Disclaimer lavamanos tipo Disney
Esta historia fue escrita desde el 2002 al 2004, por una piba y un pibe que, al comienzo de la historia, tenían 15 años, al igual que el protagonista.
Es probable que cada tanto encuentren chistes o comentarios homofóbicos, machistas, racistas y/o de mierda en general. Básicamente, éramos literalmente nenes y bastante boludes, como la gran mayoría de las personas lo es a esa edad. Esos comentarios NO reflejan la postura actual del staff de PA y francamente, son bastante vergonzosos. Pero decidimos dejar la historia exactamente tal cual fue escrita y no lavarnos las manos de nuestros errores.
Capítulo 29: El regreso a Ecruteak, duelo contra el Maestro de los fantasmas
El viento marino sacudía el cabello de los cinco jóvenes mientras estos se dirigían a Olivine.
Rika, Harry, y Reiko iban sentados cómodamente sobre Lapras. Shin montaba sobre su Blastoise, y Touji estaba parado sobre el lomo de su recién estrenado Feraligatr, como si estuviera en una tabla de surf, alardeaba de que el suyo era el mejor Pokémon de agua de los tres.
Iban a buena velocidad, por lo que no tardarían en llegar a su destino.
-Ahora que me acuerdo, cuando solté a todos los Pokémon vi unos muy extraños… -dijo Harry –Reiko, creo que eran tuyos.
-Es verdad –gritó Touji desde la espalda de Dandy –uno era una especie de zorro blanco y el otro era como una serpiente.
-Ah, se refieren a mi Zangoose y a mi Seviper –dijo Reiko.
-Son Pokémon muy peculiares, había oído de ellos, pero nunca los había visto –dijo Rika.
-Ellos también son especies de Hoenn.
-Esto es muy extraño… -dijo Rika con aire pensativo –últimamente estamos viendo muchos Pokémon de Hoenn; primero, el Treecko de Touji, después ese Sharpedo y esos Wailmer y Wailord… y ahora los Pokémon de Reiko…
-Los atrapé hace ya un buen tiempo, unas semanas antes de que empezara todo el problema de los Scyther. Los encontré peleando entre ellos. Nunca había visto un combate tan sangriento y encarnizado entre dos Pokémon salvajes, peleaban como si quisieran asesinarse uno al otro… estaban tan heridos y agotados que no me costó trabajo capturarlos. Pero desde que los tengo nunca puedo soltarlos a los dos juntos, cada vez que se ven empiezan a pelear. No pueden detenerse a pesar de mis órdenes, es algo más fuerte que ellos… me pregunto por qué se odiarán tanto.
-Por supuesto que se odian, está en su sangre –dijo Rika.
-¿Por qué?
-Zangoose y Seviper son rivales desde los tiempos más antiguos, se odian a muerte, por eso cada vez que se encuentran, se enzarzan en un cruento combate, Seviper odia a Zangoose porque este es inmune a su veneno, y por eso nunca pudo vencerlo.
-Qué mala suerte tuviste al atrapar a los dos juntos –comentó Touji.
-Puede ser, pero desde que comencé a entrenarlos, me han ayudado mucho y se volvieron muy fuertes, la verdad no quiero deshacerme de ninguno de ellos.
-Es lo mejor –dijo Rika.
-¡Por fin, ya llegamos! –anunció Touji felizmente, al ver la inconfundible silueta de Olivine, con su Torre de batallas y su antiguo Faro.
Una vez recuperados los Pokémon voladores de sus heridas, emprendieron el camino aéreo hacia Ecruteak. El paisaje bajo ellos parecía una gran mancha verde irregular, salpicada con grupitos de puntos marrones o rosados, que debían ser manadas de Tauros y Miltank. Después de unos minutos divisaron el contorno de la antigua ciudad.
Moro y Tenshi aterrizaron en la entrada del templo del abuelo de Reiko, y la gente que pasaba por ahí se apartó asustada por la repentina llegada de las bestias voladoras.
-En casa otra vez… -murmuró Reiko mirando a su alrededor.
Varias de las personas que estaban cerca no tardaron en reconocerla:
-¡Miren! ¡Es Reiko!
-¡La salvadora de Ecruteak volvió a la ciudad!
La puerta del templo se abrió en ese momento, dejando ver a un conocido anciano de baja estatura, cuya expresión ceñuda pronto se transformó en una sonrisa.
-¡Bienvenida, Reiko! También a ustedes –dijo el viejo pasando a ver las caras de cada uno –Rika, Touji, Harry y… ehh –se detuvo cuando llegó a Shin.
