hagan nada a Bill por ahora. Mirá, si aún tienen esperanzas de que les paguen el rescate, lo necesitan, así como también lo necesitan para intentar un escape –le dijo Reiko, tratando de animarlo.

El chico asintió con la cabeza, y también se sentó junto a su Typhlosion.

Los demás también se sentaron, y curaron a sus Pokémon lo mejor posible.

-¿Cómo estás? –le preguntó Touji en voz baja a Reiko, al ver que tenía los ojos cerrados.

-Mejor, no te preocupes.

-Ja, no sé cómo lo haces… si fuera yo el que tuviera esa herida, ahora estaría gritando y quejándome, tenés mucho valor.

-Vos también lo tenés, no cualquiera estaría arriesgando su vida por ayudar a un amigo como lo estás haciendo.

-No es verdad… –Touji se quedó pensando unos instantes, y le pareció extraño, en otros tiempos nunca se le hubiera ocurrido hacer semejante locura sin que le trajera ningún beneficio a cambio, pero ahora… de alguna manera estaba diferente, algo en él había cambiado.

Los demás estaban en completo silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Al cabo de una hora más, decidieron subir al último piso.

Las escaleras les parecieron más largas de lo normal, pero finalmente, llegaron al último trecho de su recorrido… lo que vieron fue completamente opuesto a lo que se imaginaban: vacío.

-¿Qué significa esto…? –dijo Hikari mirando a su alrededor.

-No puede ser… ¿será que ya se les acabaron los Pokémon? –preguntó Rika.

-No queda más que avanzar –dijo Shin-Tao.

Con muchísima cautela, y rodeados por sus Pokémon, los entrenadores recorrieron el corredor oscuro y silencioso, esperando a que algo saliera a atacarlos en cualquier momento, pero no ocurrió nada.

En cuestión de minutos llegaron a una puerta, que parecía ser de la última habitación del faro.
Los seis se separaron y colocaron a los lados de la entrada, no iban a correr ningún riesgo. Finalmente habían llegado a su objetivo.
Irrumpieron bruscamente junto a sus Pokémon, que estaban en posición de ataque, pero…

-¡¿Qué carajo es esto?! –gritó Touji con los ojos abiertos de par en par.

-Está… vacío… -logró decir Rika con incredulidad.

-¡No es posible! ¡Ya recorrimos todos los pisos y habitaciones de este puto lugar! ¡Además, la policía nos dijo que lo tenían en la parte más alta! ¡No pudieron desaparecer! –gritó Harry.

-Acá hay algo muy raro… -dijo Reiko mientras recorría la sala, ayudada por su Pokémon –este lugar está lleno de polvo, parece como si hubiera estado vacío durante varias semanas…

-Pero… ¿entonces como…?

-No tiene sentido, Jenny nos dijo que unos Jolteon derribaron a los Pidgeot que enviaron desde este mismo lugar… -dijo Hikari mientras se asomaba a una ventana, que estaba bloqueada por tablas.

Shin apoyó una mano en la pared, buscando con la mirada cualquier rastro que indicase presencia humana, o tal vez algún pasaje secreto.

-Harry, vos viviste acá, ¿no te acordás de nada? –preguntó Touji.

-No… -dijo este, contrariado.

Habían llegado muy lejos, pero ahora un obstáculo inesperado les había bloqueado el camino… y al parecer no había forma de evadirlo. Touji casi hubiera preferido ser atacado por una horda de enemigos antes que esto.

-¡¡Mierda!! –gritó enfurecido, dándole una patada al suelo con todas sus fuerzas.

Shin se enderezó con presteza, Rika, Hikari, y Reiko volvieron sus cabezas inmediatamente hacia ese lugar, y Harry abrió mucho los ojos.

-¿Qué? –preguntó Touji confundido, al ver las caras de sus compañeros.

Harry se limitó a decir:

-Hacelo de nuevo.

-¿Eh?

-¡¡Que patees el suelo de nuevo!!

-Bu… bueno…

-¡Jajajaja! ¡Esto es excelente, esos pendejos idiotas nunca nos van a encontrar acá! –dijo una chica mientras se agachaba al lado de alguien en el suelo –¿qué, pensaste que unos entrenadores pelotudos te iban a rescatar? Pobre estúpido.

