Disclaimer lavamanos tipo Disney
Esta historia fue escrita desde el 2002 al 2004, por una piba y un pibe que, al comienzo de la historia, tenían 15 años, al igual que el protagonista.
Es probable que cada tanto encuentren chistes o comentarios homofóbicos, machistas, racistas y/o de mierda en general. Básicamente, éramos literalmente nenes y bastante boludes, como la gran mayoría de las personas lo es a esa edad. Esos comentarios NO reflejan la postura actual del staff de PA y francamente, son bastante vergonzosos. Pero decidimos dejar la historia exactamente tal cual fue escrita y no lavarnos las manos de nuestros errores.
Capítulo 19: Llegada a la cuna de las leyendas. ¡Ecruteak en peligro!
Finalmente, y después de muchos, muchos días de viaje, Touji, Rika, y Harry llegan a Ecruteak City, hogar de cuentos y extrañas leyendas, que se relatan desde los tiempos más antiguos.
Caminaban jovialmente por las afueras de la ciudad, con los pies cansados y el estómago vacío, pero la satisfacción de saber que por fin habían llegado.
-¡Ah! ¡Por fin en Ecruteak! ¡No aguanto más, me quiero dar un buen baño! –dijo Rika.
-¡Y yo me estoy muriendo de hambre! Mmm… en esta ciudad debe haber un buen restaurante de comida tradicional… –dijo Touji sin pensar más que en comida.
-Yo me quiero sentar, me duelen los pies… –se quejó Harry.
Touji puso cara de compasión fingida:
-Ay, pobreciiito –dijo con voz burlona –al nenito le duelen los piecitos, ¿no querés un bastón?
-Sí, dame uno, así te lo meto en el… –contestó Harry, pero fue interrumpido por Rika antes de poder terminar:
-¡Esperen un segundo! Escuchen… –dijo muy seria.
-¿Qué pasa? –dijo Harry.
-No se escucha nada –dijo Touji.
-Exacto… ¿No les parece raro? Ya casi es el medio día, las calles deberían estar llenas de gente, pero no hay ni un alma.
-Tal vez están en sus casas. –Dijo Touji encogiéndose de hombros.
-No sé… –dijo Rika en voz baja, casi un murmullo –este silencio… me pone nerviosa, no es normal.
De repente, los demás también tuvieron esa extraña sensación, y miraron intranquilos a su alrededor, hacia las altas hierbas que rodeaban la entrada de la ciudad.
Un inquietante rumor provenía de la espesura, y el viento cortaba la hierba, como una cuchilla.
Los chicos vieron una sombra pasar como un rayo frente a ellos, y enseguida juntaron sus espaldas, con la mano en el cinturón:
-¿Vieron eso? –murmuró Harry.
-Por supuesto –contestó Touji.
-Definitivamente hay algo ahí escondido… prepárense… –dijo Rika.
Pasaron unos segundos de tenso silencio, cinco sombras salieron repentinamente de entre las hierbas, y la luz del sol reveló su identidad:
-¡Carajo!
-¡¡Scythers!! –gritaron Rika y Harry al unísono.
Los cinco insectos rodearon al grupo, mirándolos con ojos asesinos, tensaron los músculos y parecían listos para saltar.
-¡Kosuke, Volco, Denkeshi! –gritó Touji arrojando tres Pokebolas.
-¡Hinari, Zappy, Charly! –gritó Rika, mientras liberaba a sus dos monstruos y su Eevee saltaba de su hombro.
-¡Cindy, Spark! –llamó Harry.
-A ver qué les parece esto –dijo Touji con una sonrisa malvada –¡¡Vamos, todos los Pokémon de fuego, lanzallamas!!
-¡Ya escuchaste Cindy!
-¡Adelante Hinari!
La Ninetales, la Quilava, y el Magmar unieron sus ataques de fuego, en una gigantesca llamarada que calcinó a los cinco insectos instantáneamente.
-¡Ja! Fue más fácil de lo que esperaba –dijo Touji.
-¿Pero por qué esos Scyther están acá…? –preguntó Rika.
Uno de los insectos se levantó, tembloroso y chamuscado, alzó la cabeza y clamó:
-¡¡Scyyy!!
