Disclaimer lavamanos tipo Disney
Esta historia fue escrita desde el 2002 al 2004, por una piba y un pibe que, al comienzo de la historia, tenían 15 años, al igual que el protagonista.
Es probable que cada tanto encuentren chistes o comentarios homofóbicos, machistas, racistas y/o de mierda en general. Básicamente, éramos literalmente nenes y bastante boludes, como la gran mayoría de las personas lo es a esa edad. Esos comentarios NO reflejan la postura actual del staff de PA y francamente, son bastante vergonzosos. Pero decidimos dejar la historia exactamente tal cual fue escrita y no lavarnos las manos de nuestros errores.
Capítulo 32: El pasado de Shin-Tao y la evolución de Kyo
-Te escucho –Dijo Reiko.
-No quiero que nadie más lo sepa.
-Sé guardar un secreto.
Shin se quedó escrutando la cara de Reiko, como tratando de descifrar que tanto podía confiar en ella.
-Está bien… -dijo finalmente –pero te advierto, no es una linda historia…
Touji, Rika, y Harry habían decidido pasar ese día en el lago Rage, hacía un calor insoportable, así que se bañaron un rato en el lago, en compañía de sus Pokémon de agua.
Lapras mascaba plantas acuáticas tranquilamente mientras Feraligatr daba largas vueltas por el lugar en busca de un Pokémon para pelear, y de vez en cuando hacía llevar un buen susto a algún pescador sacando su terrorífica cabeza del agua repentinamente.
Pero el Magikarp de Harry, Kyo, no tenía tiempo para divertirse:
-¡Vamos! ¡Embestida!
La carpa chocó su cuerpo contra el de otro pez, que se hundió bajo el agua.
-¡Eh, Harry! ¿Se puede saber para qué estás entrenado un Pokémon tan inútil? –se burló Touji.
-Estaba esperando llegar a este lugar, este lago es uno de los hábitats de Magikarp más grandes del mundo, y es el único sitio en donde puedo entrenar al mío.
-Qué pérdida de tiempo…
-No lo creas –dijo Rika, sentada sobre la espalda de Lapras –Magikarp es uno de los Pokémon que sufre un cambio más… drástico.
-Así es –dijo Harry sonriente –pero hasta que lo logre, con los únicos Pokémon que puede pelear mi Magikarp es con otros Magikarp, de otro modo no tendría oportunidad de ganar.
-Pero Harry –preguntó Rika –¿no te parece que es algo arriesgado sacar un Pokémon tan valioso como ese en público?
-No pasa nada, nadie nos está viendo, además, nadie sería tan estúpido de atacarnos después de ver sus Pokémon.
-¡Ey! ¿Viste eso? –le preguntó un sujeto de sospechosa apariencia a su compañero, tras apartar la vista de unos binoculares.
-¿Qué cosa? –preguntó el otro mientras intentaba dejar de mirar a un grupo de chicas, turistas probablemente.
-Ese mocoso de ahí, tiene lo que parece ser un Magikarp dorado.
El otro tipo se levantó de un salto:
-¡¿Qué?! ¡¿Estás seguro?!
-¡Shhh! ¡Baja la voz! O nos van a escuchar.
-¿Qué hace un pendejo como ese con un Pokémon tan valioso?
-No tengo idea, pero no lo va a tener por mucho tiempo…
Los dos se echaron miradas de complicidad y no tardaron en trazar su plan.
Touji y Rika salieron del agua.
-“Qué bien le queda ese bikini” –pensó Touji mirándola descaradamente. Se sentaron a la sombra de un árbol.
-¡Harry! ¡Vamos a comeeer! –lo llamó Touji.
-Después voy, ¡vamos a entrenar un poco más! –contestó.
Rika sacó de su mochila unos sándwiches algo aplastados, pero que olían muy bien.
-¡Ah! ¡Por fin! ¡Comida de verdad! –exclamó Touji babeándose.