La persona que se encontraba en el suelo frunció el entrecejo, era un hombre bastante joven, usaba unas gafas pequeñas que enmarcaban un par de ojos oscuros y apagados. Estaba atado de manos y pies, y amordazado.

-Y cuando encuentren este lugar va a ser demasiado tarde, porque ya no estaremos aquí –dijo su compañero con calma.

-Creo que ya perdimos demasiado tiempo, lástima que no podamos encargarnos personalmente de los mocosos, pero por ahora vigilar a esta peste es nuestra prioridad –dijo la chica señalando a Bill.

-Sí, es mejor que nos retiremos.

Cuando el hombre estaba por sacar su comunicador, unas diminutas piedritas cayeron sobre él.

-¿Qué es esto? –preguntó mientras se sacudía la suciedad del cabello grisáceo.

Miró hacia arriba, y afortunadamente para él logró reaccionar a tiempo, apartándose de ahí de un salto, justo en el instante en que el techó se derrumbaba abruptamente sobre ese lugar.

Los entrenadores aterrizaron con elegancia, agachados, con sus respectivos Pokémon secundándolos. Todos menos Touji, quien se dio de cara contra el suelo, y para colmo, Kosuke cayó sobre él.

-Este idiota tenía que arruinar nuestra entrada triunfal… -soltó Hikari con la clásica gotita.

-¡¿Qué?! ¡¡Ustedes!! –gritaron los Rockets atónitos, señalándolos.

-¡¿Cómo carajo nos encontraron?! ¡¡Se suponía que esta habitación era secreta!! –gritó Nabiki furiosa.

-Podría decirse que gracias a los berrinches de alguien… -dijo Harry pensativo –¡Pero eso no importa ahora! ¡Más les vale que suelten a mi hermano o les va a ir muy mal!

-¿Ha-Harry…? –preguntó débilmente Bill.

En ese instante, una luz pareció iluminar la cabeza de Harry, escenas confusas comenzaron a llegarle. El barriendo el faro… estudiando en una enorme biblioteca… recibiendo una Pokebola para su cumpleaños… Ahora todo cobraba sentido… lo recordaba, finalmente lo recordaba todo.

-¡¡Puedo… puedo recordar!! –gritó con alegría –¡¡puedo hacerlo!!

-¿Tu hermano? –Tatewaki miró a Bill despectivamente –así que él es tu hermano… -tras decir eso le dio una brutal patada en el estómago, Bill se dobló de dolor –tal vez así pague una parte de todos los problemas que su querido hermanito nos causó.

-¡¡HIJO DE PUTA!! –gritaron Touji y Harry al unísono.

-¡¡Kosuke!!

-¡¡Cindy!!

Pupitar estrechó sus ojos y Typhlosion hizo arder con fuerza sus flamas.

-¡Ni lo piensen! –gritó Nabiki señalando hacia atrás; Tatewaki había liberado un Pokémon: la sombría figura de Scyther apareció junto a Bill, y posó su cuchilla sobre su garganta.

-Kusanagi… -murmuró Reiko, con la vista fija en el insecto.

-¡Si hacen un solo movimiento le cortará el cuello, juro que lo hará! –amenazó su amo. Conocían a los Rockets lo suficiente como para saber que no estaba bromeando.

-Mierda… -Harry apretó los puños con impotencia.

-No cabe duda de que son unos verdaderos estúpidos –dijo Nabiki sonriendo cruelmente –vinieron hasta acá con la ridícula idea de rescatar a esta cucaracha, ¿de verdad pensaron que iba a ser tan sencillo? ¡Además solo mírense! La pelirroja parece que se fuera a morir en cualquier momento, y los demás apenas deben poder estar parados, ¿Cómo se les ocurrió que podían llegar a tener éxito?

Esas palabras parecieron hacer desaparecer los escasos ánimos de los protagonistas.

-Por fin vamos a deshacernos de ustedes. Admito que fueron dignos rivales, no… excelentes rivales, pero en todos los juegos hay un ganador y un perdedor, y ustedes perdieron –Tatewaki infló una Pokebola, lo mismo que Nabiki –así que, adiós.

Una pequeña mancha oscura pasó como una bala por al lado de la cara de la Rocket, y todo lo que vieron después fue a Scyther estrellarse contra una pared.

Rika dio un paso al frente en el instante en que la mancha aterrizaba frente a ella; Charly.