-¿Qué está haciendo? –le preguntó Touji a Rika.
-Está… llamando… pidiendo ayuda…
-Ay carajo… -murmuró Touji aterrado.
-Estamos jodidos –confirmó Harry.
Un rumor tenebroso se extendió alrededor de los tres entrenadores, como múltiples zumbidos que se acercaban rápidamente.
-Ya están acá. –dijo Rika con un susurro.
-¡¡SCYYYY!! –se escuchó como respuesta a la llamada, y un enorme enjambre de Scyther emergió de entre la espesura, como demonios brotando del mismísimo infierno. Entrechocaron sus cuchillas produciendo un eco metálico.
Uno de los insectos saltó sobre Touji, pero fue aplastado en el aire por una avalancha de Kosuke. A ese le siguieron muchos otros, que eran detenidos por un lanzallamas, un chillido, una embestida de Charly. Las descargas de Zappy bastaban para acabar con varios de un solo golpe, y los lanzallamas de Hinari los carbonizaban, mientras los Pokémon de Harry se esforzaban al máximo para proteger a su amo.
Los Scyther caían uno tras otro, pero mientras más caían, más salían a reemplazarlos, arrojándose como manchas verdes sobre el grupo.
La situación se estaba volviendo desesperada, ya que los insectos sobrepasaban todos los esfuerzos de los Pokémon. No importaba cuantos Scyther derribaran, salían cinco por cada uno que caía. Los monstruos de los entrenadores no daban abasto para luchar contra tantos a la vez, y temían por la seguridad de sus amos.
-¡Mierda! ¡¿Qué hacemos?! ¡Cuidado Kosuke! ¡¡Atrás!! –gritó Touji de repente. Kosuke se volvió y sepultó a un gran insecto con una avalancha.
-¡No sé cuanto más vamos a aguantar! –Dijo Rika protegiéndose tras su Ninetales.
-¡¡Cindy, no!! –gritó Harry mientras recogía a su Quilava del suelo, debilitada.
-¡Estamos perdiendo Pokémon! ¡¡Charly, derribo!! –dijo Rika mientras su Eevee se escurría ágilmente entre los insectos, y los golpeaba con ferocidad.
-Vamos Denkeshi, ¡hacé algo! –le gritó Touji desesperado a su Pichu, que se escondía asustado tras su pierna.
Cindy, Spark, Volco, y Denkeshi tuvieron que ser retirados del combate, unos por heridas, el último por estorbo.
-¡No podemos seguir así! –gritó Rika, mis Pokémon no pueden con todos y Kosuke está muy cansado.
-Parece que no vamos a salir de esta… –dijo Harry ocultándose atrás del Ampharos de Rika.
-¡¡No digas boludeces!! –le gritó Touji, mientras Kosuke le cubría la espalda.
Un Scyther enorme salió abruptamente de entre los pastos altos, con una amplia gama de cicatrices en su cuerpo. Parecía ser el jefe del enjambre, ya que los demás insectos se quedaron inmóviles, como esperando órdenes, cuando este apareció.
-Ese debe ser su líder –murmuró Rika.
El Scyther alzó un brazo, y todos los demás rodearon al grupo. Lo bajó de golpe y gritó con fuerza:
-¡¡Scyyyy!!
Sin duda eso significaba “ataquen” porque todos los insectos se dispusieron a arremeter contra el grupo, pero cuando estaban a punto de atacar, se detuvieron de golpe.
Algo se acercaba al grupo corriendo, Touji y los demás trataron de ver la figura que se aproximaba por sobre los Scyther. Era una chica, el largo cabello rojo le flameaba al viento mientras corría, y en la mano derecha esgrimía una espada de madera.
Al cabo de unos segundos llegó donde los demás y golpeó con tremenda habilidad al Scyther más cercano en la cabeza con su espada de madera, un crujido resonó en el silencio.
Antes de que Touji pudiera decir algo, la chica habló:
-¿Cuántos Pokémon les quedan?
-Ehhh –balbuceó Touji.
-Tenemos cuatro muy cansados –interrumpió Rika.
-¿Y se puede saber quien sos? –preguntó Harry.
-Las presentaciones las dejamos para después –dijo ella –no se preocupen, voy a sacarlos de acá.