Mientras almorzaban, irremediablemente salió el tema de Kosuke (el hermano de Touji) y de lo sucedido con Shin:
-Todavía no puede caminar, pero conozco a Shin, y sé que no va a tolerar estar sin hacer nada por mucho tiempo –aseguró Rika.
-Lo que no entiendo es por qué quiso pelear con mi hermano… –se quedó mirando a Rika, esperando una respuesta.
-Yo tampoco –dijo esta desviando la mirada.
Touji soltó un suspiro:
-Rika, sos muy hábil para muchas cosas, pero mentir no es una de ellas.
La chica lo miró sorprendida, pero no habló.
-No veo por qué lo atacaría sin motivo… ya sé que es un tipo medio raro y bastante problemático, pero… -continuó Touji, con toda la intención de hacer hablar a su amiga.
Rika lo miró enojada:
-Vos no sabes nada de Shin, ¡no sabes absolutamente nada! Así que no hables mal de él, ¿está claro?
–Pe-perdoname –dijo Touji algo sorprendido, Rika no solía enojarse con facilidad -Pero vos si sabes algo, ¿o no?
Ella suspiró.
-No debería contártelo… si se entera nunca me lo va a perdonar.
-No se va a enterar, te lo prometo.
-Está bien, pero por favor no hables de ese tema con él, no sé cómo podría llegar a reaccionar…
-Claro.
-De acuerdo… -Rika tomó aire y comenzó a hablar -Como ya te habrás dado cuenta, Shin no nació en ciudad Viridian. Él nació y vivió los primeros años de su vida en Beijing, China. Pertenecía a una familia muy poderosa y manipuladora, dueña de un gran negocio, que Shin heredaría algún día…
Pero su familia comenzó a involucrarse con el equipo Rocket, le suministraba dinero a cambio de seguridad y poder. Así continuaron negociando por varios años, en relativa paz. Hasta que una gran crisis financiera acometió al país, y la empresa de la familia de Shin no logró superarla…
Pero la deuda que mantenían con el equipo Rocket había crecido mucho a lo largo de los años. Así que las advertencias y amenazas empezaron a llegar, al principio no muchas, pero con el correr del tiempo se volvieron cada vez peores y más frecuentes.
Pero a pesar de todo la familia estaba quebrada, y no tenían con qué pagarles a los Rocket. Cuando ellos descubrieron esto, decidieron que ya no les convenía aliarse con ellos, pero también que eran muy peligrosos, ya que sabían muchos datos que comprometían a la organización, y podían delatarlos a las autoridades en cualquier momento…
Así que… una noche, muy tarde, cuando Shin llegó a su casa con un amigo de sus padres… él no, no… –Rika se detuvo, se le hizo un nudo en la garganta –No encontró a nadie con vida –concluyó.
Touji tragó saliva, pero no dijo una palabra.
-Entonces –continuó Rika –El amigo sus padres, temió que, al ser el único miembro de la familia vivo, los Rocket quisieran matar a Shin, así que lo envió con un conocido a ciudad Viridian… lejos de su terrible pasado…
Eso fue cuando él tenía seis años. Desde entonces, decidió entrenar arduamente para convertirse en el mejor entrenador Pokémon, para vengar la muerte de su familia, y destruir la organización del Equipo Rocket, aunque le cueste años, incluso la vida…
Touji se sintió abrumado por todo lo que acababa de oír. Repentinamente le vino a la cabeza el recuerdo de la pelea que tuvo contra él, antes de llegar a Ecruteak; “¡¡Vos no sabes lo que es sufrir la soledad que él sufrió!!” le había dicho aquella vez, pero ahora se daba cuenta de que probablemente él era quien más la había sufrido de todos ellos.
Se sentía como un verdadero miserable.
-No te sientas mal –le dijo Rika con voz amable, como si le estuviera leyendo la mente –vos no sabías nada.
-Lo sé, pero aun así…
-No le vayas a decir nada, por favor.