-Ustedes jamás podrán derrotarnos, es impensable que entrenadores de nivel tan bajo puedan con nosotros –dijo la chica con una mirada anormalmente fría, era la misma mirada que Touji le había visto unas pocas veces.

-¡¿Co-cómo diablos lo hizo?! –gritó Nabiki mirando al Scyther, que se incorporaba dolorido.

-¡No importa! –gritó Tatewaki –¡Ve Muk, ve Poliwrath!

-¡Hypno, Flareon, ataquen!

-¡Cindy, encargate del Scyther!

-¡Kosuke, al Flareon!

-Oni, ve por ese Hypno.

-¡Charly, a Muk!

-¡Altaria, ataca al Poliwrath!

-¡Harusame, patea a tu amiguito Kusanagi!

Y así comenzó el terrible combate. Afortunadamente, la habitación era lo suficientemente grande como para que se desarrollara sin mayor inconveniente, pero aun así los monstruos más grandes no podían salir a luchar.

Los Pokémon de los protagonistas se encontraban en un estado bastante lamentable, pero esto no les impedía dar batalla; Typhlosion fue a darle una calurosa bienvenida a Kusanagi, pero Poliwrath se interpuso en su camino, asestándole un izquierdazo que la tumbó en el suelo. Pero cuando iba a terminarla con una ducha fría, fue rodeado por flamas verdes y azules, que le provocaron severo daño. El Pokémon luchador se repuso, pero solo para ser picoteado hasta la extenuación. Altaria se alzó triunfante sobre su enemigo, pero no vio lo que tenía detrás hasta que fue demasiado tarde; una bomba de lodo estalló sobre su espalda, haciendo que cayera debilitada, chorreando la asquerosa sustancia.

Muk arrastró su pestilente cuerpo hacia el ave dragón, pero un Lanzallamas de la recuperada Cindy detuvo su paso, y cuando se quiso dar cuenta, Eevee ya lo estaba asediando con sus imparables golpes.

Sneasel manejaba bien al Hypno, con su velocidad y fiereza acostumbradas. El Pokémon psíquico había demostrado que incluso sin sus poderes especiales era un duro contendiente luchando a puño limpio, pero fue incapaz de detener las bestiales cuchilladas de su rival, y ya con el cuerpo lleno de cortes, no pudo hacer más que desplomarse. Oni saltó para esquivar un repentino lanzallamas de Flareon que le llegó desde atrás, y derritió completamente una antigua mesa de hierro que estaba detrás de él. El zorro de fuego no tuvo tiempo de intentar otro ataque, ya que tuvo que esquivar unas enormes rocas que Kosuke arrojó contra él.

Mientras tanto, Scyther y Scizor se batían a duelo. La rivalidad y odio entre estos Pokémon no tardó en aflorar: Kusanagi aún sentía las heridas que Harusame le causó en su último combate, mientras que este último recordaba su primer y humillante derrota, y los posteriores problemas que esta causó a la ciudad de Ecruteak. Los choques de pinzas y cuchillas eran constantes y feroces, y a pesar de que el insecto rojo se encontraba sumamente agotado, su cuerpo de acero seguía resistiendo los golpes de su oponente, quien no tenía la misma protección y estaba perdiendo terreno rápido.

-¡Maldición! Están muy lastimados, no deberían poder pararse siquiera, ¡¿cómo es posible esto?! –gritó Nabiki furiosa, al ver a Kosuke estampar a un debilitado Flareon contra el suelo.

Tatewaki también notó que sus Pokémon habían sido vencidos, excepto Muk, quien se encontraba muy débil. Esto se estaba saliendo de sus cálculos.

-¡No hemos terminado! –gritó mientras inflaba otra Pokebola.

-Nosotros tampoco –repuso Hikari, haciendo lo mismo.

-Che, espera, ¡no sueltes esa cosa acá! –gritó Harry.

Tatewaki arrojó una granada de humo al centro del cuarto.

-¡Mierda! –gritó Touji cubriéndose con un brazo para no respirar el gas.

-¡Lunita!

La Clefable salió, y con un fuerte batir de alas despejó el aire. Harry palideció al ver un enorme agujero en la pared del lugar, y a Nabiki y Tatewaki huyendo con Bill sobre los Crobat y Fearow de la primera.