Las caras de todos se iluminaron cuando oyeron esas palabras.
La chica dirigió su mirada a la ciudad, y chifló larga y sonoramente, hasta que el eco se oyó extendido en toda el área.
-¡Mirage! –llamó ella.
Pasaron unos segundos y nada ocurrió.
Los Scyther, que tras la aparición de la chica se habían quedado estáticos, finalmente reaccionaron y reanudaron su ataque sobre los agotados Pokémon de Rika y Touji.
Pero pronto vieron un fulgor rojo que se acercaba a increíble velocidad, como una bola de fuego.
Los insectos se quedaron como hipnotizados viendo la luz roja que les comía terreno frenéticamente, hasta que fue demasiado tarde, y un enorme corcel de fuego irrumpió en la escena, arrasando a los insectos con una facilidad sorprendente.
Otro Rapidash más llegó detrás de este, dándole coses terribles a los bichos y relinchando con fiereza.
La chica montó de un saltó sobre el de mayor tamaño y le tendió la mano a Touji:
-¡¿Qué esperan?! ¡¡suban!!
-Pe-pero…
-¡Rápido, subí! Tus amigos pueden montar en Hasufel.
-¿Hasufel?
-Sí, no hay tiempo para hablar ahora, ¡guarden a sus Pokémon y suban!
Los chicos obedecieron y Touji montó (no sin esfuerzo) en el brioso corcel, atrás de la chica. Aquello era casi tan extraño como montar sobre el Pidgeot de Falkner. Rika y Harry a su vez subieron en el otro Rapidash, Hasufel.
-¡¡Al templo!! -ordenó la chica.
El Pokémon de fuego salió disparado como una flecha ardiente, con su compañero pisándole los talones. Los Scyther venían volando tras ellos, pero no tardaron en perder terreno ante la impresionante rapidez de los caballos.
Touji tuvo que sujetarse de la cintura de la chica para no caer hacia atrás, y esta le dirigió una sonrisa significativa:
-Para acabarnos de conocer, sos bastante atrevido, ¿no? –dijo ella –eso me gusta.
Touji no emitió palabra, pero su rostro se enrojeció por algo que no tenía nada que ver con el calor del Rapidash.
En pocos minutos, los veloces Pokémon llegaron a la entrada de un gran templo, la chica gritó con fuerza, para hacerse oír por sobre el ruido de los cascos de las bestias castigando el suelo al galopar:
-¡¡Abran la puerta, soy yo!!
Enseguida la puerta corrediza del templo se abrió, dejando entrar a los Rapidash, y se cerró de un golpe ni bien estos cruzaron el umbral.
Touji y los demás pudieron escuchar a los Scyther chocando contra la puerta cerrada, y clavando sus cuchillas en la madera.
-No se preocupen, acá están a salvo, dijo la chica mientras bajaba de su Pokémon.
-Gracias Mirage, hiciste un buen trabajo –dijo mientras le acariciaba suavemente el hocico.
-Increíble… estos Rapidash son increíbles -balbuceó Harry, todavía sin bajarse del otro corcel.
Touji se bajó del caballo como pudo.
-¿Alguien me puede explicar que está pasando acá?
-Eso es lo que me gustaría saber –dijo Rika, que había desmontado de Hasufel, seguida de Harry.
-Lamento mi falta de cortesía –respondió la chica –mi nombre es Reiko, Reiko Massaki, y estos son Mirage y Hasufel, son de este templo, aunque Mirage es mío y Hasufel es de mi ab…
-¡¡Reiko!! –gritó una voz –¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no salgas del templo?! Es peligr… –se detuvo cuando vio a Touji, Rika, y Harry.
-Ah, hola abuelo -dijo Reiko, claramente nerviosa.
-¿Quiénes son? No me gusta que traigas extraños al templo –dijo el anciano con voz severa.
-Son viajeros, los Scythers los atacaron y… –comenzó a explicar Reiko.
-¿Conque viajeros, eh? No eligieron una buena época para venir a Ecruteak.
-Disculpe –dijo Rika con voz amable –pero Ecruteak solía ser un lugar pacífico donde los viajeros podían descansar tranquilamente, ¿qué fue lo que pasó?