-El es Shin-Tao, un viejo amigo mío –presentó Rika.
-Ah, está bien, pasen por favor –dijo apartándose de la puerta para que pudieran entrar.
Los cinco entraron escuchando a sus espaldas:
-¡Viva Reiko!
-¡Sos la mejor!
-“Parece que la pelirroja gritona es una especie de celebridad en esta ciudad” –pensó Shin.
Como en su primera llegada, se sentaron alrededor de la mesita del salón principal, a tomar un té caliente y descansar de la dura jornada.
-Y abuelo, ¿ocurrió algo importante en la ciudad mientras estuve ausente? –preguntó Reiko tras apoyar la taza en la mesa.
-Nada que valga la pena destacar –respondió el anciano. Después de unos segundos agregó: -¡Ah! ¡Pero tengo una buena noticia para ustedes! Morty, nuestro Gym Leader, ya está en la ciudad. Llegó hace unos pocos días, estaba consternado cuando le conté lo que había ocurrido, pero ya está recibiendo retadores.
-Qué bien –dijo Touji mientras trataba de tragar un pastel.
Shin-Tao se puso de pie:
-Bueno, entonces no tengo nada que hacer acá –dijo mientras se dirigía a la salida –Gracias por el té.
-Mejor voy yo también –dijo Rika, yendo atrás de él.
-¡Esperame! –dijo Touji terminando el té de un trago.
-Les deseo suerte –dijo el abuelo de Reiko antes de ver a los cinco desaparecer tras la puerta.
No tardaron en llegar al gimnasio, que poco se parecía a los demás que habían visitado:
Parecía un templo, pero de apariencia mucho más lúgubre y sombría. Desde el tejado, una pareja de Murkrow los observaba en silencio, Touji pudo jurar que uno de ellos le sonrió con malicia.
-Esteee, ¿Quién va primero? –preguntó el muchacho mirando a sus compañeros, que seguían contemplando el lugar frente a la entrada.
-Entremos todos juntos –dijo Harry.
Y así lo hicieron, el interior estaba en penumbras y algo polvoriento.
-¿Hola?
-¿Quiénes son? –preguntó una voz tranquila.
Un joven salió de entre las sombras, tenía el cabello rubio, las manos hundidas en los bolsillos, y una mirada serena y despreocupada.
-Ehh… hola –dijo Touji.
Morty enseguida se fijó en Reiko:
-Es un honor tener en mi gimnasio a la heroína que salvó a Ecruteak. Vos debés ser Reiko Massaki –Morty tomó la pequeña mano de Reiko entre las suyas y la besó, a lo que esta enrojeció como un tomate.
Shin-Tao se aclaró la garganta ruidosamente:
-Soy Shin-Tao de ciudad Viridian y vengo a desa….
-Es de mala educación interrumpir a los demás, esperá que termine por favor –dijo Morty.
Touji creyó que podría abrazar al Gym Leader, mientras Shin le dedicaba una mirada fulminante.
-¿Cómo puedo expresarte lo agradecido que estoy? -dijo el joven volviendo a concentrarse en Reiko -Me siento avergonzado, cuando mi ciudad estuvo en peligro y me necesitaba, yo no estuve para protegerla.
-No es necesario que me des las gracias –dijo Reiko apenada.
-Nada me gustaría más que tener un gran combate con la famosa Reiko Massaki –dijo con una sonrisa amable.
-¿No es encantador? –le dijo Rika a Touji.
-Si, encantador, realmente encantador –repuso este con sarcasmo –creo que le voy a pedir que salga conmigo.
-Touji… no sabía que tenías esas inclinaciones, será mejor que me cuide… -empezó a decir Harry.
-Paso, no sos mi tipo.
-Lo siento –se excusó Reiko –yo no estoy retando líderes de gimnasio, pero tal vez mis amigos puedan complacerte, estoy segura de que te darán una buena batalla.
Morty se fijó en los demás:
-Oh, es cierto, olvidé presentarme; soy Morty, Gym leader de Ecruteak.
-Touji Watsuki del pueblo New Bark.
-Rika Sakurai de ciudad Viridian
-Y esteee… yo, soy Harry.
-Bien, ¿quién peleará contra mi primero?
-Yo –se apresuró a decir Touji, antes de que Shin se le adelantara.
-Está bien, por acá.
Touji y los demás siguieron a Morty hasta el campo de batalla. Rika, Harry, Reiko, y Shin se quedaron de espectadores.
-¿Y el árbitro?
-No tengo uno en mi gimnasio, me gusta la tranquilidad.