-¡¡No escaparán!! –gritó Touji saltando al vacío, arrastrando a Harry de un brazo. Los demás los vieron ascender sobre una muy maltrecha Skarmory, que no tardó en lanzarse en persecución de los criminales.

-¡Vamos nosotros también! –gritó Reiko.

La oficial Jenny vio desde su lejano puesto una enorme serpiente azul con cuatro personas sobre ella salir del faro a toda velocidad.

-¡Mierda, nos siguen! –gritó Nabiki mirando hacia atrás –¡hay que despistarlos!

El pajarraco y el murciélago gigante ascendieron hasta estar a la altura de la cima del faro, pero el dragón y el ave de acero los siguieron a la misma velocidad.

-¡Hay que detenerlos, Moro, aire afilado!

-Hiper Rayo, Haku –dijo resueltamente Hikari.

Las ondas de viento golpearon duramente al Fearow, quien era el que llevaba a Nabiki y a Bill, mientras que el Hiper Rayo del Dragonair impactó en Crobat con todo su poder. Ambos monstruos voladores perdieron el equilibrio y cayeron sobre la terraza que se encontraba en la parte más alta del faro. Bill había caído antes, pero fue rescatado justo a tiempo por las garras de Moro.

-Mierda, hay que bajar, Moro está demasiado cansada, así no va a poder aguantar mucho más llevando a tres personas.

La Skarmory aterrizó pesadamente en la azotea donde estaban los Rockets, que apenas parecían recuperarse de la caída junto a sus Pokémon. Shin, Rika, Hikari y Reiko saltaron del dragón y se unieron a los demás.

-Harry, ¿cómo está? –preguntó Rika refiriéndose a Bill.

-Parece que se desmayó, pero está bien –respondió aliviado –¡Y ustedes! ¡Van a pagar por todo lo que hicieron, esta vez no tienen escape!

-Como te dije, pendejo, aún no hemos terminado, ¡esto no se acaba hasta que se acaben los Pokémon! –gritó Nabiki mientras liberaba a su Persian.

-¡Kosuke, encargate!

El agotado Pupitar salió, listo para aplastar al gato, sin embargo, ocurrió algo que ninguno esperaba: Cientos de brillantes burbujas reventaron contra el cuerpo de roca de Kosuke, debilitándolo instantáneamente.

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo esa mierda puede aprender un ataque de agua?! –gritó Touji atónito.

-¿Te gustó mi sorpresita? Eso te pasa por ser un pendejo ignorante –dijo Nabiki burlonamente.

-¡Mierda, no importa, Geroh-Kun, ataca!

Mientras el Pokémon hierba luchaba contra el Persian, en el aire Moro era derrotada por un golpe simultáneo entre Crobat y Fearow. Normalmente esa clase de ataques apenas y la dañaban, pero estaba demasiado débil, ya no podía más.
Touji la retiró antes de que cayera.

Ahora era Haku quien se encargaba de luchar contra los dos monstruos voladores, y al estar en perfectas condiciones y sus rivales dañados, su ventaja era considerable.

Grovyle había usado agilidad y se movía como un relámpago verde alrededor del Persian, quien en vano intentaba asestar un zarpazo a su movedizo oponente, que disparaba hojas sable a diestra y siniestra, siendo una buena parte de estas esquivadas por el gato. Sin embargo, no podría hacerlo por siempre, y pronto las filosas hojas lograron cortarlo. El Persian apenas se mantenía de pie, y finalmente fue derribado por un certero ataque rápido.

-¡Ja! Se les acabó la fiesta.

-¿Eso crees? Insensato –dijo vilmente Tatewaki. En el ardor de la batalla nadie había notado que había liberado a su Muk, el cual disparó una bomba de lodo que dio de lleno en la lagartija, derribándola de inmediato.

-¡Mierda!

Tanto Fearow y Crobat como Dragonair cayeron pesadamente en ese instante. Al parecer el dragón había logrado acabar con sus rivales, pero el toxico de Crobat pudo con él. No cabía duda de que los Rocket eran muy persistentes.

-Imbéciles… -dijo Shin mientras inflaba la Pokebola de su Sneasel –¿no se dan cuenta de que ya perdieron?

Rika a su vez se preparó para soltar a su Clefable.

-Esperen. Yo seré quien se encargará de ellos, ¡les haré pagar lo que le hicieron a mi hermano! –dijo Harry con decisión, y liberó a Cindy.