-Este no es el lugar para hablar de eso, les contaré todo mientras tomamos té.
Se quitaron los pesados bultos y se sentaron alrededor de una pequeña mesa a disfrutar de un buen té.
-Ante todo queremos agradecerles que nos hayan salvado de esos Scythers –dijo Rika.
-Primero las presentaciones -cortó Reiko -él es mi abuelo, el dueño de este templo, ¿y ustedes son…?
-Touji Watsuki del pueblo New Bark.
-Rika Sakurai de ciudad Viridian
-Y yo soy Harry.
-Mmm… ¿Pueblo New Bark y ciudad Viridian? No hay duda de que ustedes vienen desde muy lejos, ¿qué los trae a Ecruteak?
-Venimos a retar al Gym leader de esta ciudad, porque vamos a participar en el torneo de la liga Johto.
-Ah, la Convención Plateada, entonces son entrenadores Pokémon.
-Si –respondieron los tres a la vez.
-Podemos hablar de eso más tarde –dijo Rika –a mí me gustaría saber que es lo que está pasando en esta ciudad.
El anciano asintió con la cabeza.
-Bien, les contaré todo -hizo una leve pausa, como para asegurarse de que tenía la atención de todos, y comenzó: -como ustedes saben Ecruteak es una ciudad muy importante para la tradición de Johto, esta es la cuna de las leyendas, o para ser más específico, de los Pokémon legendarios, pero también esta ciudad representa armonía y paz.
-Eso de ahí afuera no me pareció muy pacífico –murmuró Touji.
-Callate boludo, a ver si los ofendes y nos tiran afuera con los bichos –murmuró Harry al mismo tiempo que le daba un codazo a Touji.
-Pero hace una semana –continuó el anciano –empezaron a pasar cosas extrañas, había muchos rumores acerca de la aparición en esta ciudad de uno de los Pokémon legendarios, para ser exacto Suicune, el monarca de las aguas.
-¡¿Suicune?! –gritaron Rika y Harry con caras de asombro.
Touji resistió la urgencia de preguntar quién o qué carajo era Suicune.
-Sí, pero a decir verdad, dudo mucho que sean ciertos, hace años que nadie ve a Suicune, y no creo que vaya a aparecer ahora. La cuestión es que estos rumores llegaron a malos oídos, a oídos del Equipo Rocket para ser preciso.
-¿Equipo Rocket? –exclamaron los tres a la vez.
-Si, los Rockets están tras la pista de Suicune, y no les importa lo que tengan que hacer para capturarlo.
-Pero esos inútiles no tienen el poder para capturar a esa criatura, si es tan fuerte como dicen –dijo Touji.
-Eso es lo que todos pensamos, pero desgraciadamente nos equivocamos. Cuando su organización fue desbaratada, pensamos que habían agotado sus fuerzas, pero ellos siguieron creciendo y acumulando poder en las sombras; consiguieron capturar unos doscientos Scyther y los ubicaron en todas las salidas de la ciudad, para asegurarse de que ni Suicune, ni nadie escapase.
Los chicos permanecían en silencio, prestando atención a la historia del anciano.
-Nadie podía salir de la ciudad, y si enviábamos un Pokémon mensajero, era exterminado por los Scyther.
-¡Pero no pueden hacer eso! –gritó Touji indignado –¡no pueden llevarse la libertad de la gente!
-¿Y qué Morty no hace nada? ¿Qué pasó con él? No me diga que los Rocket lo ma… –empezó a decir Rika, pero se detuvo al final.
-No te preocupes –se apresuró a decir el anciano –Morty está sano y salvo, pero no está en la ciudad, y ese es uno de nuestros mayores problemas.
-¿Y quién carajo es ese tal Morty del que tanto hablan? –preguntó Touji, con sus exquisitos modales.
-Morty es nuestro líder de gimnasio, es un verdadero experto en todo tipo de Pokémon, a pesar de ser tan joven.
-Ah, así que él es el líder… –murmuró Touji.
-Sí, y con él aquí todo sería más fácil, ya no tendríamos miedo de esos miserables insectos. Pero desgraciadamente Morty salió en uno de sus viajes para investigar acerca de los Pokémon legendarios, y no tenemos idea de cuando regresará.