-Por supuesto.
Reiko estaba atónita, con la vista clavada en el blanco suelo de la clínica. Había terminado de escuchar la historia de Shin, que este le contó sin mostrar ningún tipo de sentimiento en la voz, pero todavía no acababa de digerirlo. Estaba intentando por todos los medios no demostrar que sentía pena por él, ya que eso solo lo haría sentir peor, pensó ella.
-No tenés que disimular, ya sé que te doy lástima –dijo Shin con amargura.
Reiko le sonrió.
-Gracias.
-¿Por qué? –Preguntó confundido.
-Por confiar en mí.
Shin se cruzó de brazos.
-¡Bah! No creas que esto nos hace amigos o algo así.
-¡Por supuesto que no!
Mientras tanto, en el lago Rage, Harry continuaba con la aburridísima y odiosa tarea de entrenar a Kyo.
-¡Muy bien! Con este ya son veinte Magikarps que derrotas, ¡seguí así! –dijo cansado, tratando de simular ánimo.
Mientras Harry dirigía a su Pokémon en una batalla con un Magikarp mucho más grande que el suyo, no notó que algo se le acercaba bajo el agua, sigilosamente.
-Jejeje, ya casi lo tenemos –dijo el sujeto que los estaba mirando con los binoculares.
-¿Pero no es un poco arriesgado? –preguntó el otro –¿qué pasaría si tu Pokémon se come al botín?
-Él no va a hacer eso, está entrenado especialmente para este tipo de robos, ¡ja! ¡Cuando ponga mis manos sobre ese Magikarp dorado voy a ser millonario!
-“¿Voy?”
-Este, ¡no! Quiero decir, vamos –se apresuró en contestar.
-¡No te rindas, Kyo! –lo animó Harry.
Repentinamente, el Magikarp con el que estaba luchando se alejó nadando a toda velocidad, y Kyo detuvo toda actividad.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué te detuviste?
En ese momento, un enorme Gyarados emergió de las profundidades, con un aterrador rugido. Estaba a solo unos metros de Harry.
El chico soltó un grito de espanto y empezó a retroceder lentamente, controlando los temblores que comenzaban a invadirlo.
La feroz criatura clavó sus malignos ojos en Harry, y después en Kyo.
Harry buscó una Pokebola, pero sabía bien que ninguno de sus Pokémon podría hacerle frente a esa bestia.
Sin previo aviso, el Gyarados se lanzó contra él, pero antes de llegar a tocarlo se detuvo en seco; se dio cuenta de que no podía avanzar. Cuando se volteó, vio la temible cara de Feraligatr, quien tenía fijos sobre él sus pequeños ojos, mientras lo sujetaba de la cola con sus musculosos brazos.
-¡Dale una paliza a ese gusano de mar! –le gritó Touji, que estaba parado sobre una roca, en la orilla.
El monstruo acuático se dispuso a lanzar una dentellada contra Dandy, en un intento de deshacerse de él, pero antes de intentarlo recibió un poderoso rayo de hielo en el medio del cuerpo, que le hundió el estómago.
-Bien hecho Freegie –felicitó Rika a su Lapras, parada sobre su lomo.
-¡¿Ehh?! ¡¿De dónde mierda salieron esos otros Pokémon?! –preguntó el ladrón, aferrando sus binoculares.
El Gyarados se revolvió, furioso, y se lanzó sobre Kyo antes de que Dandy o Freegie pudieran hacer algo para detenerlo.
Con el valioso Magikarp dorado entre sus dientes, el dragón se sumergió.
-¡¡Nooo!! –gritó Harry, y antes de perderlo de vista se aferró a la cola del Gyarados, desapareciendo bajo el agua.
-¡¡Harry!! –gritaron Rika y Touji al unísono.
-¡¡Rápido Dandy, andá a buscarlo!! –ordenó su entrenador. Feraligatr asintió con un bramido, antes de sumergirse abruptamente, batiendo el agua con su musculosa cola.