La Typhlosion estaba realmente en malas condiciones, y Muk también lo estaba, por lo que la cosa era pareja.

-¡¡Lanzallamas!!

-¡¡Bomba de lodo!!

Los ataques chocaron con fuerza, pero Tatewaki no había calculado sobre la habilidad especial de Typhlosion: entre más dañada estuviera, tanto más ardiente sería su fuego, y sin duda Muk lo estaba sufriendo en su carne (o masa viscosa). El terrible lanzallamas había desintegrado el ataque venenoso y ahora envolvía al Pokémon de Tatewaki, haciéndole sentir el infierno.

-Esto no se quedará así… ¡¡EXPLOSIÓN!!

-¡¿Qué?!

El monstruo concentró su energía y provocó una poderosa explosión; los cuerpos de ambas bestias fueron expulsados en direcciones opuestas, quedando obviamente fuera de combate.

-Al parecer no se dan cuenta de cuál es su situación –dijo Shin mientras liberaba a su pequeño demonio –se acaban de quedar sin Pokémon, y ya no tienen rehenes, por lo tanto…

-¡Espera! ¡Tienen que hablarme de mi hermano! –gritó Touji.

-Mocoso idiota… ¿qué es lo que querés saber? ¿Acaso lo que viste no te alcanzó para darte cuenta de cómo están las cosas? Él no es más que otro Rocket, un simple títere de la organización. Ya no es tu hermano, ya no es la persona que conocías, y te diríamos que te olvides de él, pero será imposible, ya que él mismo se encargará de borrarte del mapa –dijo Nabiki despectivamente.

Touji se quedó de piedra, con las palabras de la Rocket repitiéndose con creciente intensidad en su cabeza.

-Tal vez así sea… pero ustedes van a morir primero –dijo Shin, justo cuando uno de los helicópteros negros asomó detrás de los Rockets.

-¡Pendejos como ustedes nunca se libraran de nosotros! ¡Jajajaja!

-Sepan disculparnos, pero es hora de decir adiós. Buena batalla, será hasta otra ocasión.

Ambos saltaron y se agarraron de una escalera que colgaba del helicóptero, que comenzó a alejarse a toda velocidad.

-¡No! ¡No lo harán! ¡Kyo, derribalos con tu Hidro bomba! –gritó Harry mientras soltaba al inmenso monstruo marino.

Cuando acabó de salir de su esfera, el Gyarados rojo obedeció y disparó contra el helicóptero con todas sus fuerzas, sin embargo, el ataque pareció rebotar en una especie de pantalla protectora.

-Deben estar usando algún Pokémon psíquico –dijo Rika con calma.

Los entrenadores no pudieron hacer más que observar impotentes como se alejaban.

-Animate Harry –dijo Reiko –¡Rescatamos a tu hermano, lo logramos!

La cara del chico pareció iluminarse.

-¡Es cierto!

Touji no se había movido de donde estaba, con la mirada baja. ¿Realmente serían ciertas las palabras de Nabiki? ¿Que su hermano sería capaz de matarlo? No podía creerlo, pero al recordar los eventos del lago Rage…

-Ey, idiota.

Touji se volvió sorprendido, Hikari estaba detrás de él.

-¿Qué querés, pendeja?

-No sabía que eras hermano de mi maestro…

-Ah, sí… la vida te da sorpresas, ¿viste?

-Si… supongo que eso lo explica…

-¿Explica qué cosa?

Antes de que pudiera responder, otro helicóptero se hizo visible.

-¡¿Regresaron?! –exclamó Reiko atónita, sujetándose la herida del costado.

-No, no hay nada que temer, es un helicóptero de la policía –dijo Rika con alivio.

-¿Se encuentran todos bien? –gritó la oficial Jenny mientras se asomaba por la ventanilla.

Una vez estuvieron todos abajo y a salvo, se les dio atención médica inmediata a los entrenadores, en especial a Reiko. Shin se rehusó a ser tratado, alegando que solo eran rasguños.
Pero lo cierto era que todos tenían alguna que otra herida menor, y un agotamiento extremo, tanto físico como mental.

Tanto así que durmieron casi un día entero en un lujoso hotel. Al despertar recibieron a sus monstruos ya completamente recuperados, y un excelente y muy abundante desayuno cortesía de la gerente.

-Por cierto, cuando terminen de comer vayan a la estación, la policía los está esperando –avisó una chica de servicio amablemente.