-“Qué tipo raro” –pensó Touji mientras se ponía en su lugar.
-Bien, comencemos.
Morty abrió una Pokebola; la figura gaseosa que salió de ella comenzó a tomar forma: era un Haunter de gran tamaño.
Touji por su parte liberó a Denkeshi.
-¡Onda trueno! –fue la orden instantánea de Touji. Pero el fantasma la esquivó y empezó con hipnosis.
Denkeshi comenzó con su doble equipo, con lo que logró evitar la técnica óptica.
-¡Rayo!
-¡Tinieblas!
El Pikachu apenas logró eludir el ataque, que estalló en el suelo pasando a centímetros de él. No se pudo decir lo mismo del Haunter, que se tragó la descarga, pero aun así parecía resistir bien.
-¿Qué está haciendo? –preguntó Touji al ver el extraño conjuro que Haunter estaba echando sobre el Pikachu.
-Es el mal de ojo –dijo Harry, ya no va a poder retirarlo.
Un rayo confuso le siguió a ese ataque, Denkeshi lo evitó.
-“Es más rápido que Denkeshi” –pensó Touji –“Tenemos que suplir esa desventaja”.
-Agilidad –fue la siguiente orden del entrenador.
Denkeshi potenció su velocidad, hasta convertirse en una mancha amarilla que no dejaba de moverse alrededor del Pokémon de Morty.
-Está manejando a sus Pokémon cada vez mejor –observó Rika –no me había dado cuenta de que se había vuelto tan bueno.
Harry asintió:
-Además no sabía que Denkeshi ya había aprendido ese ataque, está creciendo rápido.
Morty ordenó tinieblas, pero el roedor dio un salto. Cuando estaba a punto de soltar un rayo, la gran lengua extensible del fantasma rodeó su cuerpo, entumeciéndolo con su saliva. Estaba atrapado.
-¡¡Mierda!!
-Haunter, ahora dormilo –ordenó Morty.
-¡Rayo!
No sin esfuerzo Denkeshi liberó un poderoso ataque, y al estar en contacto con él a través de su lengua, el pobre Haunter realmente lo sintió.
Ambos Pokémon cayeron, Haunter no se veía nada bien, y Denkeshi aterrizó jadeante por el apretón de lengua, pero de pie.
-¡Terminalo!
Pikachu se acercó a su debilitado rival y lo remató con una tremenda descarga, aún más fuerte que la anterior.
Morty retiró tranquilamente a su Pokémon, y llamó al segundo: Misdreavus.
La pequeña fantasma levitaba juguetonamente alrededor de su dueño.
-Está bien –le dijo este –ahora hay que pelear, vamos.
La Misdreavus asintió y se puso en posición.
Touji ordenó reforzar el doble equipo. La veintena de Pikachus rodearon al fantasma, que soltó una risita burlona.
-Ese truco ya lo conozco, ¿no podés ser un poco más original? –preguntó Morty.
Ese comentario fastidió a Touji.
-A ver que te parece esto, todos juntos, ¡rayo!
Los Denkeshi lanzaron sus ataques al unísono, pero la Misdreavus los esquivó sin ningún esfuerzo, con gráciles movimientos, y sin borrar su sonrisa.
-Esa Misdreavus tiene un nivel muy alto, se le va a complicar a Touji –dijo Reiko.
-Psico rayo.
-¡¡Onda trueno!!
Pero el lengüetazo de Haunter había paralizado a Denkeshi, quien sufrió el efecto justo en ese momento, y no fue capaz de hacer movimiento alguno.
Touji tuvo que esquivar a su Pokémon que salió volando por los aires tras recibir el Psico rayo.
Después de guardar lo que quedó del Pikachu en su Pokebola, Touji pensó en su segunda elección;
-¡A ver si tu fantasmita puede con esto! –gritó mientras arrojaba una Pokebola al campo de batalla.
Feraligatr emergió con un bramido. Morty no cambio su impasible semblante.
Harry se golpeó la frente con la palma de la mano:
-¡¿Pero qué está haciendo este pelotudo?!
Shin sonreía burlonamente mientras Rika negaba con la cabeza.
-Dandy es fuerte, pero… -dijo Reiko.
-Feraligatr es muy fuerte, pero en ataques físicos, y esos son justamente los que no dañan a Misdreavus –dijo Harry.
-¡Dandy, cuchillada!
El lagarto se lanzó contra su pequeño rival, quien no mostraba intenciones de intentar eludirlo. El fuerte brazo del Pokémon de Touji atravesó el cuerpo gaseoso de Misdreavus sin ningún efecto. Harry sintió ganas de arrojarle a Touji un Geodude en la cabeza.