-¡¿En qué está pensando ese boludo de Harry?! ¡¡Se volvió loco!!
-No, solo quiere ayudar a su Pokémon –dijo Rika –es lo que cualquier entrenador haría.
Touji se quedó pensando en eso;
-«¿Lo que cualquier entrenador haría? ¿Yo sería capaz de hacer eso por uno de mis Pokémon…?”
Pasaron varios segundos y no había rastros de vida en la superficie.
Después de unos exasperantes instantes, se pudo apreciar un gran resplandor blanco bajo la superficie, y el cuerpo de Gyarados fue expulsado violentamente del agua, donde volvió a caer. La bestia sacudió la cabeza, aturdida.
Inmediatamente otro Gyarados también emergió, empapando a todo ser a menos de veinte metros a la redonda, seguido de Dandy.
Pero este Gyarados era diferente, en lugar de azul, sus escamas eran de un rojo intenso y brillante.
Touji y Rika se sorprendieron al ver a Harry parado sobre su cabeza, calado hasta los huesos, pero con una sonrisa triunfal:
-¡Ja! ¡¿Qué te pareció eso?! ¡¡Eso te pasa por meterte con nosotros!! –se burló del dolorido Gyarados.
-¡No entiendo nada! –gritó Touji –¡¿y ese otro dragón de donde mierda salió?!
Rika se limitó a sonreír -Enhorabuena.
El otro Gyarados se lanzó al ataque, solo para recibir una llamarada azul en la cara, y antes de que pudiera hacer nada, Kyo clavó sus filosos colmillos sobre las escamas del vientre de su rival, que soltó un rugido de dolor.
El Pokémon de Harry se apartó de su oponente, y el chico hizo una seña a Lapras con la cabeza.
El monstruo de Rika entendió el mensaje y disparó un rayo de hielo a toda potencia sobre el Gyarados, cuyo impacto lo impulsó hacia Dandy.
El lagarto le aferró la cola, y comenzó a darle vueltas en el aire, al principio lentamente, pero luego fue tomando velocidad, como si se tratara de una cuerda.
Todos los que estaban en el lago se quedaron viendo el extraño espectáculo; no todos los días se podía ver a un Gyarados girando en el aire sobre el lago.
Touji infló una Pokebola:
-Bien Dandy, ahora no lo vayas a soltar, ¡lo voy a capturar!
El entrenador arrojó su superbola al Gyarados, pero esta rebotó contra su cuerpo sin abrirse, cayendo al agua.
-¿Eh? ¿Qué pasó? ¡¿Por qué no entró en la superbola?!
-Eso solo puede significar que ese Pokémon ya tiene un entrenador –dijo Rika.
-¡¿Qué?! –Gritó Touji –Mierda… con lo cara que me costó esa superbola… –se lamentó –¡Estoy de mal humor! –Gritó enfurecido –¡Dandy! ¡Mandalo a volar!
Después de varias vueltas, Dandy soltó al dragón, que salió volando varios metros, para después hundirse bajo el agua.
-¡No es posible! –gritó el dueño del Gyarados mientras corría al lugar donde había caído –¡¿cómo pudo pasar?! ¡¿Por qué diablos tuvo que evolucionar justo ahora?! ¡¡Ya casi lo tenía!!
-¡Sos un idiota! ¡¿Cómo lo pudiste dejar escapar?! ¡¿No habías dicho que tu Gyarados estaba entrenado para esta clase de robos?!
El sujeto miró a su compañero con mala cara:
-¡Cerrá la boca o el que se va a hundir en el agua vas a ser vos!
-¡Guau! Harry, ¡qué impresionante es tu Gyarados! –dijo Rika emocionada, contemplando a la imponente bestia.
Kyo agachó su cabeza para permitir a su pequeño amo bajar.
-Gracias –dijo este mientras saltaba a la orilla.