-Pero no pueden avisar… –comenzó a decir Harry, pero se interrumpió.
-No, no con esos Scyther bloqueando todas las salidas de la ciudad –dijo Reiko.
-¿Y nadie intentó pelear con ellos? –preguntó Touji.
-La gente de esta ciudad es realmente pacífica, no hay muchos entrenadores y nuestros Rapidash no son suficientes. Tal vez no lo notaron, pero el templo está habitado por casi doscientos refugiados cuyas casas fueron destruidas o no se sienten seguros afuera.
-¿Y entre toda esa gente no hay nadie que le haga frente a los Scyther? –insistió Touji.
-Touji, nosotros luchamos con ellos, y aunque nuestros Pokémon tenían toda la ventaja, no pudimos hacerles frente –dijo Rika.
-Cierto…
-Solamente una persona trató de enfrentarse a ellos… –dijo el anciano.
-¿Quién?
-Mi nieta.
-Tengo la teoría de que si derroto al líder del enjambre en un combate, los otros se van a ir y nos van a dejar tranquilos –dijo Reiko –pero la vez que peleé con Kusanagi…
-¿Quién es Kusanagi? –preguntó Harry.
-Así llamamos al líder del enjambre, no es malo, pero tiene un sentido del honor muy grande, que le impide abandonar una misión que le hayan asignado sus amos. Yo luché con mi Scyther, Harusame, pero Kusanagi es verdaderamente fuerte y no pude con él. Aun así… estuvimos entrenando –dijo con un súbito destello en los ojos –y creo que ahora estamos listos.
-¿Y cuándo lo pensás retar? –preguntó Rika.
-Pensemos en eso más tarde, ahora… ¿Alguien quiere tomar sake? –dijo parándose de golpe.
-¿No es un poco temprano para tomar? –preguntó Touji.
-¿Temprano? ¿Les parece? ¡Nahhh! Espérenme acá que voy a buscar algo de gente y botellas –dijo Reiko en tono despreocupado.
Los tres entrenadores la vieron irse con gruesas gotas de sudor recorriendo sus cabezas. Al cabo de un rato Reiko volvió con unas diez sonrientes personas, cada una traía dos botellas de sake colgadas al hombro.
-Parece que en esta ciudad les gusta mucho tomar… –le susurró Harry a Rika.
Nadie llegó a dar un sorbo, cuando el abuelo de Reiko gritó:
-¡¿No les da vergüenza?! ¡¿Ponerse a tomar en un momento como este?! ¡¡Nuestra ciudad y nuestras vidas peligran, y ustedes planean emborracharse como en una fiesta de verano!!
-Perdón abuelo, yo solo trataba de animarlos un poco… en estos últimos días apenas y salimos del templo, y no pensamos en otra cosa que solucionar el problema de los Scyther…
Hubo unos minutos de silencio, el más incómodo desde la llegada del grupo al templo.
-Bueno, si no les importa, me gustaría darme un baño –dijo Rika.
-Perdona nuestra descortesía, con todo este problema olvidamos nuestra hospitalidad.
-Con que nos hayan salvado es más que suficiente –dijo Harry.
-Pero a mí no me caería mal una buena comida –dijo Touji.
-Sí, coman y después pueden ir a bañarse, mientras les vamos a preparar unas habitaciones –dijo el abuelo de Reiko.
Touji y los demás comieron, comieron, y comieron como si fuese la última vez que iban a hacerlo, después se dirigieron al baño sauna.
-Ah… qué linda está el agua –dijo Rika con un suspiro.
-Claro, después de viajar tanto un baño caliente sin apuros debe ser reconfortante –le contestó Reiko.
El baño era muy tradicional; estaba dividido al medio por una cerca de cañas de bambú, de un lado estaban Touji y Harry, y del otro Rika y Reiko. El vapor cubría toda la habitación.
Touji estaba meditando, con el agua hasta el cuello, cuando Harry se le acercó y le dijo con una sonrisa significativa:
-Che Touji, no me digas que no tenés ganas de espiar…
-¡¿QUEEÉ?! ¡¡Pendejo pervertido, ahora vas a ver!! –Le hundió la cabeza en el agua.