Así que así lo hicieron, mientras caminaban por la calle la gente los señalaba con admiración y exclamaban cosas:

-¡Son los entrenadores que vinieron de Johto y acabaron con todos los Rockets!

-¡Son héroes!

-¡Muchas gracias por ayudarnos!

Touji se rascaba la cabeza con nerviosismo, saludando a todos a su alrededor.

-Cuando va a aprender a ser más discreto… -dijo Shin entornando los ojos.

Finalmente llegaron a la comisaría, donde los recibieron con honores, todos los oficiales los felicitaron y halagaron su gran hazaña.

-Y por los servicios prestados y su inmenso coraje demostrado en batalla, tengo el agrado de hacerles entrega de esta medalla de valor de parte de toda Cerulean City –recitó la oficial Jenny mientras otorgaba una medalla a cada uno.

Shin frunció el entrecejo.

-Tsk, no quiero su estúpida medalla, ya perdí demasiado tiempo en esta ciudad. Falta poco tiempo para el campeonato de la Convención Plateada. Sakurai, espero verte ahí –dijo mientras daba media vuelta y salía del edificio.

-Antipático de mierda… -dijo Touji con desagrado.

Un anciano entró precipitadamente:

-¡Señor Harris… digo, Harry! –exclamó alegremente Arthur –¡qué alegría ver que está a salvo! ¡Y también sus amigos! ¡No sabe lo feliz que estoy de saber que tuvieron éxito!

-¿Harry? –preguntó otra persona que entró detrás del viejo. Era Bill.

-¡Hermano!

El investigador se acercó a su hermano menor y lo abrazó con tanta fuerza que podría haberle roto varios huesos.

-No sabes cuanto me has hecho preocupar… -le dijo, sujetándolo de los hombros -debería castigarte por un año –dijo sonriente, una vez que lo soltó.

-¿Estás bien? -preguntó el chico.

-Sí, no te preocupes, esos Rockets no me lastimaron mucho, pero… mi faro quedó lleno de agujeros… espero que tengas dinero para pagar los daños.

-Er…

-¿Y estos son tus amigos? –dijo Bill volviéndose hacia Touji y los demás –son muy buenas personas, gracias por cuidar de Harry tanto tiempo y ser tan buenos amigos de él.

-No tiene que agradecernos, fue un placer hacerlo –dijo Rika sonriente.

-Si, aunque nos dio bastantes problemas el pendej… -Touji recibió un codazo de Reiko antes de poder continuar.

Hikari miraba todavía sin poder creerlo del todo.

-Al parecer no sos tan fracasado como pensaba… -dijo finalmente.

Harry sintió eso como un verdadero elogio.

-Bueno, nosotros tenemos que irnos… supongo que vos te vas a quedar… -dijo Touji sin poder ocultar su tristeza.

-Si… tengo mucho que contar a mi hermano, además hay mucho que hacer en esta ciudad, y quiero estar para protegerla por si los Rockets vuelven a atacar.

-Entiendo, o sea que… este es el adiós…

-Supongo…

Touji y Harry estrecharon manos.

-Cuidate, y trata de no enloquecer a tu hermano.

-Y vos trata por una vez de no meterte en tantos quilombos, y suerte en el torneo… te va a hacer falta –agregó con una sonrisita.

-Chau Harry, portate bien, ¿eh? –le dijo Rika sonriente.

-Por supuesto, gracias por todo Rika.

-Bueno, creo que lo mejor es que te dediques a estudiar para ser un investigador famoso como tu hermano, creo que es lo que mejor te va –dijo Reiko mientras le palmeaba el hombro –cuidate.

-Lo haré, suerte Reiko.

-Adiós –dijeron los cuatro entrenadores mientras daban media vuelta y salían.

Bill y Arthur agitaban las manos, mientras que los policías se despidieron del grupo con el saludo militar.

-¡Adiós! ¡Muchas gracias por todo!

-¡No los olvidaremos!

Skarmory y Dragonair volaban con calma de regreso hacia Johto, y Touji no podía hacer más que recordar todas las aventuras que compartió junto a Harry, y no pudo evitar sentir que le faltaba algo.

Era muy duro, pero sabía que era lo correcto. Sin embargo, como muchos saben, no todas las despedidas son para siempre…

Sabrina

La gente anda diciendo...