-¡Esperen un minuto! –cortó Touji –No sabía que tenías uno de esos, ¿se puede saber de donde lo sacaste?
-Ignorante como siempre –canturreó Harry.
-¡¿Qué dijiste?!
-Este es nada menos que Kyo, ese “pescadito inútil” como vos lo llamaste.
-¡¿O sea que ese insignificante pescado se convirtió en esa cosa?! –preguntó Touji señalando al Gyarados rojo.
-Así es, Rika te dijo que era drástico, ¿o no?
-Em, sí…
-Y ahora… –dijo Harry con una sonrisa maliciosa –ahora vas a pagar por haberte burlado de él, ¡Kyo!
-¡¿Qué cosa?!
Antes de que pudiera hacer nada, Kyo se lanzó sobre él, Touji se cubrió la cara con los brazos, esperando ser golpeado por la enorme cabeza de la criatura, pero no ocurrió nada.
Cuando el aterrado entrenador se atrevió a mirar, solo pudo ver a Harry revolcándose de risa en el suelo:
-¡¡Wajajajaja!! ¡No puedo creer que se lo haya creído! ¡¡Jajajaja! ¡Me meooooo!
Rika también reía disimuladamente.
Touji sintió que los colores le subían a la cara:
-¡¡No le veo la gracia!! –Gritó furioso y avergonzado.
-¡Porque no viste la cara que pusiste!! –replicó Harry, todavía riendo –Ay, Touji –dijo cuando pudo parar de reír –Un entrenador Pokémon debe ser más valiente que eso, ¿no te hacen falta unos pantalones limpios? –al decir esto, volvió a estallar en carcajadas.
Touji bajó la mirada, rojo como un tomate, y lo peor era que Rika lo había visto todo.
La chica empezó a reír, pero no era una risa burlona, Touji amaba ese sonido, era una risa hermosa y alegre.
Rika lo agarró del brazo y los dos se sentaron en el suelo:
-A mí me encanta la cara que tiene cuando se asusta –dijo sonriente –es adorable.
En ese momento Shin y Reiko llegaron, esta última ayudando al primero a caminar.
Los dos se quedaron mirando al Gyarados rojo de Harry.
-¡Asombroso! –exclamó Reiko.
-No está mal –concedió Shin. Era evidente que no se podía obtener un mejor comentario de su parte.
Rika soltó una exclamación de disgusto:
-¿Qué haces acá? No podés caminar, y mucho menos salir de la clínica.
Reiko se encogió de hombros:
-Eso es lo que le dije yo, pero él insistió en que quería venir, así que vinimos sobre Mirage.
-¿Y desde cuándo ustedes son tan amigos? -preguntó Harry con suspicacia.
-No podía quedarme encerrado en un día como hoy –dijo Shin, mientras que se sentaba con los demás.
Había algo diferente en su mirada.
Touji lo miró extrañado –“¿Qué le pasará? Hoy no tiene esa fea cara de amargura que pone siempre…”
-¿Qué mierda me estás viendo? –Preguntó el recién llegado con brusquedad, recuperando sin duda su actitud habitual.
-¡¿Qué carajo te importa?! –saltó Touji.
-Te estoy preguntando, pero parece que es difícil que una imitación barata de entrenador Pokémon entienda algo tan simple…
-¡¡Callate Chino idiota!!
-¡¡Debilucho!!
-¡¡Ojos deformes!!
-¡¡Sucio, cambiate esa remera!!
-¡¡Al menos yo no uso una trenza marica!!
-¡¿Qué dijiste, infeliz?!
Reiko, Harry y Rika soltaron un suspiro:
-Ya empezaron otra vez… –dijo Reiko -bueno, eso debe significar que ya se siente mejor…
-Podrían estar horas así… –agregó Harry.
-No hay nada que hacer –dijo Rika –esa es su manera de comunicarse…
-¡Ouuiii! –asintió Charly.
La gente anda diciendo...