-¡Ey! ¿Qué está pasando de ese lado? –preguntó Rika.
-¡Nada, Nada! –gritó Touji mientras soltaba la cabeza de Harry.
-Lo que pasa es que Touji quería espi…
Harry no pudo terminar de decir la frase porque Touji volvió a sumergirle la cabeza.
Al cabo de unos quince minutos, Touji volvía a estar muy pensativo, y de repente le preguntó a Harry:
-Che, ¿vos sabés algo de ese tal Suicune?
-Buscalo en el Pokédex, ahí tiene información.
-Buena idea –Touji se estiró hasta donde estaba su ropa y agarró el Pokédex, tecleó un par de botones hasta que encontró lo que buscaba:
«Suicune, Pokémon Aurora: Perteneciente al tipo agua, vaga por el mundo purificando cualquier tipo de fuente de agua que toque. Se dice que es renacido del viento del norte».
-Así que Pokémon Aurora –dijo Touji mientras contemplaba la ilustración del Pokédex.
-En realidad, Suicune no es el único felino legendario que existe, hay otros dos que recorren el mundo, el Pokémon Volcán y el Pokémon Trueno –dijo Harry.
-¿Y vos como sabés?
Harry se detuvo a pensarlo un instante, con cara de desconcierto.
-Buena pregunta… simplemente lo sabía, aunque no sé cómo…
-Ahora entiendo por qué esos Rockets de mierda lo buscan, si lo llegan a capturar, ¿qué puede llegar a pasar? –preguntó Touji.
-Nada bueno, el equipo Rocket tiene muy mala fama, pero no creo que ni con todos esos Scyther puedan medirse con el legendario Suicune. Pero ahora hablemos de otra cosa, basta de leyendas, que estamos acá para descansar.
Mientras tanto, del otro lado de la cerca…
-Y decime una cosa –le dijo Reiko a Rika.
-¿Qué?
-¿Conocés a Touji desde hace mucho?
-Algo más de un mes, creo.
-Ahá… y otra cosa…
-Decime.
-¿Es tu novio?
-¡¿Queeé?! –gritó Rika.
-Bueno, es que se los ve tan bien juntos…
-Me parece que te estás confundiendo –dijo Rika, incómoda –él y yo somos amigos, nada más.
-Entonces te pido disculpas. -se quedó como si fuera a hacer otra pregunta, pero no la concluyó.
-¿Qué? -interrogó Rika, notando su expresión.
-¿Eso significa que está disponible?
Rika se quedó de piedra:
-¡No! ¡Digo sí! –hundió la cabeza hasta que el agua le llegó a la nariz.
-Entiendo…
Los chicos salieron del baño, Rika se fue a dormir, Touji y Harry se quedaron afuera, observando el pequeño estanque y la nube de mosquitos que revoloteaba sobre él.
-Es tétrico, ¿no? Pensar que esos bichos asquerosos están afuera esperándonos –dijo Touji.
-Si, pero pronto se va a acab… –empezó a decir Harry, pero fue interrumpido por un grito:
-¡Scythers, escúchenme bien!
-¿Qué fue eso? –preguntó Harry.
-Mira, allá arriba del techo –le contestó Touji.
Los chicos se quedaron mirando el techo del templo, sobre este estaba Reiko con el bokuto al hombro, gritándole a los insectos, que hacían guardia en la puerta.
-¡Díganle a su líder Kusanagi! ¡Díganle que mañana al amanecer lo reto a un combate de uno contra uno! ¡Si yo gano, ustedes tienen que dejar Ecruteak, y no volver nunca más! Y si pierdo… y si pierdo…
-¡Ya que eso no va a pasar! –gritó Harry, que se había subido al techo junto a ella.
-¡¿A ustedes qué les importa?! –finalizó Touji, que también se había subido –¿O es que acaso tiene miedo?
-¡¡Scy!! –respondieron a coro los insectos, varios de ellos salieron volando a llevar el mensaje.
-¿Y ustedes qué hacen acá? –preguntó Reiko.
-Queríamos ver las estrellas… –respondió Touji haciéndose el tonto.
-Mañana al amanecer finalmente se va a terminar esta pesadilla –dijo Reiko, volviendo la vista al cielo.
La gente anda diciendo...