-¿No habías dicho que había mejorado? –le preguntó Shin a Rika con sorna.
-«¡Mierda! ¡Me había olvidado!» -pensó Touji odiándose a sí mismo por tamaño error.
-Mal de ojo –dijo rápidamente Morty.
Touji se sintió enfermo.
-“¿Qué hago ahora…?”
Un Psico rayo golpeó a Dandy, quien retrocedió.
-¡Chorro de agua!
Los ataques de Dandy eran esquivados sin mucha dificultad.
-“No me voy a quedar sin hacer nada, alguna manera debe haber”. Touji trató de concentrarse mientras su Pokémon intentaba esquivar y conectar ataques.
-¡¡Lo tengo!! ¡Dandy, cabezazo!
-¡¡Lo mato!! –gritó Harry mientras agarraba una silla del suelo, listo para partirla en la cabeza de Touji –¡¡soltame que lo mato!!
Morty y Misdreavus soltaron un suspiro.
Dandy cargó contra la fantasmita, quien ni siquiera se molestó en apartarse de su camino. Cuando ya estaba prácticamente sobre ella…
-¡¡Mordisco!! ¡¡Ya!!
Dandy levantó la cabeza y antes de cualquier reacción de su oponente, la apresó con sus enormes mandíbulas. Esta vez Misdreavus si pareció sentirlo.
-¡Claro! ¡Mordisco es un ataque siniestro, fuerte contra los fantasmas! –Exclamó Reiko –parece que Touji sí sabe lo que hace después de todo.
-¡Ya la tenemos! –dijo Touji alzando un puño.
Dandy le dio unas buenas sacudidas al Pokémon de Morty, la soltó, tomó aire y le disparó en la cara un gran chorro de agua.
Misdreavus fue a parar contra la pared del gimnasio, y aun ahí seguía recibiendo la corriente de agua helada. Morty miraba atentamente a su Pokémon, y se dio cuenta de que no le quedaba mucho.
-¡Seguí así Dandy! –lo animó su amo.
Misdreavus seguía soportando el chorro de agua, la pared tras ella empezaba a rajarse. Parecía que ya no podía aguantar más, cuando se escuchó la orden:
-¡Mismo destino!
Los ojos del fantasma se abrieron como platos, completamente blancos, una extraña luz del mismo color salió de ella, y envolvió a ambos contendientes.
-¡Pero qué! –Touji apartó la vista del destello.
Cuando volvió a mirar, vio que Misdreavus yacía en el suelo, debilitada, y Dandy de pie.
-¿Qué fue lo que hizo? Qué raro… bueno, lo importante es que ganamos, bien hecho Dan… ¡¿ehh?!
El cocodrilo cayó de espaldas en ese mismo momento.
-¡¿Qué carajo?!
Touji se acercó a su Pokémon:
-¡Dandy! ¿Qué te pasó?
Estaba inconsciente, pero no tenía rastro de heridas.
-No entiendo nada… -dijo mientras guardaba a su derrotado monstruo.
-No hay duda de que Morty es un excelente entrenador –dijo Rika.
-Usó Mismo destino en el momento justo, muchos entrenadores profesionales tienen problemas para dominar ese movimiento.
Harry solo asintió con la cabeza.
Touji estaba contrariado, a los dos les quedaba un Pokémon, pero el de Morty sin duda iba a ser el más fuerte.
-Admito que fue muy divertido –dijo Morty –pero esta fiestita se terminó. Ahora vas a conocer a uno de los Pokémon más fuertes de todo Johto.
-¿Ah sí? ¿Y dónde está? –preguntó Touji en tono burlón, intentando parecer seguro.
-Atrás tuyo –dijo Morty tranquilamente.
Touji se volteó, y casi le da un infarto al ver un Gengar enorme frente a él, mirándolo con sus ojos llenos de malicia y su macabra sonrisa.
-¡¡Sacamelo!! –gritó Touji mientras caía sentado al suelo.
Morty se echó a reír:
-Lamento que te haya asustado –mintió –sucede que a Gengar le gusta aparecerse desde el suelo o las paredes, es una vieja costumbre que tiene.
Touji se puso de pie mientras Gengar levitaba hasta pararse frente a su amo.
-No me asustó, me sorprendió un poco, nada más –dijo Touji mientras pensaba que Pokémon elegir.
-¿Pensás tardar mucho?
-¡Este si te va a asustar! –dijo finalmente Touji –¡¡Vamos, Volco!!
Magmar surgió de la Pokebola, se tronó los huesos de los dedos y el cuello, y lanzó una mirada impertinente a Morty y a Gengar.
El líder de gimnasio soltó una leve risita.
-A ver si te reís después de esto –dijo Touji irritado –¡¡Lanzallamas!!
Volco escupió un enorme lanzallamas, pero como era de esperarse, Gengar lo esquivó sin esfuerzo alguno.
-¡Vamos, no te dejes intimidar! ¡Seguí atacando!
El fogoso Pokémon ejecutó sus lanzallamas y puños fuego una y otra vez, pero Gengar se burlaba de él: Simulaba que nadaba en el aire mientras levitaba. Sin borrar en ningún momento su sonrisa provocadora.
Volco estaba furioso, pero no tanto como su entrenador;
-¡Ese fantasma de mierda, ahora va a ver! ¡Cortina de humo!
Antes de poder realizar el ataque, Volco recibió un rayo confuso en plena cara, y comenzó a comportarse de manera extraña.
-No otra vez –se lamentó Touji recordando lo ocurrido con Moro en la batalla contra Chuck.
Gengar estaba jugando con él, se le aparecía enfrente y le daba bofetadas en la cara, sin que el Magmar pudiera reaccionar por culpa de la confusión.
Justo en el momento en que Gengar estaba ejecutando un pequeño baile frente a él, Volco volvió a ver con claridad, y disparó un lanzallamas inmenso. Gengar fue tomado por sorpresa, pero aun así pudo eludirlo. Sin embargo, una ligera quemadura en un brazo bastó para que desatara toda su furia. Los ojos del fantasma se empequeñecieron por la ira, y su aspecto pasó a ser realmente aterrador en lugar de cómico.
-Ya fue suficiente, este juego me aburrió –sentenció Morty.
El fantasma ensanchó su sonrisa diabólica.
-¡Gengar, Bola sombra!
El Pokémon se esfumó y reapareció en la parte más alta del gimnasio. Juntó sus manos y Touji pudo ver como una bola de energía oscura se estaba formando entre ellas. Después de unos segundos la esfera había crecido hasta tener el diámetro de un coche pequeño.
El gimnasio entero vibraba bajo sus pies.
-Se-se siente un poder increíble… -dijo Reiko.
Pedazos del techo comenzaron a desprenderse.
-Dispara.
Touji pudo ver como la gigantesca bola era alzada sobre la cabeza de Gengar, y arrojada hacia Volco.
-¡¡Mierda!! ¡¡Volco!! –Gritó, e inmediatamente se cubrió de los trozos de madera que salieron disparados en todas las direcciones. Por un momento sintió que la onda expansiva iba a arrastrarlo, pero no fue así. En unos segundos el ataque había terminado, todo estaba cubierto de polvo.
-¡¡Volco!! –volvió a gritar Touji, tosiendo.
-¿Estás bien? –era la voz de Rika.
-¡Si! ¡Pero no veo nada!
-¡Yo arreglo eso!
El entrenador vio una luz, proveniente de la Pokebola de Lunita. La Clefable agitó sus pequeñas alas con fuerza y en poco tiempo barrió el polvo del aire.
Touji buscó a Volco con la mirada, y finalmente lo encontró. Corrió hacia él, temiendo lo peor, y no se equivocó.
Se quedó helado al verlo.
Estaba tendido sobre un costado, con las llamas completamente apagadas y el cuerpo sucio y magullado. Sus colores generalmente brillantes estaban sin vida, y tenía una horrible expresión de dolor en la cara.
Su amo apoyó una mano sobre él; estaba frío.
-No hay mucho tiempo, llevalo al centro Pokémon ya mismo –dijo Morty, apareciendo de entre las sombras, secundado de su Gengar.
Touji subió a Volco sobre su espalda, y salió corriendo del gimnasio llevándolo a cuestas, seguido por los demás.
Corría tan rápido como podía, el pelo se le metía en los ojos y no lo dejaba ver bien, pero eso no podía importarle menos.
-¿Y no hubiera sido más fácil si lo traía en su Pokebola? –murmuró Harry a Reiko mientras corría.
-¡Estás arruinando el momento dramático! –le gritó esta.
Al llegar, Touji entregó a Volco a la enfermera, que se mostró sumamente preocupada, para mayor desesperación de Touji.
En ese momento no pensaba en su derrota y en la humillación que acababa de pasar, lo único que estaba en su cabeza era su Magmar.
La gente anda diciendo...